80P1VM/44: Los Toraja y sus enfermos

#post_80P1VM/44 de 80 en 1 vuelta al mundo, de Humberto Bedolla

 

SIN MUCHO PLAN y poca información reciente viajamos a Sulawesi, otra isla de Indonesia. Después de aterrizar tarde, en la capital Makassar, pensábamos que ya no podríamos tomar el autobús nocturno hasta Toraja, aún así corrimos, y el taxi, a cambio del doble del precio habitual, interceptó un autobús.

Tana Toraja es una zona de montañas en el centro de la isla, y lugar de los Toraja, los hombres de las montañas. Nómadas hasta hace poco menos de dos siglos, han sido obligados a abrazar alguna religión del mundo (catolicismo, hinduismo, budismo, taoísmo,…) y olvidarse de la suya. La realidad ha sido otra, han abrazado las nuevas religiones y las han fusionado con antiguos rituales. Así, los Toraja siguen haciendo de la muerte una fiesta colectiva, donde toda la comunidad del fallecido, participa.

Logramos llegar a los últimos tres días de un funeral que duró siete. La persona en cuestión era importante y de alta sociedad en la comunidad, por lo que la familia debía de hacer un despliegue importante de recursos: decenas de cerdos y, sobre todo, búfalos de agua. Los sacrifican como tributo y para facilitar el transito a aquel lugar al que se va. Para ello tuvieron a la mujer dos años “enferma”, es decir, la momia estuvo en su casa, en su cuarto, en su cama, atendida todos los días, como si estuviera enferma, durante dos años. Para los Toraja no es ni malo ni es un problema. Es lo que hay, y lo llevan con alegría.

En la celebración logramos hablar con uno de sus hijos, un hombre mayor, que nos invitó a comer tanto cerdo como búfalo. Lo saludamos los tres días que fuimos al funeral, y hasta que terminó, donde todos fuimos en procesión a dejar el cuerpo y el muai mai -una replica de madera de tamaño natural y muy realista- en el balcón de la tumba.

Luego buscamos una Mana’me, que es la limpieza de las tumbas, y de las momias. Cada comunidad Toraja decide cuándo debe limpiar las tumbas y las momias. Fuimos a una que limpia cada 3 años. Y vimos abrir tumbas, sacar ataúdes, sacar momias al aire libre y exponerlas al sol para quitarles la humedad.

Presentamos nuestros respetos y nos sacamos una fotografía con el abuelo de un joven que, contentó, nos invitaba a admirarlo… Finalmente nos fuimos de Toraja con las palabras de Kelli Swazey que, en su charla Ted, invita a tener una relación con la muerte como la tienen los Toraja, porque, seguramente, la relación con la vida, y nuestra forma de vivirla será diferente, sin tanto drama.~