Mirada porteña: Te veo, Roberto Fabián, y me acuerdo

Te veo, Roberto Fabián, y me acuerdo del último Mundial, y lloro.

Te veo sostenerte en el aire para despejar un nuevo centro, y me acuerdo de aquella lesión, de cómo nos faltaste.
Te veo llegar siempre con el tiempo justo, medido, a tapar el remate de Drogba, y me acuerdo de aquel equipazo que teníamos en el 2002, de aquella eliminación tempranera.

Te veo aparearte, cuerpear, voltear al gigante, y me acuerdo que éramos los mejores, que le ganábamos a cualquiera, que íbamos a ser campeones.

Te veo ordenar la defensa, levantar la cabeza, y me acuerdo que aquel equipo salía a ganar en cualquier parte, de cualquier forma, por afuera, por adentro, entusiasmaba.

Te veo, y me acuerdo, y lloro. Ayer nos faltaste, hoy estás, pero la selección no es la misma, por ahora no entusiasma, sólo gana, como cuatro años atrás a Nigeria.

Te veo, y me acuerdo de aquel día en que en las gradas del Rayo Vallecano, un aficionado local, harto ya de ver a sus muchachos toparse una y otra vez con el central del Valencia, se paró y, sin que viniera a cuento, gritó: “A ese Ayala no lo pasa nadie”.

Hamburgo, 10-06-2006