BEBER POR NO LLORAR | Un planeta tropical con mucha playa

SOY DE LOS que cree que el cambio climático es un tema serio. Llamadme rojo. O verde. Pero lo cierto es que a estas alturas de la película queda poca gente que dude de la magnitud del problema. En realidad, la comunidad científica nunca ha dudado sobre ello. Pero eso era lo de menos, y no ha evitado que el debate sobre si el planeta se estaba calentando, y si era consecuencia directa de la actividad humana, haya durado muchísimos años. Y es que nos encanta discutir sobre cosas. Donde esté un debate de calidad, de esos con gritos e insultos, que se quite todo lo demás.

Pero, poco a poco, el morbo se ha ido enfriando y el planeta ha seguido calentándose y batiendo récords. El pasado agosto fue el mes más caluroso del que se tiene constancia y la gente se está volviendo a preocupar un poquito. Tanto es así que, a mediados de septiembre, Europa defendió «por unanimidad» reducir a la mitad las emisiones del planeta para 2050, y hacerlas desaparecer casi por completo para el 2100. El objetivo es que para final de siglo el aumento de la temperatura no supere los dos grados, aunque desde ya se cree que las medidas tomadas no serán suficientes, y que probablemente aumente en tres grados. Tres no parece mucho. Pero a un nivel global, que la temperatura media suba tres grados puede ser una gran putada. Para hacernos una idea de lo que unos pocos graditos pueden hacernos, hace cien millones de años la temperatura media era entre seis y diez grados más alta que ahora, y en consecuencia todas las regiones del planeta eran tropicales, no había hielo ni en los polos, y el nivel del océano era doscientos metros más alto. Vamos, que tres graditos arriba o abajo pueden convertir la tierra en un planeta completamente tropical con mucha playa. No suena tan mal si eres uno de los que sobrevive.

[pullquote]Soy de los que cree que el cambio climático es un tema serio. Llamadme rojo. O verde.[/pullquote]

Tampoco quiero sonar alarmista y fastidiaros el día. Pensad que, aunque pase lo peor de lo peor, nosotros ya habremos muerto de viejos para sufrirlo. Aun así, por si acaso, suelo intentar hacer todo lo que está en mi mano por ayudar. Si al final ocurre que un montón de ciudades acaban sumergidas bajo el océano, por lo menos podré decir que yo reciclaba en casa e iba en metro a trabajar. Son cosas pequeñas, lo sé, pero también tienen su mérito. Lo de reciclar, por ejemplo, a veces lo ponen muy difícil. Ayer bajé con toda mi buena intención una caja de cartón bastante grande a reciclar y, no sé quién ha diseñado los contenedores de papel, pero lo de hacer agujeros tan pequeños no tiene ni pies ni cabeza. Me pasé más de media hora para desmontar la maldita caja y hacer que entre por la rajita de mierda. Por no hablar de todas las dudas que surgen cuando tienes que decidir si tirar algo o no al maldito contenedor amarillo de los envases. Todavía no tengo claro dónde va el corcho de una botella de vino. O las bandejitas donde te vienen las pechugas de pollo y las hamburguesas, ¿son de papel o de plástico? Es una incógnita que me ha tenido despierto más de una noche.

Es cierto que a nivel individual es complicado marcar la diferencia. A no ser que ser que montes una empresa, la vendas y te vuelvas multimillonario. Algo así le pasó a Elon Musk, uno de los fundadores de Paypal. Después de venderla y forrarse, decidió que quería hacer el bien y ayudar a salvar el planeta, así que montó una empresa de coches eléctricos (Tesla) y otra de energía solar (SolarCity). La cosa le va bastante bien, y es todavía más rico que antes. El tío parece que es bastante listo. Lo preocupante del asunto es que también ha montado una empresa de cohetes espaciales (SpaceX), y su objetivo final es establecer una colonia de humanos en Marte. Por si acaso. Parece ser que no se fía mucho de que salvemos nuestro propio planeta. Suena a coña, lo sé. Pero el señor Musk va bastante en serio. De hecho ya ha conseguido poner satélites en órbita e incluso tiene un contrato con la NASA para abastecer la Estación Espacial Internacional. Según cuenta él mismo, antes de 2030 va a enviar al primer ser humano a Marte.

No sé si lo conseguirá, pero si lo hace, espero estar vivo y verlo desde el sofá de mi salón junto a mis hijos. Veremos si para entonces mi casa no esté sumergida bajo las aguas del océano.~