TRIBUNA VISITANTE: De despedidas de soltera y Caribe Coolers
Tepepan
Ciudad de México
25 de agosto de 2013
Estimados solteros:
El pasado jueves nos citamos doce amigas en el restaurante Fisher’s de la Roma para celebrar la despedida de soltera de Mariana. Después de una breve cena de carpaccio de atún servida con una guarnición de cerveza con Clamato, carajillos y Perlas negras con hielo, salimos cerca de las once de la noche para abordar nuestro carruaje para la ocasión: una limusina blanca circa 2001 con luces de láser en su interior y hielo seco. En una especie de deseo oscuro de quinceañeras, la primera parada se hizo en la tienda para comprar la mayor cantidad de Caribe Coolers de durazno, ron y hielos posible. Sin un recorrido planeado, la visita a las atracciones turísticas del Centro y alrededores nos llevaron al Ángel de la Independencia, la Estela de Luz, a rodar por el Monumento a la Revolución (estaba muy oscuro para bajarnos), al Sanborns frente al Palacio de Bellas Artes en una parada técnica al sanitario, aprovechando cada lugar para tomar una fotografía gracias al apoyo de nuestro copiloto y chaperón del carruaje.
La siguiente parada de la visita turística de quinceañeras en drogas con láseres y música de iPhone en estéreo nos llevó a un antrito sucio del Centro, y luego a otro en la Roma un poco más secretarial, era lo único abierto. Los pasados secuestros del Heaven en la Zona Rosa tienen la vida nocturna de la Ciudad de México agarrada de los huevos y ya era demasiado tarde para ir a los locales hipsters famosos por su discriminación en la puerta y exceso de estupefacientes en el interior. La resaca brutal de la despedida de soltera de Mariana hizo que el viernes fuera un día de paz espiritual y meditación en el embotellamiento del tráfico. Cuando uno llega de visita a su país por una semana, es muy difícil coordinar las citas de trabajo con las sociales y, al tener la suerte a veces medio atrofiada, tuve una comida en Santa Fe (lejísimos) que me cancelaron de último minuto, por lo que me quería suicidar durante las casi dos horas que hice de regreso sin haber desayunado y enteramente deshidratada.
Mariana + Yosune
La boda fue el sábado en el Centro Histórico de la Ciudad de México y el combo entre las marchas de protesta y plantón en el Zócalo de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y el exceso del ambulantaje sabatino que, por cierto, se encuentra totalmente fuera de control, hicieron de la llegada en tacones y vestido de cóctel una violación psicológica a los derechos humanos. La celebración en la calle Seminario, frente a la Catedral de la Ciudad de México, tenía un acceso peatonal y, después de acercarnos hasta el último centímetro posible en auto y posteriormente en bicitaxi, nos bajamos tres chicas con el pelo y maquillaje producidos para caminar en las calles de adoquín dentro de una ola de silbidos, piropos y suciedades que más allá de tomarse como cumplido me generaron por primera vez una sensación límite en la que, ante el más ligero tropiezo, se hubiera perdido la dignidad por completo.
Aunque la llegada fue incómoda por las tristes condiciones en las que se encuentra el kilómetro cero de mi ciudad, después de cruzar el umbral de la casona ubicada en Seminario 12 la historia cambió por completo. Las novias, Mariana y Yosune, irradiaban una belleza ataviada en blanco y una alegría que logró que más de doscientos cincuenta familiares y amigos cruzaran con éxito la selva de muertos vivientes y peligro inminente del exterior. En una imponente casa conservada del siglo XVII se realizó una boda civil que, sumada a la boda de mi hermano en Monterrey, ha sido la única que me ha logrado conmover al borde de las lágrimas que se transforman en sonrisa. La mejor parte de la celebración: el apoyo de un mesero que salió al rescate y cruzó el plantón de los maestros para ir a comprar los Caribe Coolers para la madrugada, el genio de la noche.
La nueva unión civil y la reunión de amigos y amigas que hace tiempo no veía me generó una sensación de regreso atropellado a casa. Antes de volver a mi hogar en Buenos Aires, me espera la segunda parte de este viaje en el que ahora me dirijo a la ciudad de Nueva York. Con la prisa de hacer las maletas y cerrando los últimos compromisos de la actual visita, me despido entonces, para escribirles próximamente desde la Gran Manzana.
Besos,
Denisse.~
de hecho son las orejas que Marion Reimers usaron en Madrid en año nuevo 2015
tambien llevaron allá las orejas que usó en la fiesta diciembre foto @lareimers
de hecho son las orejas que Marion Reimers usaron en Madrid en año nuevo 2015
tambien llevaron allá las orejas que usó en la fiesta diciembre como en la foto que @lareimers alardeaba en twitter