ARG-ISL: Svinfylking, o el catenaccio islandés | Rusia 2018

Por Iván Farías

El svinfylking era una antigua formación de defensa vikinga, que consistía en un grupo de guerreros muy bien equipados, con lanzas, hachas y escudos, juntos, hombro con hombro y en las orillas, arqueros menos protegidos, agrupados en una formación triangular con los guerreros encabezando las líneas frontales que protegían a los arqueros. Eran una especie de cuña que esperaba a la caballería. Cuando la caballería enemiga se lanzaba contra ellos los guerreros armados los recibían con lanzas largas y los arqueros los dañaban a lo lejos.

Algo similar sucedió con la toda poderosa selección argentina. No cabe duda que hombre por hombre en cada posición la escuadra del Río de la plata era superior a la de Islandia con nombres como Higuaín, Di María, Agüero y claro, Messi. En el papel, porque si uno veía la preparación de la misma sabía de inmediato que era un desastre, cambio de técnicos, una difícil clasificación y la total dependencia ( y exigencia absurda de todo un país a un tipo, el Pulga).

Islandia lleva la de ganar, por irónico que pareciera, ya que era el perdedor antes de llegar al estadio Spartak. Lo que hiciera para no perder por una gran diferencia era ganancia. En las gradas las barras argentinas superaban en número a las vikingas. Los gritos largos y con las manos agitándose en el aire se diferenciaban de los ya clásicos cánticos cortos de los europeos.

Islandia salió a jugar y en ese intercambio de ires y venires el Kun Agüero  les anotó con un baile fantástico, con una media vuelta tanguera que fue el anuncio de lo que podría ser un paseo por la Plaza de Mayo. Pero al poco tiempo AlfreðFinnbogason anotó la igualada, para que después Messi fallara una y otra vez. Ante la andanada argentina, los islandeses replegaron sus fuerzas y aplicaron el svinfylking, serios, esperando, aguantando el asedio, sabiendo que tenían frente a sí a un grupo de genios, que por más mal que estuvieran como conjunto, en cualquier momento podía hacer una genialidad y anotarles.

Entonces vino un penal inexistente, un regalo arbitral que no pudo concretar Messi y como decimos en México, los mariachis callaron. Argentina está anímicamente en el suelo a diferencia de Islandia, que sale bien librado de la batalla. El hacha está levantada en todo lo alto y ahora esperan a Nigeria.