bien
Un texto de Valeria Pourroy
A QUIEN LE interese:
Para escribir esta carta honestamente, fue necesario desvestirme de convencionalismos y cotidianidades. Descubrí –con fingida sorpresa– que tengo heridas aún no dignas de ser llamadas cicatrices.
Cada que contesto “Bien”, hay un asterisco junto a la palabra. Me atrevo a decir que este símbolo es incluso más grande que las cuatro letras y la sonrisa desganada que las acarrea para que se junten. Podría traducirse a lo siguiente:
Bien, si no tomas en cuenta que mi corazón se mantiene en una sola pieza gracias a cintas
amarillas que lo exponen como zona de desastre.
Bien, aunque tengo mínimo dos duelos incompletos y mi mente es ahora una casa embrujada.
Bien, si ignoras el miedo que llevo a cuestas cada que salgo de mi casa pues sé que las estadísticas apuestan en contra de mi regreso por el simple hecho de ser mujer.
Bien, sólo no te fijes en las partes de mí que hacen falta.
Mientras escribo, noto en mí el mismo miedo de aburrir o ser demasiado pesada. Perdón por acaparar la conversación. Perdón, te estoy mintiendo a la cara al decir que estoy bien. Perdón, son tonterías. Controlo el impulso de disculparme.
Parte de mí sigue buscando a alguien que sepa escuchar silencios y gritos internos. Otra parte de mí teme que llegue y me desenmascare.
Mi verdadero estado se ha reducido a un pie de página que busco enmudecer rápidamente con la pregunta: ¿Cómo estás tú?~
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