Al avión con ilusión | día 02
En Barajas hacen escala colombianos, peruanos, y argentinos para continuar en la aerolínea rusa Aeroflot, rumbo a Moscú. Mi maleta contiene una camiseta de la Argentina, una de España, otra con el “9” de Paolo Guerrero… Todo listo para unirnos a la fiesta del fútbol que ya se ha empezado a vivir en el país más grande del Mundo.
Antes, en un estadio que no se llena, se enfrentan la Uruguay del “maestro” Tabárez contra el Egipto de Héctor Cúper. Con Mohamed Salah lesionado, el plan egipcio funciona desde el inicio, y los celestes apenas llegan con alguna jugada aislada que Luisito Suárez no puede convertir. Atrás, con el imperial Godín, no tiene problemas, pero el medio no genera nada, y Cavani se convierte en la mejor carta ofensiva sobre el final, con un zapatazo que salva el bueno de Elshenawy y un tiro libre que se estrella en el poste.
En el minuto 89, el gladiador del Atleti José María Giménez aparece por la banda derecha y genera el último tiro libre que caerá en el área de los africanos. Y allí, en el punto penal, el mismo Giménez se eleva por entre todo Egipto y mete un cabezazo exquisito que se convierte en el 1 a 0 y sella una victoria agónica para los uruguayos, que se jugarán el primer puesto del Grupo en el último partido contra los anfitriones.
Marruecos e Irán inauguraron el grupo de los españoles con un partido en el que ni el fulbito de los marroquíes ni el orden y contragolpe del equipo de Queiroz auguraban otro destino que el empate a cero. Sin embargo, en el minuto 95, un centro al área ejecutado por Haji Safi lo cabeceó el marroquí Bouhaddouz, recién ingresado, y metió un golazo en contra. Fue el premio al trabajo táctico de Irán que con el 1 a 0 se convierte en el principal adversario de España para pasar la Primera Fase.
El primer partidazo del Mundial se jugaba en Sochi y no defraudó. España arrancó pensando en Lopetegui, y a los tres minutos ya le habían hecho un penal a Cristiano Ronaldo, que no perdonó. Parecía que se derrumbaban anímicamente los españoles y que en cualquier contraataque se vendría el segundo, pero Diego Costa atropelló a Pepe sin que en el VAR se enteraran, y después guapeó, se acomodó, y sacó un latigazo para empatar el partido. Así se moría el primer tiempo, igualado, cuando Cristiano recibió en la puerta del área y sacó un zurdazo bajo y a las manos de De Gea… y las manos de De Gea la mandaron para adentro del arco, ¿de Cristiano o de De Gea?, era el segundo de Portugal.
Otra vez las dudas en España, y otra vez el gol que las disipa. Centro al segundo palo, la baja Busquets de cabeza y Diego Costa completa su doblete de atropellada. Entonces sí volvió la confianza, se pusieron a tocar la pelota un Isco brillante, un Silva siempre coherente, y apareció un tal Nacho Fernandez, que le pegó tan bien a la pelota que hay que felicitar a Rui Patricio por haberse tirado. Palo y gol. España se ponía por delante y con Thiago en la cancha, los portugueses no olían el balón. Al fútbol juegan los jugadores, y los de España son muy buenos.
Muy bueno es, también, Cristiano Ronaldo. Él solo creía en el empate, le sacó una falta a Piqué en la medialuna del área, y a dos minutos del final clavó el tiro libre en el ángulo de un De Gea ausente. Era el 3 a 3 que castigaba a una España sin entrenador. Era el empate que premiaba a Cristiano Ronaldo, el hasta hoy goleador y figura del Mundial.
Hasta hoy, porque mañana debuta la Argentina. Por eso hacemos la cola para despachar la maleta, revisamos pasaportes, y subimos al avión que nos llevará al corazón de la Copa del Mundo. A Moscú. A la cancha donde jugará Lionel Messi.
Andrés Margolles. Barajas, 15-06-2018
Leave a Comment