80P1VM/86: Oficialmente, este blog acaba
#post_80P1VM/86 de 80 en 1 vuelta al mundo, de Humberto Bedolla
EL DÍA QUE llegó la primavera era un día horroroso en Madrid. Ese día nevó. Llevamos un mes desde que volvimos del viaje. ¿Un año viajando?, me pregunta la gente, ¿y…? Eso mismo me pregunto yo.
¿Qué has aprendido?, también preguntan. Nada práctico, contesto. Si acaso que puedo irme de viaje un mes o un año con 10 kilos, 2 kilos de maleta incluidos. La gente me mira con desconfianza. De verdad, insisto, no he aprendido nada… práctico. Sé que aguanto la respiración casi 5 minutos, y que puedo bajar en apnea 20 metros sin problemas. Puedo nadar con tiburones toro sin mearme encima, o caminar a 15 metros de un tigre salvaje y cagarme. Sé que puedo bucear y no subir como loco 20 metros si se me acaba el aire de la botella. Sé que me gustan las cervezas (hemos tomado de todas). Sé que andar por los Himalaya es muy jodido, que el calor del desierto de India es demasiado, tanto como para perder un vuelo. Sé que me gusta Arancha, y que puedo estar con ella un año de viaje ¡un año! Sé que Japón es único, y que nunca tendré un/a amigo/a japonés. Sé que tengo una amiga de Corea del sur y que a ellos les importa una mierda la zona desmilitarizada; saben que algún día las familias de las dos Coreas volverán a reunirse. Sé que me gustan los aviones y los aeropuertos. Sé que los dragones de Komodo, la rayas y los peces león son jodidos. Sé que los peces payaso me hipnotizan. Sé que Australia es muy grande, y muy solitaria. Sé que hay playas en el mundo únicas, y que el Caribe solo es parte de un club. Sé que hay en el México precolombino una influencia en la construcción de las pirámides y de los dioses de gente de la Polinesia (aunque aún no sé cual es exactamente). Sé que la India es difícil, la amas y la odias a partes iguales y que, aún a pesar de eso, hay que ir. Sé que China me costará mucho, muchísimo esfuerzo y que la Muralla china es una de las maravillas del mundo, al igual que el Taj Majal, Komodo, Jatiluwih, Takayama, Katmandú, Gokayama, Amed,… Sé que podría vivir en Bristol, Tokyo, Seul, Ubud, Chiang Mai, Auckland o Wellington. Las playas de Tailandia me decepcionaron, luego llegaron Maya beach, Bamboo Island y Kho Tao. Tengo más de 20 inmersiones y el advance en buceo… He visto orangutanes, tigres, rinos, elefantes, mantas ray, tiburones toro, caballitos de mar, tiburones de arrecife, peces payaso… todos en libertad… Pero sé que no he aprendido algo práctico. Nada. Nada practico que se pueda hacer en la oficina. Y yo solo sé ganarme la vida en cosas que se hacen en una oficina.
Me gusta caminar y perderme. Y eso de alguna forma ayuda a conectar ideas dispares que hay en el cerebro, la mente cruza información y conecta mundos aparentemente separados: la oficina y las vacaciones. No ha habido conexiones. Hoy, después de las lluvias y la nevada salió el sol en Madrid. Me tocaba dentista, y me fui andando. Iba sufriendo. No quería ir al dentista, sentarme en una silla con una luz apuntándome a los ojos y sentir una jeringa que inyecta tres veces para que no me duela que me van a pulverizar la mitad de la muela y destrozarme el nervio. No quería estar ahí pensando que tengo que contestar a preguntas y que no puedo hablar, no solo porque tengo un hierro que me impide cerrar la boca y me hace babear sino porque no sé qué contestar. La dentista no llegó. Y suspiré aliviado, no habría tortura. Luego me fui a pedir información para ir a nadar a una piscina municipal. Es preciosa, en una quinta planta de un edificio del centro de Madrid, el sol inunda todo el lugar y el agua cloro. Ojala pueda sentirme libre aquí, como cuando estaba en el mar. Estaba llena, llenísima de jubilados. Me deprimí. ¿Cuándo es la hora menos llena?, pregunté. Ahora, contestaron. O las 4:00 pm. Esa es hora de oficina, no puedo a esa hora.
¿La oficina? La oficina es la empresa, es el trabajo, es el capitalismo. Si tienen espacio para ti entras, si no, veremos. Ya me dijeron que entraré a un proyecto, cambio al área de Estrategia digital. ¡Eh, eso te gusta!, ¿no? Me gusta. ¿Me gusta? Yo quisiera poder leer un libro, ver una película, hacer un collage, ir a un curso de dibujo, producir un corto, nadar con tortugas, hacer apnea hasta los 40 metros, subir volcanes, ir a parques naturales, hablar otros idiomas. Acabo de hacer un tablero scrum con las cosas que quiero hacer y las cosas que tengo que hacer. No hay un solo postit que este en ambas columnas. Salí a tomar un café… Así me calmo, pensé.
Hemos visto a mucha gente que echamos de menos, mucho. Increíblemente (para solo un mes) he conocido un montón de gente interesante, cariñosa, alegre. Hay muchos más que me escriben, que preguntan cómo estoy, que me alegra que le gustará lo que hicimos. Sí, oficialmente tengo una crisis. No, no aprendí nada. Frente al café, en el mercado, hay arte urbano. Un grafitti de Findac, que vimos que tenía un montón de grafittis en Nueva Zelanda. No aprendí nada, y ya queríamos volver, contesto cuando me preguntan por el final. Pero ¿y ahora? Por lo pronto, este blog acaba, como todo. ¿Y H.? A lo mejor habría que desaparecer, pienso.~
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