AUS-PER: Adiós al fantasma | Rusia 2018
Por Rolando Mendoza
«Hubo un tiempo no muy lejano, pero cada vez más añorado, en donde se quedaron registrados una larga lista de discos que sirvieron de inspiración a nuevas generaciones de bandas y oyentes, discos para la posteridad, que envejecen saludablemente y se abren paso a nuevos oídos que se rinden ante la magia que encierran. [Discos que] dieron vida a personajes y tramas, creando una nueva dimensión en la música que iba más allá de lo sonoro: crearon una historia, contada a lo largo de la lista de canciones.» Un texto de Rolando Mendoza.
SUENA EL DESPERTADOR y empieza nuevamente el ritual, esos minutos de lucha con la cama antes de levantarse parecen interminables, al final me levanto y pienso en lo que me toca hacer hoy, me viene a la mente lo rutinaria que es la vida para la mayoría de los currantes como yo, hacer lo mismo día tras día de forma repetitiva, siempre los mismos preparativos antes de ir a trabajar,
El rock ha pasado claramente por muchas etapas, ha evolucionado en su sonido, se ha hecho muy diverso y existen tantos estilos que es imposible abarcarlos todos. A pesar de esta evolución existe una seña de la cual nunca se ha podido desligar: el sexo y las drogas. El rock siempre ha sido asociado a los excesos, a vidas de artistas con una vida agitada, amantes de la noche, de las juergas y de las sustancias.
El rock es una de las expresiones artísticas que es capaz de mover a las masas como si se tratara de grandes peregrinaciones religiosas, de crear mitos y leyendas como si se hablara de antiguos héroes o guerreros históricos. La música rock es parte de la sociedad, representa a muchos grupos sociales (punks, skinheads, glams, góticos, heavies, emos, indies, etc.) con una lírica y estética propia diferenciada, el rock está entre nosotros, es como nosotros, tan frívolo, tan sexual, tan rebelde, tan comprometido por alguna lucha, tan tonto, tan guapo y tan feo.
Al igual que cualquier actividad humana, ser músico implica estar expuesto al éxito y al fracaso, estar expuesto a la crítica, a la aceptación, a la fama y popularidad que lleva muchas veces a la creación de los mitos. Sin embargo, no todo es perfecto, no todos tienen que llegar a ser leyendas, también la música está llena de patinazos, de errores, de promesas incumplidas, de ideas mal planteadas, de proyectos incompletos.
Ocurre muchas veces que una vez que un músico o banda ha alcanzado el éxito, muchos entran a una fase de experimentación y exploración con el afán de adaptarse a los nuevos tiempos o sonidos, y de pronto empiezan a llegar los anuncios de que han “evolucionado”, que son más “maduros”, de que “han encontrado” su sonido y con ello otro intento de conseguir nuevamente el éxito, algunas veces funcionan estos experimentos, pero muchas veces fracasan de forma tan calamitosa, que nos hacen pensar: ¿este es el grupo que me gustaba?, ¿en qué demonios estaban pensando cuando grabaron esto?
Hoy en día la globalización, la inmigración, Internet traen consigo muchos cambios en una sociedad que requieren de un proceso largo de maduración y aceptación de las nuevas costumbres. En el caso de la inmigración, se necesita de una integración para que la convivencia sea plena en donde no se discrimine a los nuevos ciudadanos simplemente porque son “diferentes” y que estos a su vez se incorporen a su nueva sociedad siguiendo las leyes que las regulan. La música no ha sido ajena a este movimiento, ya sea como producto de la inmigración o por la exportación de ritmos a otros países. A través de los años, los músicos de países tan distantes y diferentes hayan tenido la capacidad de adsorber y entender ritmos que son totalmente ajenos a su entorno y costumbres y haber podido transformarlos, incorporando sus ritmos nativos y con ello creando nuevas amalgamas sonoras con una personalidad y seriedad que parecieran que siempre estuvieron ahí.
Últimamente el ver las noticias por la televisión y leer los periódicos requiere de un esfuerzo de voluntad, auto motivación y capacidad de recuperación, para tratar de evitar desmoronarnos ante tantos problemas que se anuncian. Es como si todos nos hubiéramos puesto de acuerdo en terminar por destruir este mundo de una vez por todas. A pesar de todo esto, tenemos que seguir adelante y continuar nuestras vidas… Se me ocurre escuchar un LP de Supertramp. Con su “Crisis?, What Crisis?” podré olvidarme un momento de todo esto y disfrutarlo como un delicado chocolate que se derrite lentamente en la boca.
