La generación del insomnio
«Mientras, fantaseo con lo que ocurre después, con lo que es más real: cocino con mi mujer, leo, veo algo en la televisión (por cable), escribo, escribo, escribo, y para tener más de esto duermo lo mínimo necesario. El insomnio sigue siendo emocionante y aventuroso, pero esta vez no es furtivo, sino obligatorio: de no ser por el desvelo que me aprendí hace mucho, hoy no tendría una vida en absoluto.» Un texto de Ruy Feben