COL-ING: Penales: 3-7 | Rusia 2018

Por Leandro Racedo

De pie Colombia, que esta selección se merece un aplauso.

Es difícil encontrar consuelo cuando la lotería de los penales a uno le da la espalda. Imposible dejar de pensar en ciertas jugadas o ciertos fallos del árbitro que hubieran cambiado el curso de la historia. Lo cierto es que la única verdad es la realidad, una muy triste encuentra a Colombia fuera del Mundial.

Como resumen, el partido fue extremadamente parejo, donde Colombia usaba a Quintero como creación tratando de romper la defensa inglesa a punta de pases precisos, mientras que Inglaterra apostaba a la velocidad de contragolpe de sus delanteros y el juego aéreo.

Mucho respeto de ambos lados y así se consumieron los primeros 45’.

En el segundo tiempo toca hacer la autocrítica de lo inocente de los defensores colombianos para un compromiso de esta magnitud. Ya en el primer tiempo hubo roces excesivos en el aérea, y eso es un pecado que nos costó carísimo. Penal para Inglaterra. Kane se perfiló, 1-0. A partir de este momento, Quintero desapareció del partido (se fue substituido) y Colombia lo buscó con más ganas que ideas. Uribe, que había ingresado sacó un remate que el arquero ingles evitó entrara por el ángulo. Y el tiempo pasaba… hasta que el empate a Inglaterra vino de su propia receta. Centro agónico y gol del gigante Yerri Mina. “Yo no fui. Fue Dios”, repetía Yerri frente a la cámara. Lo cierto es que algo mágico hubo en ese gol agónico que se gritó con el alma.

En el tiempo suplementario Colombia olió la sangre de Inglaterra y lo buscó como pudo, y estuvo cerca de lograrlo. Finalmente, nada pudo hacer para llegar a penales.

El resto es historia, demasiado dolor para analizar cómo se patearon, si fue mérito del arquero o error del pateador. Lo cierto es que se quedaron en la puerta de la gloria. Agonía de Pekerman, lágrimas de James, Falcao mordiéndose el labio, casi lo mismo que nosotros en nuestras casas frente a la televisión.

Es difícil, en tanto dolor, ver lo positivo, pero antes de pie y a aplaudir a Pekerman y Falcao, dos pilares de esta gloriosa generación que están terminando su ciclo de cara al próximo Mundial. Apariciones como Quintero y Mina que realmente ilusionan, de cara a lo que se viene. Y el público de Colombia que hizo una fiesta en cada ciudad donde jugo la selección.

Esperemos que muchachos no hayan corrido no sea en vano. Habrá que elegir con sabiduría al reemplazo de Pekerman, y que continúe este proyecto que nos devolvió la gloria al futbol colombiano.

Gracias Selección, ustedes dieron todo y nosotros también. Y todos de pie, con la frente en alto y a pensar en los próximos desafíos.