Bem-vindo ao País do Futebol | blog Mundial Brasil 2014
La cita tan esperada cada cuatro años del fútbol mundial empieza ni más ni menos que en Brasil, donde se respira futebol como en ningún otro lugar del mundo. Si alguien merece organizar un Mundial, ese es Brasil, el pentacampeón, el que ha levantado la Copa del Mundo más veces que ningún otro. A pesar de eso, hay dudas incluso en el pueblo brasileño, con protestas, huelgas de metro y una extraña sensación de que el sueño futbolístico de todo el povo brasileiro no es de todos sino de algunos. Antes de empezar, la alegría y la samba verdeamarela pelean por imponerse a la burocracia de la FIFA.
La ceremonia inaugural es en São Paulo, en el Arena Corinthians, el nuevo estadio del más populoso de los equipos paulistas. La final, y el corazón del Mundial, será en el Maracaná de Río de Janeiro, donde en 1950 se produjo el “Maracanazo” en el que Uruguay le arrebató el título a Brasil. Han pasado muchos años pero en Brasil aún se recuerda la derrota como si fuera ayer, y toca vengarla 64 años después. Para ello, han recuperado al técnico que les dio el último título mundial en Corea/Japón 2002, el veterano Luiz Felipe Scolari.
La ceremonia pasa sin pena ni gloria, como queriendo ceder todo el protagonismo al partido de fútbol que jugará Brasil una hora después. Sin discursos oficiales, ni de la FIFA ni de Dilma Rousseff, la presidenta del Brasil, tal vez preocupados por la reacción del público, queriendo dar un paso al costado. El trío de Jennifer López, Pitbull y Claudia Leitte, no puede hacer olvidar a la Shakira de Sudáfrica. Lo mejor son las tribunas, completamente amarillas, esperando el debut de su selección.
Scolari saca un Brasil defensivo, que deja todas las soluciones ofensivas en la imaginación de Neymar. El primer tiro al arco es de los croatas, la primera llegada clara también, un cabezazo de Ivica Olic; así que nadie puede sorprenderse cuando Rakitic inicia magistralmente un contragolpe, centra Olic, toca Jelavic y Marcelo, que lleva 50 metros corriendo hacia atrás, se mete un gol en contra.
El gol despierta a Brasil, llegan varios centros de Oscar desde la banda derecha y el que encara y desequilibra una y otra vez es Neymar, la figura de la cancha. A la media hora recoge un buen pase de Oscar después de una trabada jugada en el mediocampo y arranca metiendo miedo para sacar un zurdazo mordido que se mete tocando el poste izquierdo croata. Es el empate, merecido para Brasil, merecido por Neymar, que se ha puesto el país al hombro.
Brasil hace méritos para ganar el primer tiempo, pero en el segundo Luka Modric se hace dueño del balón y los minutos pasan sin que los locales encuentren soluciones. No lo son ni la entrada de Hernanes ni la de Bernard. A 20 minutos del final, Lovren lo agarra a Fred en el área y el árbitro japonés no duda un instante: ¡penal para Brasil! El derechazo de Neymar vence las flojas manos del veterano Pletikosa.
Así y todo, Croacia sigue jugando y un zapatazo de Perisic obliga a una tapada salvadora de Julio César. A la contra, en el minuto final, la presión brasileña sobre Rakitic le permite a Oscar rematar su gran partido con una cabalgada y un puntazo abajo, contra un palo, sitio prohibido para el arquero croata. Es el 3 a 1 definitivo que no hace justicia al buen partido de Croacia y que pone a Brasil en camino hacia el título.
La fiesta ya es completa. Las luces ya están encendidas. La estrella local, el jovencísimo Neymar, ha brillado en São Paulo y ya es el goleador del torneo. Nada puede aguar la fiesta esta noche. Brasil festeja. Argentina espera. España se prepara para reeditar, mañana [por hoy], la final de cuatro años atrás.
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