Dos apuestas en la mesa
«Lo confieso: a mí nunca me había interesado la política. Siempre he sido más de libros que de periódicos y soy más de charlar a la hora de la comida que de ver la televisión» Una opinión y confesión acerca de la política
El ciudadano justo no debe desobedecer todas las leyes de un gobierno, sólo aquellas que son injustas. Un texto de Bitty Navarro
«Vivimos en una sociedad de la que no solo formamos parte, sino que la vamos construyendo y modificando con nuestras acciones, con nuestros pensamientos.»
Sólo espero que el PRI no esté contratando niños vietnamitas como bots de Peña Nieto. Digo, es lo que deduzco de su sintaxis.
@lapetitemachineMe da un poco de pena ajena la gente que quotea a Gael García Bernal para criticar al PRI.
@urielo
«La Constitución Española de 1978 proclama (en su artículo 1.2) que “La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado”.»
Sobre la aventura de dejar el tabaco, bicicletas-armatostes y cigarrillos steam-punk. Un texto de Ruy Feben
«Confesé querer ser escritor para tener admiradoras, para luego, pasar al sexo». El autor nos cuenta como ha hecho para lograr su propósito, o no.
«I hate to advocate drugs, alcohol, violence or insanity to anyone,
but they’ve always worked for me.»
Hunter S. Thompson
El autor nos cuenta que fue lo que pasó en el caso Alatriste, a raíz del prestigioso premio literario que recibió, y las consecuencias de una práctica poco o nada de literaria de copiar párrafos enteros sin citar a los autores.
Un texto de Rhoda Nieto Wainwright y Cristina Massegu Serra
Que nos concedan un milagro, que nos dejen ver a ateos y creyentes por igual, y dejar a un lado la mala interpretación de la famosa frase nietzschiana: “Dios ha muerto”. Un minuto de silencio por los que utilizan la inevitable muerte biológica del filósofo alemán como supuesto contra-argumento lúdico a su polémica e incomprendida declaración [1]. Una cadena de desacralizadas oraciones por la pronta comprensión de esta importante afirmación. Hagamos algo para que todos, todos los que caminan por la tierra contagiando el mal uso de esta frase entiendan que: Dios no murió de causas naturales, a Dios lo asesinaron.
NO HAY NADA, absolutamente nada, que hoy en día pueda suscitar la atención de todos los habitantes del Mundo, desde un samoano de la Polinesia hasta un quechua del Perú, como un partido de fútbol. Este fenómeno, sin duda, aupado por la televisión y ahora por Internet, ha conquistado espacios imparablemente desde hace 100 años, hasta llegar a la fascinante situación actual, en la que hasta el intelectual más antifútbol que usted conozca, sabrá de la existencia de Lionel Messi y Cristiano Ronaldo.
Recuerdo perfectamente el día en que mi profesor de Teoría de la Literatura nos preguntó quién decidía lo que era o no era literario. Inocentemente pensaba que esa decisión venía intrínseca al libro, es decir, algo había en los libros que los erigía literatura sin que nadie tuviese que interceder por ellos. El debate estuvo servido y todos nos sentimos debidamente defraudados al imaginar a un grupo de viejos sabios señalando con sus dedos huesudos lo que debía salvarse para las estanterías y lo que debía quemarse como en aquella famosa hoguera de la caballería.
«El 20 de Noviembre (20-N) estaremos votando en España para elegir al Presidente que nos gobernará en los próximos 4 años.»
“¡¿Qué sos vos, defensora de pobres?!”, fue una frase que me dijeron en muchas oportunidades a lo largo de mi infancia y adolescencia. No sé bien porqué, pero asumo que es cierto; aun hoy suelo sentir la necesidad de ponerme del lado de los incomprendidos. No iba a ser esta la excepción. Apenas me enteré que el tema del bimestre en Vozed sería lo “pseudo” o “casi casi” me invadió una especie de urgencia por quitarle una venda a la humanidad toda. ¿Pseudo? ¿Casi casi? ¿Qué quiere decir eso? Sin dudarlo, me pronuncio en contra, no de lo “casi casi” sino del concepto en sí que encierra ello.
Para empezar, me veo en la obligación de desmentir nada menos que a la Real Academia Española, que afirma que “pseudo” (o seudo) significa “falso”. No, lo pseudo no es falso. Lo pseudo es Algo, concreto, verdadero y lleno, pero que solemos considerar menos verdadero o incompleto sólo por tener las expectativas demasiado altas (típico de humano).
Cae una garúa finita sobre la ciudad, quizás hasta molesta para algunos. No termina de desatarse una tormenta, uno no sabe si salir con paraguas, si las botas de lluvia serían una exageración, si dejar la bicicleta en casa… ¿Es una pseudo tormenta o es una llovizna? ¡Es una llovizna! Tenue y leve como una caricia, una parte del ciclo de los estados del agua tal como lo aprendimos en la escuela, un fenómeno meteorológico para nada despreciable, una pieza preciosa del rompecabezas que es el mundo. Pero no, nosotros queremos que si el pronóstico anuncia lluvia se caiga el cielo de una vez por todas y se agoten las nubes, lo suficiente como para poder planear una salida al aire libre el fin de semana, para no suspender la fiesta o poder ir a ver en paz el partido de fútbol del momento.
Está uno agotado del trabajo y la rutina, necesita descansar, pero no logra dormirse. Da unas vueltas en la cama, lee un poco el libro que está en su mesa de luz, se le nublan los ojos y lo deja, pero no cae rendido. Ni siquiera es insomnio, es un estado intermedio en el que se dormita pero también logran captarse estímulos del alrededor. No es tampoco eso estar pseudo dormido, no, error. Ni es usted un casi casi dormido. No. Es la maravillosa duermevela, estado de vigilia que permite nada menos que estar entre dos mundos.
Así, la lista de ejemplos es infinita. Un pimpollo es un pimpollo, no una pseudo flor, y unos versos son unos versos, no casi casi un poema; así como a nadie se le ocurre decir que un par de senos son un pseudo cuerpo o un torso casi casi una persona. El considerar los Casi Casi es el típico ver el vaso mitad vacío. Es ir en busca de un Todo, suponer que hay algo que falta. Algo que nos es vedado, nos tienta, nos queda lejos o parece imposible. Es un “algo más” que nos hace infelices constantemente: es la famosa zanahoria delante del burro. Quizás sería mejor aceptar cada cosa, situación y persona como una obra completa. Arrojo la primera piedra y me defino como mujer, periodista, amiga, poeta. No soy casi morocha, soy castaño oscuro. No soy pseudo gigante, soy alta. Y creo que entendieron ustedes el concepto de lo que quería expresarles. Por eso voy a terminar acá esta columna sin darle un remate redondo. Para que se queden pensando si por faltarle un final con bombos y platillos es una pseudo nota…
«Recientemente se ha cumplido el décimo aniversario de los atentados del 11-S, perpetrados, como todos sabemos, por el movimiento yihadista Al Qaeda”»