La reencarnación de la Araña Negra | día 23
El tranvía de Krasnodar me recuerda las viejas fotografías de los años ’30, cuando en Buenos Aires los hinchas se colgaban de ellos para ir a llenar las canchas. Este me lleva hasta el tren que va hasta Sochi. Descubro que existe una tercera clase, consta de 54 camas apiñadas en un vagón. Aquí solo se puede ser comunista.
En Sochi no se puede ser comunista. Es la antítesis al resto de Rusia. Las montañas caen sobre las playas del Mar Negro como los turistas sobre la ciudad, que los recibe con grandes hoteles de lujo. Aquí se organizaron los Juegos Olímpicos de Invierno de 2014, y es la ciudad que Rusia pretende exportar al Mundo como destino vacacional.
Muy lejos de aquí, y sin que a los rusos parezca importarles demasiado, Uruguay intentará vengar la derrota Argentina contra Francia por los Cuartos de Final. Pronto descubrirán los franceses que esto no será lo mismo que contra la albiceleste, ahora Mbappé no tiene una estancia para correr a su gusto, y si consigue desbordar a Laxalt, los que llegan a rematar el centro de la muerte son Godín y Giménez. El único arquero que tiene que trabajar es Hugo Lloris, a Muslera no le tiran nunca. Pero el secreto del juego uruguayo pasa por no arriesgar nunca, y Betancur se equivoca, intenta jugar en suelo charrúa, la pierde y comete falta. La pincelada de Griezmann se encuentra con la cabeza maestra de Raphael Varane y Francia se pone en ventaja sin merecerlo. Ahora Uruguay tiene que ir a por el empate, y va como sabe, por arriba, y Cáceres hace volar a Lloris, y Godín no puede empujarla.
Cuando Muslera empieza el segundo tiempo imitando a “Willy” Caballero y está a punto de regalarle el gol a Griezmann, nos damos cuenta de que Uruguay ya no puede levantarlo. Lesionado Cavani, lo único que encuentra el “Maestro” Tabárez en el banquillo son las ganas y los años del “Cebolla” Rodríguez. El crack silencioso, Antoine Griezmann, saca un bonito tiro seco y cruzado que tiene que atrapar Fernando Muslera. Pero se le vencen las manos al uno uruguayo, y es el 2 a 0 para Francia. Griezmann no se atreve a celebrarlo. Uruguay ha durado menos que la Argentina. Los últimos treinta minutos sobran. Pogba se pasea. Giménez llora. Néstor Pitana dice que esto se acabó, el argentino es el gran candidato para dirigir la Final de Moscú.
El Fan Fest de Sochi es una discoteca ambulante sobre el Mar Negro, como toda la ribera de la ciudad. Entre música punk, luces de neón, tiendas de ropa, y de souvenirs, los brasileños se acercan con sus banderas para alentar al último equipo sudamericano que queda con vida. Se enfrentan a la Bélgica de Roberto Martínez en un partido que promete mucho fútbol.
Bélgica quiere la pelota, y Brasil quiere que la tenga, para presionar y robar. Los dos empiezan fieles a su estilo. Thiago Silva gana en el área belga y la pelota pega en el poste, lo empiezan a probar a Courtois, pero es Bélgica el que golpea primero en un córner que anticipa Vincent Kompany en el primer palo, da en el brazo de Fernandinho, y se le mete en el primer palo a Allison. Ahora se intercambian los papeles, Brasil con la pelota, tira Philippe Coutinho y ataja Courtois, tira Marcelo y ataja Courtois, contragolpean los belgas conducidos por… ¡Lukaku!, lo asiste a Kevin De Bruyne y el colorado le pega seco, a la derecha de Allison, para poner dos goles de diferencia en el marcador. Neymar pide penal y no le dan.
A Brasil le queda un tiempo en el Mundial, entra Roberto Firmino y no llega a definir un centro de Marcelo, a Paulinho lo para Courtois, entra Douglas Costa y se encuentra con la mano imponente de Thibaut Courtois, entra Renato Augusto y mete un cabezazo hermoso a pase de Coutinho que vale el 2 a 1. Bélgica respira cuando la tiene Eden Hazard, aparece por izquierda, por derecha, con la pelota atada al pie, no hay quién pueda quitársela, Fágner y Fernandinho andan desquiciados. Neymar se la pone en bandeja a Coutinho, que la vuela. Otra vez, Neymar pide penal y no le dan.
Último minuto. El momento de los grandes, de los que hacen historia. Douglas Costa gambetea y se la deja a Neymar en la media luna del área. El genio brasileño se acomoda y le pega con efecto, al ángulo superior izquierdo del arco belga. Va a ser un golazo. Pero Thibaut Courtois vuela, estira su brazo más allá de lo posible, y la saca. El póster del Mundial de Rusia tiene la imagen del mejor jugador soviético de la historia, Lev Yashin, la “Araña Negra”, estirando su brazo más allá de lo posible. Courtois, vestido todo de negro, se abraza a sus compañeros, Bélgica está en las semifinales. Hoy, en Kazán, los rusos han vuelto a ver volar a la “Araña Negra”.
Andrés Margolles. Sochi, 06-07-2018
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