Fiel a su historia, Italia pasa con un penal en el último minuto
Si Desde se acuesta romántica, amanece monumental, el Zwinger es el conjunto arquitectónico que impresiona por sus pabellones y galerías, pero es la gran cúpula de la Frauenkirche el símbolo de la ciudad; detruida completamente durante los bombardeos aliados de febrero de 1945, en los que murieron 135.000 personas y el 75% de la ciudad se redujo a cenizas, la iglesia ha sido restaurada recientemente piedra por piedra.
Frente al Elba nos sentamos en un nuevo Fan Fest preparado para la ocasión, a ver qué hacen los italianos , futuros rivales del duelo Alemania-Argentina. El partido resulta mediocre, con Italia tratando de imponer la potencia de Luca Toni y sosteniendo la retaguardia en un Gianluigi Buffon inexpugnable ante los remates de Chipperfield. En el segundo tiempo se le complicó el partido a la “azzurra” porque Marco Materazzi, el impresentable compañero de Cannavaro en la defensa por la ausencia de Nesta, se tiró criminalmente con los dos pies en plancha y Medina Cantalejo no dudó, expulsado. Pero Australia no fue mucho más que Italia a pesar de ser once contra diez, los italianos se encerraron en su campo y desde allí controlaron el partido hasta los últimos minutos, que serían los decisivos. En el último minuto adicional el lateral izquierdo del Palermo, Fabio Grosso, que supo ganarse un lugar en el equipo gracias a su buena actuación en el debut contra Ghana, apareció por su banda, superó al primer marcador, se metió en el área y enganchó ante el cruce de Lucas Neill, que cometió el error de tirarse al piso. Aprovechó Grosso para dejarse caer y penal para Italia. Si fue o no fue se puede discutir una y mil veces, que Neill dejó el brazo, que Grosso buscó el contacto, lo cierto es que pasó lo de siempre, penal para Italia en el último minuto y Francesco Totti lo ejecuta perfectamente. 1 a 0 y a Cuartos de Final. Los “canguros” se quedaron en Octavos de Final lamentándose por la oportunidad perdida pero conformes con el rendimiento general.
Por la noche se jugaba el partido más pobre de Octavos, la joven Suiza enfrentaba a Ucrania. Durante los 120 minutos que duró el 0 a 0 no hicieron más que confirmar los pronósticos de un partido pobre, chato, aburrido, impropio de un Mundial, un partido que recordó los cruces de Corea/Japón 2002. Poquísimo para destacar, las ganas de Suiza que pronto se dio cuenta de que no podía, la defensa de Ucrania que no se complica nunca, porque nunca intenta nada. Entró Streller para darle un poco de potencia a los suizos y Artem Milevsky para darles calidad a los ucranianos. Casi perdemos la esperanza de ver un gol hasta en los penales, el astro Shevchenko la dejó en las manos del arquero y después el que atajó fue Shovkoskiy. Fue Artem Milevsky, el hombre del Dinamo Kiev, el que quebró el hielo con un toque sutil. Lo de Suiza siguió siendo nefasto, al travesaño, otra vez a las manos de Oleksandr Shovkoskiy, quien sería la figura del encuentro. Ahora Ucrania ya no fallaba, Rebrov y Gusev, todos del Dinamo Kiev, convirtieron para estampar un 3 a 0 en los penales que les dio una histórica clasificación para los Cuartos de Final en su primera participación mundialista. El próximo partido será contra Italia, y si bien no prometen mucho fútbol los ucranianos, seguramente les plantearán un partido complicado.
Nos vamos despidiendo de Dresde desde el otro lado del puente de Augusto el Fuerte, el de la estatua dorada, mañana juegan nada más y nada menos que España y Francia en Hannover, un clásico que lo tiene todo, grandes talentos y mucha historia.
Dresde, 26-06-2006
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