80P1VM/45: El bosque lluvioso de Daintree

#post_80P1VM/45 de 80 en 1 vuelta al mundo, de Humberto Bedolla

 

EL PUNTO DE referencia dentro del Parque Nacional de Daintree es Cape Tribulation, y hasta allá nos fuimos desde Cairns, recién habíamos saltado desde Indonesia hasta Australia, de Bali a Cairns. La idea era hacer Queensland, el noreste de Australia, por lo menos hasta Brisbane. Esto significa bosques tropicales, vida salvaje, caminatas, playas, la Gran Barrera de Coral, la cultura aborigen —la más antigua del mundo—, todo en un roadtrip, en una campervan o una auto-carabana, lo que mejor saliera. Pero como no nos decidíamos, alquilamos un auto solo por unos días.

Paramos en Palm Cove, un playa larga, llena de arboles y palmeras de coco, con resorts a todas luces de clase media pero imposibles para nosotros. La clase media australiana puede gastar más que la española, sin duda. (Después descubriríamos que un mesero gana 2,400 dólares al mes por los 900 euros en España por… ay, México.) La playa advertía que nadabas bajo tu criterio: hay medusas venenosas y cocodrilos de agua salada en el entorno. Y seguimos al norte, hasta Cape Tribulation.

El bosque tropical nos recibió lloviendo, pero nos preparamos, buscamos todos las rutas y trekkings posibles y nos lanzamos con la ilusión de ver el bosque tropical lluvioso que se ha mantenido intacto por más de 140 millones de años —cosa rara para los humanos y en especial para los anglosajones, especialistas de exterminio— y su principal habitante: el cossowory, un ave del bosque del tamaño de un avestruz y de cuello azul. Un animal que parece más un dinosaurio que un pájaro.

Y caminamos, y vimos arboles, wallabies, lagartos, cangrejos, pájaros… vimos manglares y helechos gigantes prehistóricos. Vimos cómo el bosque se junta con el arrecife  y en conjunto hacen un gran ecosistema, vital para el planeta. Pero no vimos al cossoworry. Es lo que tiene la vida salvaje, dicen siempre los guías y rangers.

De vuelta a Cairns, y mientras cruzábamos un minúsculo ferry que es el único camino entre el bosque y la zona poblada el cielo se despejó. La lluvia cesó, y comprendimos que no. Que esta vez no nos sonreiría la vida salvaje.~