Poemas de Luis Alberto Bravo
Poemas de Luis Alberto Bravo. Selección de Jesús García Mora
El blues de la antigua estación ferroviaria
Ahora ves al enano de un solo ojo
gritando la palabra «NOW»
Y dices: «¿Por qué razón?»
Y él dice: «¿Cómo?»
Y dices: «¿Qué significa esto?»
…Y vuelve a gritar: «Eres una vaca
dame un poco de leche
o vete a casa.
Porque aquí está pasando algo,
pero tú no sabes de qué se trata,
¿no es verdad, míster Jones?»
Bob Dylan
¿No es impresionante?
Dejó de llegar el tren y ahora el antiguo telegrafista abre la estación para vender comida en las madrugadas.
Han empezado a quitar todos los quioscos
(es una orden municipal,
eso dicen,
ohh… eso es lo que dicen).
Una orden como lo fue
la expulsión de los vagabundos que dormían en el antiguo andén.
(¡El antiguo andén confundido cruelmente con el asfalto!)
¡Oh sí!
Han quitado todos los quioscos
y han amedrentado al vendedor de licor.
Ya murió el último zapatero.
Ya murió el último carrilano.
Y un día morirás tú: ¡oh antiguo telegrafista!…
Nadie dirá: “Murió el último empleado del ferro”…
¡Oh nadie lo dirá!
Porque tú, oh pobre amigo
confundido estás como los rieles desdibujados en las calles,
como una chica guapa en medio de una multitud de chicas guapas,
como la tumba del surfista junto a la tumba de quien nunca alcanzó a ver el mar.
Mientras buscas la caja de fósforos,
y tu mujer abre los asientos…
jóvenes alcoholizadas asisten a la estación, a partir de las 4 a. m.
¡Ninguna va hacia ninguna parte!
¡¡Ninguna espera ningún tren!!
Ya murió el último zapatero.
Ya murió el último carrilano.
Y un día morirás tú: ¡oh antiguo telegrafista!…
Nadie dirá: “Murió el último empleado del ferro”…
¡Oh nadie lo dirá!
Porque tú, oh pobre amigo…
confundido estás
como los rieles desdibujados en las calles,
como el surfista muerto al lado de quien nunca alcanzó a ver el mar.
Algunos trabajadores del ingenio pasan y no te saludan.
Adolescentes drogadas & vomitan & expulsan en el baño-bar.
¿No es impresionante?
Coloco en este momento dos dólares en tu mano…
¡Pero yo no viajo en ningún tren!
El blues de la pequeña naranja (2013)
Cajita de música
Las niñas
juegan con las muñecas,
y por ello sus padres ríen.
Las niñas
inventan novios a sus muñecas,
y por ello sus padres callan.
Las niñas
quieren parir muñecas,
y por ello sus padres las abandonan.
Antropología Pop (2010)
Sofía
Salgo a las doce de la noche,
a darle un trozo de vidrio a los niños.
“¡Vuelvo! Junta la puerta para que entre yo,
para evitar a los ladrones”.
Hay algo de noche en el gato.
Hay algo de gato en el zinc que da a la calle.
Al final del jardín un duende defeca.
Lo sé por los árboles
¡Tosen los árboles!
Tiene la oreja de un cerdo
y el mandil de un carnicero.
Me arropo mientras la araña me mira:
sueño a Kerouac atropellado por un camioncito de marihuana
y en el cuarto adjunto
a ti
se te revientan los ojos.
Antropología Pop (2010)
Susurros de un campo de hielo
Ingenieros de la NASA
sueñan con ser plomeros en Groenlandia.
Sueñan con bajar patitos de goma
por un desagüe natural lleno de agua.
Sueñan con verlos nadar
por el sistema de plomería de un campo de hielo
(Sueñan con elaborar un mapa del sistema de plomería de este campo de hielo).
Y verlos salir (a los patitos) al océano
con notitas atadas a sus cuellos:
«Por favor, llame a este número si me encuentra».
Utolands, 2013
Territorios del murciélago café pequeño
En el invierno
cientos de murciélagos salen de las minas
a un ritmo de uno por minuto.
Aquellos que caen al suelo
se aletean en la nieve
como diminutos paraguas rotos por el viento.
Al anochecer todos estarán muertos.
Los murciélagos no vuelan en el día.
Los murciélagos no vuelan en el invierno.
Y sin embargo, esta estación, han salido de las minas
a un ritmo de uno por minuto.
Cada murciélago volando,
a esta hora, en el cielo del invierno
está muerto.
El blues de la pequeña naranja (2013)
Romantic blues & view master
Para Carolina
Un gato nace en un basurero.
Hay ardillas muy tímidas en los bosques.
Desde aquí observo
como algunos soldados pintan la guarnición,
otros llevan mensajes hacia alguna parte.
Juego a montarte el sol sobre tu pelo.
Juego a crispar leña
y a silbar para ti.
Tu rostro es…
como la almohada de un bebé,
como unos tenis saltando en el césped.
Me han enviado a lavar las ventanas,
a la hora en que algunos soldados
juegan a hacer volar sus cometas de plástico,
otros llevan mensajes hacia alguna parte.
Dibujo un bosque de uvas
para que lo pises tú.
En verdad,
dibujé un bosque de uvas
para que mi novia lo pisara.
El gato cayó de un edificio.
Las ardillas conquistaron un durazno.
El gato es un puzzle.
Tu corazón le pertenece a una ardilla.
El blues de la pequeña naranja (2013)
Luis Alberto Bravo (Milagro, 1979). Escritor ecuatoriano. Premio del Fondo Editorial del Ministerio de Cultura del Ecuador, 2012. Ha publicado Antropología Pop (Universidad de Cuenca, 2010); Utolands (Editorial Lenguaraz, México D.F, 2010; Casa de la Cultura Ecuatoriana, Quito, 2013); Cuentos para hacer dormir a una niña punk (Ediciones Arlequín, de Guadalajara, México, 2010); Las ardillas del Orden Enano (Editorial El Quirófano, Guayaquil, 2011); El blues de la pequeña naranja (Editorial El Quirófano, Guayaquil, 2013). Sus novelas Septiembre (Fondo Editorial del Ministerio de Cultura del Ecuador, Quito, 2012); Hotel Bartleby (Random House Mondadori, Bogotá, 2013); El jardinero de los Rolling Stones (Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión, Núcleo de Loja, 2016).
Considerado por la Feria Internacional del Libro de Guadalajara de 2011, como uno de ‘Los 25 secretos literarios de América Latina’. Fue becario del Programa de Residencias Artísticas para Creadores de Iberoamérica y de Haití (FONCA y AECID, 2014).
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