PERSPECTIVAS: Periódico y terraza en un domingo con sol
Hay rituales que nos gusta repetir de forma inquebrantable. Una de ellas, en mi caso, es leer el periódico, y si es un domingo con sol en una terraza del centro de Madrid, mejor. Como yo, miles de personas lo hacen. Los hay que desde muy temprano se compran el diario y no lo sueltan hasta las 7 de la tarde. Los que lo leen en la hora del desayudo, los del almuerzo y los de la terraza.
En esas estaba cuando le hablé a una buena amiga mía:
—Hola, ¿nos tomamos unas cervecitas? —pregunté.
—No puedo, estoy en una terraza leyendo el periódico
Claro está que no le iba a decir que dejara tan preciada actividad, que yo mismo hago y valoro, para que se viniera a hablar conmigo mientras bebíamos algo. ¿Y porque no? Fue en ese momento cuando me di cuenta, no solo de la cantidad sino del tipo de personas que leen el periódico en una terraza. Era media tarde, las 16:00, y a esa hora el 80% de la gente que tenía a mí alrededor era gente joven, de mi edad, vamos, treintañeros. Y es aquí donde comenzaron mis inquietudes. ¿Por qué tanta gente joven que, se supone, preferimos la fiesta y los grupos de amigos están leyendo el periódico en vez de estar con sus amigos precisamente?, o más aun, ¿por qué no están con la pareja de turno, ya sea fija, semifija o temporal? ¿Acaso son incapaces de relacionarnos? En mi caso, los domingos parece que sí. Sobre mi mente voló el fantasma de las relaciones personales.
Al parecer las personas que, como yo, quieren algo de tiempo para enterarse de que pasa en el mundo sacrificamos un tiempo para hacerlo, eso no es problema, pero ¿aquellos que lo hacen porque no tienen con quien estar son muchos?
Recuerdo a un profesional del marketing que me comentaba que el sector de los solteros -ya sea que nunca se han casado o que son divorciados- es cada vez más grande. Al parecer las costumbres, sobre todo urbanas, hacen que las personas sean menos tolerantes a otras. De hecho, las personas mayores dicen que los jovenes de ahora no aguantan nada, un peleita de nada y ya se están separando.
Recuerdo un día, igual tomando un café y leyendo el periódico, cuando levanté la vista y me di cuenta de que el Starbucks es entre otras cosas un lugar de concentración de soledades, como lo puede ser cualquier otro café o bar, donde todos están juntos pero no revueltos, sin interactuar.
¿Tan difícil es incrementar el número de relaciones personales? Sí, y tiene que ver con lo que he hablado en alguna otra ocasión: las expectativas. No hablamos a un desconocido por miedo al rechazo, al que dirán o porque no controlamos los nervios. Es por esto que la tecnología ha ayudado a muchos y ha sido bien recibida en la interacción entre personas.
Los negocios que redefinen las relaciones sociales a través de la tecnología son cada vez más, y son rentables. La tecnología permite escondernos o decir cosas que a la cara no diríamos, nos hacen sentir más seguros y disminuyen el temor al rechazo. Evidentemente la forma de vida influye en las dinámicas sociales, está por demás decir que también el carácter. Los hay que son tímidos y los hay sociables. También influye los que son deseables, es decir, los que son mas atractivos que otros.
Entonces, ¿por qué una chica guapa, que no para de hablar por teléfono y que usa bolso Prada, está sola en la terraza? Vamos, deseable es, sociable también, y por aquello de que se necesita dinero para salir vendiendo el bolso tiene de sobra.
Parece que no solo nos gusta, sino que es necesario estar solos. En el caso de los que vamos a las terrazas al sol, supongo que no queremos estar en domingo metidos frente a la pantalla y preferimos asolearnos un poco. Por supuesto, en el caso de mi amiga nunca pensé decirle “deja lo que haces para vernos”. Si hubiera sido cualquier otra cosa sí, pero soltar el periódico no.~
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