80P1VM/14: No más té a las 5:00 pm

#post_80P1VM/14 de 80 en 1 vuelta al mundo, de Humberto Bedolla

 

—LAS COSAS ESTÁN cambiando —me dijo nuestra anfitriona. Una mujer inglesa al cien por cien—. Ahora no es cool tomar té, sino café.

—¿Y por qué es eso? —pregunté realmente interesado.

Y es que el tema era preocupante: los ingleses están dejando de tomar té. Y eso es increíble, ¿son capaces de imaginarse y describir a los ingleses sin los fish ’n’ ship, la reina y el té de las 5:00 pm? Todo salió porque hablábamos de viajes…

—Ahora los jóvenes de todo el mundo viajan e intentan tener en casa los que ven fuera y les gusta. Lo que ven en España, Francia e Italia son los cafés, y les encanta el café.

Yo no pude hacer otra cosa que abrir mucho los ojos. Realmente estaba preocupado.

—En UK no había cafés, había salones de té —continuó—. Pero ahora los salones está desapareciendo y hasta un pueblo minúsculo como el en el que estábamos había dos cafés pero ni un salón.

Yo chisté, y luego, intentando medir mis palabras le dije:

—Bueno, es preocupante, forma parte de vuestra cultura, y del estereotipo de los ingleses pero, sinceramente, el té es malo.

Temí mucho que me echará de su casa, así que me tragué el pastelito de queso que tenía en la mano, me metí otro a la boca y cogí los dos que quedaban en el plano en un solo movimiento.

—Ah, es que hay una forma de hacerlo bien.

Yo tragué lo que tenía en la boca y conté una anécdota que leí donde Margaret Thatcher ponía a parir a Reagan. Si recuerdo bien ella estaba devolviendo la visita, y había ido a Washington. El ex-actor quería caer bien y le ofreció té. Pusieron dos tasas y dos bolsitas de té. Reagan bebió sin esperar nada de tiempo a que el agua tuviera contacto con la bolsita de té y con ella dentro de la tasa. Eso la Thatcher no solo le pareció paleto sino que no podía entender que en la Casa Blanca no sirvieran el té en una vasija y con una jarra de porcelana ¡como manda la tradición inglesa!

Christine, nuestra amiga y anfitriona le dijo a Steve, su esposo, que hiciera el té, y comentó la forma correcta:

—Se debe calentar el agua y se debe echar en la jarra del té y agitar, para que la jarra de porcelana se caliente. Se tira el agua y se ponen la cantidad exacta de té ¡en hojas!, pero si no tienes —concedió—, una bolsita de buen té comercial por persona. Se esperan entre 3 y 5 minutos. Mientras, si bebes leche va antes del té, en la taza. Sirves el té y lo tomas.

Todo esto mientras Steve iba haciendo.

Bebí el té preocupado de que le fuera a decir que seguía sin gustarme pero ¡oh magia! duro que no era malo. Juro y perjuro que lo había intentado con el té, y lo había abandonado hasta esta ocasión.

—¿Qué es lo más crítico? —pregunté después de decir que estaba sorprendido porque realmente estaba bien.

—Creo que la jarra caliente.

Luego salimos de ahí y nos fuimos a caminar por el campo ingles, los pequeños puertos a lo largo del Rio Severn y recordando las pequeñas minas de carbon  y hierro cercanas al minúsculo pueblo de Chepstow.~