El destape colombiano | día 11

Seguimos rumbo a la europea San Petersburgo con la ilusión de que Argentina despierte de su letargo contra Nigeria. En el coche repasamos las amarillas, Mercado, por revolear a Rebic, Otamendi, por intento de asesinato, y Acuña, por torpe. ¿Y los islandeses? ¡Ninguna! Son fríos hasta para eso. Conclusión: si gana Islandia, tenemos que ganar por dos goles más que ellos.

A mitad de camino, nos detenemos a admirar el Monasterio de Tijvin. Las mujeres se tienen que tapar cabeza y piernas para poder entrar. La Iglesia Ortodoxa Rusa ha recuperado protagonismo desde la caída del Muro de Berlín, y ahora es una de las principales aliadas del incontestado Gobierno de Vladímir Putin. Los monjes, de túnica negra, se pasean entre los fieles y los iconos que son venerados en la Catedral de la Asunción.

Todos aquí desconocen que está jugando Inglaterra, y que Harry Kane, entre penales y rebotes, se convierte en el goleador del Mundial con cinco conquistas. John Stones mete dos cabezazos ingleses, y Jesse Lingard un golazo sudamericano para completar el set para los ingleses. Sin embargo, Felipe Baloy consigue el gol del honor para Panamá, y el 6 a 1 final abre el juego de las amarillas entre Inglaterra y Bélgica, que se jugarán el primer puesto del grupo en la última jornada.

Senegal y Japón jugaron un partido dinámico y entretenido, que terminó con reparto de puntos. El primero lo hizo Sadio Mané, de rebote, para los africanos. Empató Takashi Inui con uno de sus buenos goles a los que nos tiene acostumbrados en el Eibar. Se volvió a adelantar Senegal con una llegada del lateral Moussa Wagué, y el 2 a 2 definitivo lo consiguió Keisuke Honda después de un zafarrancho en el área senegalesa. Los nipones solo tienen que empatar contra Polonia para estar en los Octavos de Final.

Colombia y Polonia se jugaban, en el último partido de la segunda fecha de la primera fase, la posibilidad de clasificar. Los de José Pekerman fueron poco a poco imponiendo su buen fútbol, con Cuadrado bailando por la derecha, Quintero filtrando pases increíbles por el centro, James sacando a pasear su zurdita de oro, y, finalmente, Yerry Mina ganando de cabeza en el área polaca para poner a Colombia por delante.

Entonces se desató Colombia, y cada contraataque era peligro de gol. Otra vez el mago Quintero asistiendo, y Radamel Falcao define con la cara externa del pie derecho para meter su merecido primer gol en una Copa del Mundo. El 3 a 0 llegó con otra galopada de Juan Guillermo Cuadrado, que se plantó solo frente al arquero polaco y definió con la calidad con la que jugó todo el partido. Lewandowski se vuelve a Polonia sin meter ni un solo gol. Parte de la culpa es de David Ospina, que le sacó dos cantados. Colombia puede seguir soñando, aunque tiene que vencer a Senegal para seguir en el Mundial.

 

Andrés Margolles. San Petersburgo, 24-06-2018