Poemas de Jorge Sosa

Poemas de Jorge Sosa. Selección de Jesús García Mora.


 

El mar también suena
en las latas vacías

Hay gente que se presenta
al iniciar cada conversación.

Hola, soy Jorge, dicen
al chofer del autobús
que los lleva al trabajo,
al dueño de la tienda
donde compran jamón
y condones.

Sospechamos que dicen Hola,
soy Jorge, a su esposa
en las mañanas
y a su padre
cuando van juntos
al estadio de futbol.

Por la noche, se han presentado
a sus jefes y compañeros de trabajo
así como a los vecinos
que tomas caguamas en la banquetas.

Si tienes insomnio
y pones atención a la madrugada
puedes escucharlos
repitiendo su saludo.

 

En el mundo, hay más swingers que judíos.

Los swingers sobrevivieron persecuciones del gobierno
en Roma, Helsinki y Sudamérica.

Tienen incontables enemigos, entre ellos:
la iglesia evangelista, el cártel del Golfo, los iluminada
y el buró de alcohol, tabaco, armas de fuego y explosivos.

Fueron marcados por hierro ardiente
y se les prohibió ser dueños de tierras
en el sur de Estados Unidos.

En Perú, hay festivales
en los que queman efigies de swingers
en los patios de las iglesias.

En Sinaloa, hay un pueblo
donde las tradicionales piñatas que los niños destrozan
en diciembre, se llaman swingers.

Dicen que su sistema económico es mejor que el socialismo,
que inventaron un combustible sin hidrocarburos
y que han logrado que los pandas se apareen en sus jardines.

Está documentado que Kissinger, Nixon y los Rockefeller
intercambiaron esposas, al igual que todos los reyes de España.

Dicen que tienen un quinto lóbulo en el cerebro,
que controlan la economía de China.

Otros dicen que son una leyenda,
que los bares oscuros donde se reúnen
están vacíos.

 

Autralia 31 – Samoa Americana 0
(eliminatoria mundialista) 

Ayer por la tarde,
decidí retirarme del futbol profesional.

Cero minutos en primera división,
cero goles anotados,
cero asistencias,
cero tarjetas amarillas,
cero tarjetas rojas.

En el último mercado de transferencias,
como en los anteriores,
ningún equipo se interesó en mi contrato.

A diferencia de muchos compañeros,
puedo decir con seguridad
que no le debo nada al futbol.

Me entusiasma la idea de continuar mi vida
en el anonimato,
lavar los trastes mientras fumo un cigarro,
dedicarle al insomnio
las horas que necesita para afiliarse,
raspar el cuerpo de mi esposa
con el mío.

Lejos de la cancha,
Ese jardín donde nunca han crecido flores.

 

Los ingenuos nos formamos
en la fila del pelotón de fusilamiento
pensando que al final dan globos.

 

Jorge Sosa (CDMX, 1981). Autor de Yoghurt con ceniza (Editorial Niño Down, 2016). Miembro del colectivo de arte multimedia Los KFGC.