80P1VM/72: Las paradisíacas playas de Fiji
#post_80P1VM/72 de 80 en 1 vuelta al mundo, de Humberto Bedolla
—¿CUÁNTAS ISLAS HAY hay en Fiji?
—300 o algo así.
—¿Y por qué vamos a las Yasawa?
—Parece que en este pequeño archipiélago está el paraiso.
Lo cierto es que el paraíso es caro. Pero dejando de lado lo obvio, el paraíso es el paraíso, es decir, las Yasawas son lo que uno viene a buscar a Fiji.
Hay un monopolio en el transporte marítimo a las islas y hay unos pocos hoteles en cada una, por lo que hay que plegarse a la oferta y las pocas opciones. Todos te cobran (por un ojo de la cara) la cama y la comida, quieras o no, comas o no. Comenzamos por Blue Lagoon, y de inmediato sentimos el cambio de ritmo. El tiempo pasa de forma diferente, no más lento, sino en intervalos de actividades: desayuno, esnorkel, comer, esnorkel, descansar en la playa, happy hour, cenar, descansar en la cama. Así se puede -y se pasa- uno todos los días. Visitar Blue Lagoon es un espectáculo para los ojos, fuera y dentro del agua: largas playas de agua verde y azul llenas de corales y peces de colores.
Para variar un poco, cambiamos de isla. Llegamos a Nanuya Balavu, otra isla dentro del archipielago de Yasawa; al único resort que tiene cursos de freediving, y es que me había propuesto llegar a los 40 metros de profundidad y sentir la ‘gravedad oceanica’. Cuando llegamos a la isla bajé corriendo de la lancha, tiré la backpack en la arena y llegué emocionado al Dive shop.
—Soy Humberto, mañana comienzo el curso nivel II de freediving —grité emocionado—. 40 metros.
El hombre se tomó su tiempo, el famoso Fiji-time.
—Uy, lo siento. El instructor se fue hoy.
—¿Qué?
Me los como. Inmediatamente me puse colorado. Llamaron a la gerente, luego al dueño.
—Revisen los emails, gritaba. Me dijeron que reservará hotel y que viniera un día antes. Sólo he venido por el curso. Los mato. ¡Me los cargo a todos! Los ahogaré.
El cielo se puso gris, encapotadísimo. Comenzó a llover. El agua subía. Ni siquera yo podía ver pero esa isla y su Fiji time se debían ir a la mierda. Al fondo del Pacífico. Para, me decían todos. Para, no más. El agua seguía subiendo.
—Calmate, me dijo Arancha. Te han propuesto una opción que no está mal. No más, para esto.
Estaba un poco inquieta. Yo también. El agua ya nos cubría a todos y yo ya sólo veía a la gente como se ven a los peces. Estaba bien encabronado.
—Está bien, me lo pensaré. Pero jodido ya estoy.
Dejé de llorar y los nubarrones y el nivel del agua descendieron. Finalmente hicimos el curso avanzado de buceo: 30 metros viendo un barquito de pesca chino hundido, buceo nocturno, buceo en cuevas, un pináculo y otro buceo con tiburones. Ya teniamos más de veintitantas inmerciones en el librillo.
Nos fuimos a una tercera isla, Wayasewa, la peor cita de todas. Aún así hicimos esnorkel con tiburones de aleta blanca y negra del arrecife. Y sí, el paraíso es el paraíso, es decir, las Yasawas son lo que uno viene a buscar a Fiji.~
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