Debe ser el Mundial de Messi, ¿lo será?
«¿A quién no le gustan los paralelismos? A mí me encantan.» Y más allá de los obvios, hay paralelismos entre Maradona y Messi.
¿A QUIÉN NO le gustan los paralelismos? A mí me encantan. Hubo un tiempo, no muy lejano, en el que creía que mi vida se comportaba como mi equipo de fútbol, como Argentinos Juniors. No era una cuestión de influencia, no se trataba de que las victorias del Bicho hicieran que yo estuviese mejor, más contento, y por eso me fuese mejor en la vida; menos aún lo contrario, mis éxitos no podían influir nada en los resultados del equipo. Era simplemente un paralelismo, si ese año Argentinos terminaba entre los primeros, coincidía con un año en el que todo me había ido bastante bien; si ese año las cosas no habían salido como las planificara el 1º de Enero, resultaba que Argentinos había estado peleando el descenso… y ni os cuento cuando no habíamos tenido suerte en esa pelea.
Desde hace 7 años, cuando comenté (en un artículo en el Diario Olé): «a Messi le veo cosas de Maradona» [1], hemos seguido el crecimiento (futbolístico) de un Lionel Messi que, con el Barcelona, ha llegado a lo más alto mucho antes que cualquier talento que lo haya precedido. Incluso el mismísimo Diego Armando Maradona tuvo innumerables dificultades para triunfar con sus equipos o, mejor dicho, que sus equipos, siempre mucho más modestos que este Barça de Puyol, Xavi e Iniesta, triunfen. Pero lo que verdaderamente marca la grandeza, el punto culminante de la carrera de cualquier jugador, son los Mundiales, es allí donde hay que demostrar, compitiendo con los mejores del mundo, que se es el mejor de todos.
Su primer Mundial, Diego Maradona no lo jugó. En 1978 tenía tan solo 17 años. Aún así, ya era un jugador especial, la rompía en Argentinos Juniors y había convertido al ignoto Carlos Álvarez en el goleador del fútbol argentino. Su calidad no pasó desapercibida para César Luis Menotti, el entrenador que llevaría a la Selección Argentina a conquistar su primer Mundial. Maradona estuvo presente en la última lista de 23 preseleccionados, y fue uno de los 3 que finalmente no fueron de la lista final de 20 jugadores. Su primer Mundial le pasó raspando, y al año siguiente fue Campeón Mundial Juvenil en Japón.
Lionel Messi tenía 19 años recién cumplidos cuando José Pekerman lo mandó a la cancha contra Serbia y Montenegro en el Mundial de Alemania 2006. Había sido Campeón Mundial Juvenil el año anterior en Holanda. Messi era especial, se notó ese día, contra Holanda, en un partido intrascendente en el que fue el mejor del campo, y cuando entró contra México. Sin embargo, el día definitivo, en los Cuartos de Final contra Alemania, no jugó ni un minuto. Para Pekerman, al igual que Diego para Menotti en el ’78, Messi no era parte del «equipo».
En 1982 todos los flashes apuntaban a Diego Maradona. Argentina llegaba como Campeón del Mundo y Maradona era su estrella, el 10. Diego jugó muy bien, a pesar de una sorpresiva derrota inicial, en su debut mundialista, contra Bélgica en Sevilla; Maradona condujo al equipo hasta la ronda decisiva. Allí la Argentina tuvo que medirse con Italia y Brasil, la atención puesta en Maradona lo sobrepasó, y fue el duro equipo italiano el que sería Campeón del Mundo. Finalmente, lo de Maradona fue una desilusión, ¿sería menos de lo que parecía?
Sudáfrica 2010 esperaba ver al gran Lionel Messi. Argentina tenía un sinnúmero de estrellas, pero una muy por encima del resto, Messi era el 10. Lionel desparramó fútbol por las canchas africanas, se ganó la primera ronda con puntaje ideal, y contra México no encontró oposición para su fútbol vertical. Pero Alemania, otra vez en Cuartos de Final, pasó como aplanadora por encima de Messi, que lo intentó obcecadamente hasta fracasar irremisiblemente. Al subirse al avión, la desilusión era total, ¿Messi no era capaz de hacer con la camiseta albiceleste lo que hacía con la del Barcelona?
Diego Maradona llegó al Mundial de México 1986 siendo el mejor jugador del mundo. Diego ya sabía de qué se trataba, como en el ’82, con eso no alcanzaba, había que demostrarlo en los partidos decisivos. Bilardo armó un equipo pensando solamente en el 10. Lo que pasó entonces todos lo recordamos. Argentina empezó bien, titubeó contra Uruguay y, a partir de allí, apareció un Maradona superlativo que desparramó contra Inglaterra, Bélgica y Alemania, en la final, un fútbol que nunca más se ha repetido.
Lionel Messi llega al Mundial de Brasil 2014 siendo el mejor jugador del mundo. Ya sabe lo que es ser la estrella, como en el 2010, pero ahora toca demostrarlo en la cancha. Alejandro Sabella, el entrenador argentino, está armando el equipo que Lio necesita. Si la historia se repite, si el paralelismo es tal, preparémonos para ver, en Brasil, una nueva obra maestra del fútbol.~
Referencias:
[1] «Bajaron un cambio», Diario Olé, 21 de junio del 2006.
Para ti sera un gran año, espero que para el futbol tambien!
Ojalá¡¡¡ por Messi, que creo le importa mucho la blanca y celeste; ojalá por Brasil que tenga un mundial calificación 10; ojalá por los argentinos para que la alegría futbolera desplace al dólar.
Hola Blas,
Me acordé de tu texto, y vista la eliminatoria de la Liga de Campeones entre el Atlético de Madrid y el Barcelona la respuesta es no. No será el mundial de Messi (ni de España, pero esto es otro texto…). Saludos.
Mi lectura de la victoria del Atlético de Simeone es justo la contraria, Messi tiene la cabeza puesta exclusivamente en Brasil; aceleró en el Bernabéu, tal vez acelere nuevamente en Mestalla, pero para ser el más grande de la historia tiene que triunfar en Brasil.
Por cierto, el corresponsal de VozEd ya tiene pasaje para el 13 de Junio con destino Rio de Janeiro.