Quien más propuestas sólidas tuvo | Corresponsal de guerra

Un texto de Elisa Aceves de Ramery


 

ESTE ES UN año de elecciones en el país del ombligo de la Luna. Para todxs aquellxs que viven fuera México, es preciso recordarles la cantidad terrible y temible de corrupción con la que vivimos. En un estado perpetuo de preguntarse por la verdad, elegir un candidato en un país que lleva cayéndose a pedazos muchos años es una acción complicada, por adjuntarle un adjetivo.

Yo nací en 1992, cuando el presidente era Ernesto Zedillo Ponce de León, el último primer mandatario del PRI antes de entrar 12 años de PANismo conservador, que terminaría con el regreso del PRI en el 2012 con el muy timbrado Enrique Peña Nieto. Ahora, los contendientes a la Presidencia del país se ven inmersos en una red complicadísima de corrupción, de tirarle piedras al otro para intentar derribarlo, pero sin propuestas verdaderas que prometan acabar con la época terrible que se vive en México. Apenas esta semana que acaba de pasar, una de lxs tres canditatxs independientes a la Presidencia renunció a su candidatura. Es imposible ganarle al sistema, por lo visto, y les aseguro que no soy la única que no sabe por quién va a votar. Hay muchas cosas qué decir respecto a lxs candidatxs y sus propuestas, o la falta de ellas. Lo único que se escucha en el radio es unx tirándole mierda al otrx, totalmente innecesario y que lleva absolutamente a ningún lugar.

Cuando se anunciaron por primera vez los aspirantxs a las candidaturas independientes, apareció un nombre que le abrió los ojos a muchas personas, y que logró que se sentaran un poco más rectos. María de Jesús Patricio Martínez, conocida como Marichuy, una candidata indígena, perteneciente a la etnia nahua, había sido elegida como vocera representante indígena para buscar el registro ante el Instituto Nacional Electoral (INE) como candidata independiente a la presidencia del país. Marichuy es médica tradicional nahua, curandera y experta en herbolaria. Fue elegida como representante de su comunidad para asistir al foro nacional indígena, convocado por el movimiento zapatista, que se realizó en San Cristóbal de Las Casas, en 1994, después del levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional. María de Jesús tuvo la oportunidad de que el día 29 de marzo de 2001, como parte de la Marcha del color de la tierra, hablar en nombre de las mujeres indígenas de México ante el Congreso de la Unión «para dejar en claro que el proceso de reconstitución integral de los pueblos indígenas del país es una tarea que incumbe tanto al hombre como a la mujer, en una misma lucha por lograr nuestra plena liberación».

La importancia de que exista una candidatura indígena en este país tras años de maltrato y deshumanización no puede ser más evidente que ahora. Marichuy representa a un 40% de la población, dotando de voces y de movimientos a un grupo de gente qué, hasta ahora, vivía en invisibilidad. Hay una cuestión de representación en el país que debe poderse observar a plena vista. La cuestión del privilegio del que gozan o han gozado los demás candidatxs a la presidencia es innegable. Viven de formas económicamente más que acomodadas, y todos han militado en los partidos políticos importantes, o han sido pareja de algún presidente, como es el caso de la Sra. Margarita Zavala, que, aunque haya dimitido, tuvo una candidatura turbulenta con injerencia de su marido, Felipe Calderón Hinojosa. José Antonio Meade, candidato por la coalición del PRI, fue Secretario de Hacienda del actual gobierno, donde, bajo sus narices, Javier Duarte, gobernador de Veracruz, asaltó a mano armada al estado que gobernaba y permitió que niñxs con cáncer recibieran agua destilada en lugar de sus medicamentos. Parece broma, pero no lo es. Jaime Rodríguez “El Bronco“, candidato por la vía independiente, ahora el gobernador del estado de Nuevo León, insiste que si alguien roba, se le debe «mochar [cortar] la mano.» No tiene propuesta alguna. Ricardo Anaya, candidato por la coalición del PAN/PRD –que no creíamos ver que sucediera [izquierda y derecha en un mismo candidato], pero vivimos en tiempos de cambios, por lo visto– tiene a su familia viviendo en Atlanta, y gana 400,000 pesos mensuales de una forma que hasta ahora, no conocemos. Su comercial televisivo antes del segundo debate presidencial lo muestra pegándole a una pera de box. Andrés Manuel López Obrador es el candidato por la coalición MORENA, y se ha rodeado de personas non gratas – aquellos que han robado millares de pesos en pensiones, o que pertenecen al PES (Partido Encuentro Social), partido de ultraderecha que se enfoca en quitarle los derechos a la comunidad LGBTQIA+, prohibir el aborto, y «darle prioridad a la familia tradicional.»

Marichuy, por su parte, se enfoca en trabajar contra el capitalismo y el machismo.

Es quien más propuestas sólidas tuvo como candidata, de acuerdo con una nota de Animal Político publicada en Diciembre del año pasado. Trabaja en contra del machismo y del capitalismo, entendiendo su lucha desde su lugar de origen, y regresándole la importancia a los grupos indígenas del país, que son los menos apreciados y los más maltratados. Ella ha sido la vocera por las personas que han perdido sus tierras frente a los grandes corporativos o proyectos gubernamentales. La forma en que ella se registró ante el INE fue honesta – 94.4% de las firmas que se habían registrado por Marichuy fueron validadas, mientras que los otros candidatos independientes, Margarita Zavala y Jaime Rodríguez “El Bronco”, hicieron uso de fraudes y de firmas que no fueron validadas. Aún así, Marichuy no pudo llegar a ser candidata independiente. Eso le duele a la gente que había visto en ella una nueva forma de gobernar.

El día que se registró ante el INE para buscar la candidatura independiente, llamó a las personas a formar un gobierno colectivo, un grupo que se encargue de ver por todxs aquellxs que viven en el país, sin dejar a nadie afuera. «Por eso los pueblos indígenas agrupados en el CNI dijimos que era importante caminar juntos y poder derrocar a este monstruo gigante que está acabando con nosotros; que está acabando con nuestras tierras, que está acabando con nuestros territorios, con nuestra lengua, con nuestra forma organizativa que tenemos en nuestras comunidades», consideró. Pero además, es el momento de hacer «ese esfuerzo y de volver a ver a los hermanos que tenemos al lado y que juntos pensemos cómo nos vamos a organizar, para derribar este sistema capitalista y que no solo está acabando con nuestros pueblos, porque va acabar con todo el mundo».

Para todxs las personas con las que he hablado, de las cuales muchos dimos nuestras firmas para que Marichuy pudiera avanzar a la contienda presidencial, dolió mucho tener que voltear a ver a quienes ahora podrían ser el futuro presidente de México.

Desde aquí, desde mi trinchera, es el reporte hasta ahora.~