80P1VM/46: La Gran Barrera de Coral
#post_80P1VM/46 de 80 en 1 vuelta al mundo, de Humberto Bedolla
“LA GRAN BARRERA de coral” me desperté gritando, casi como una pesadilla. Arancha me dio unas palmadas en la espalda y me confirmó que iríamos. Tranquilo, decía mientras me daba las palmadas, iremos, a pesar de que sea una pasta. Luego me limpió el sudor de la frente y me dio un trago de cerveza. Me había dormido en el pasto de la laguna artificial de agua salada de Cairns. Llevábamos varios días en la ciudad, ya habíamos ido todos sus cafés, a varias galerías de arte y a muchas agencias de viaje. Un día, un poco aburridos de tanto folleto turístico con precios carísimos para visitar el arrecife —la Gran Barrera de Coral— nos fuimos a descansar a Port Douglas, y nos importó una mierda la advertencia de medusas venenosas y cocodrilos de agua salada, nos metimos al mar. Luego volvimos a Cairns y, finalmente, contratamos un viaje en velero con una gran comida y la posibilidad de varias horas de esnorkel en el arrecife.
Embarcamos pronto, con no más de 20 personas que, como nosotros, sonreían babeando. Navegábamos a la Barrera… y llegamos a las playas de una pequeña isla. Era el Arrecife Arlington. La isla estaba rodeada de playas de arena brillante, aguas turquesas y luego azules oscuro, y muchos, muchísimos peses. Vimos un pequeño tiburón, y vimos calamares sin necesidad de una botella de aire, solo un tubo.
Y regresamos contentos, al vaivén de las olas y el empuje del aire. Las dos enormes velas que nos llevaban a tierra firme se elevaban al cielo, casi del mismo color que el del océano. Si ese día el astronauta de la estación espacial MIR mira el planeta y está sobre Australia, en ese momento solo podría ver sin problemas la Gran Barrera de Coral, y nosotros en ella. Y eso, hay que pagarlo.~
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