Sin lugar a dudas, la música nunca ha sido ajena a todos los problemas y tragedias que ocurren día a día y que han sucedido a lo largo de los años. Han sido muchas las canciones y discos que los músicos nos han dedicado (haciendo uso de su arte, de sus notas musicales y sus letras) y a través de estas canciones nos han dicho lo mal que marcha todo, la desigualdad que existe, la pobreza, lo tristes que son las guerras y las luchas por el poder y todo lo que tenemos que cambiar si queremos que nuestro mundo no se termine por destruir.
Algunos artistas han escrito bellas piezas musicales acompañadas de letras que, hoy por hoy, son himnos universales y son cantadas por millones y millones de personas en todo el mundo. Habrá “imaginado” esto John Lennon cuando compuso “Imagine”: en su canción nos invita a soñar, a que imaginemos un mundo sin aquellas cosas que a lo largo de los años han sido las causantes de las luchas entre los hombres y, por el contrario, nos invita a vivir en paz, esperando que el mundo sea solo uno, sin nada que nos separe.
Pero antes de Lennon ya existían muchos grupos que con su música nos enviaban sus mensajes de lucha y protesta frente a lo mal que iban las cosas. Bod Dylan, en este sentido, ya era y es todo un símbolo. Sus primeros discos contenían mucha crítica en contra del racismo, la guerra, las malas políticas y a favor de la paz y la libertad. “Blowin’ in the Wind” y “A Hard Rain’s A-Gonna Fall” son, sin duda, dos de las canciones mas representativas en la larga discografía que nos ha dejado. Dylan es uno de los músicos más influyentes de todos los tiempos y su música es atemporal.
Entre los tantos músicos influenciados por Dylan, tenemos a Bruce Springteen, gran músico y compositor norteamericano. Entre las tantas canciones que nos ha dejado, quiero mencionar “War”, en donde nos hace una pregunta: ¿para qué son buenas las guerras? La respuesta: “absolutamente para nada”. Esta canción es maravillosa, la voz y la música tienen una fuerza que hace que el mensaje llegue claro.
Otro ejemplo de lo trágico de las guerras lo encontramos con Black Sabbath y Metallica. Black Sabbath, en su canción “War Pigs”, nos cuentan de forma macabra como los líderes del mundo planean las guerras que luego la gente común y corriente tiene que luchar y al terminar clama por un juicio final en donde los “líderes” sean juzgados por todo el mal que han hecho. Por su parte, Metallica nos cuenta crudamente en “One” la pesadilla que supone para un superviviente de guerra el vivir. Narra su sufrimiento, dolores y soledad. Su cuerpo completamente mutilado por la explosión de una mina de guerra es mantenido en vida de manera artificial, conectado a una máquina el soldado en su interior clama desesperadamente por su muerte.
Pink Floyd incluyó en su disco “The Dark Side of The Moon”, una de sus canciones más importantes en su discografía. En “Money” se critica el modelo capitalista, donde el dinero todo lo puede y nos transforma hasta convertirnos en seres indeseables y frívolos. Pink Floyd es una de las bandas más trascendentales de todos los tiempos. En 1977 grabaría “Animals”, un disco de fuerte crítica al capitalismo y a la situación de crisis económica y social que vivía en ese momento Inglaterra, dos años más tarde, en 1979, graban el LP “The Wall” y con ello cerrarían un ciclo genial, irrepetible en la música. De este disco se ha dicho y se conoce mucho, un álbum muy crítico del que se hizo una película y que en 1990 se tocó íntegramente para conmemorar la caída del Muro de Berlín.
Mencionar todas las canciones y grupos que han aportado con su mensaje su granito de arena en la búsqueda de hacer este mundo un lugar mas feliz para vivir sería interminable, pero quiero recordar un hecho que se dio a mediados de los 80’s. Etiopía vivía una tremenda hambruna, este hecho hizo que artistas de todas partes y de todos los géneros musicales se unieran para apoyar y tratar de aliviar esta tragedia. Es así que a finales del año 1984 se unieron los artistas ingleses más famosos de esa época y grabaron la canción “Do They Know It’s Christmas?”. Al año siguiente varios artistas norteamericanos liderados por Michael Jackson hicieron lo mismo y grabaron la canción “We are the World”. Inmediatamente después, se llevo a cabo el Live Aid, un gran concierto en donde se intentó destinar todos los fondos al mismo propósito, paliar el hambre en Etiopía. Esta ola de apoyo continuó y en 1986 se grabó “We’re Stars”, producto de la unión de muchos artistas de heavy metal, liderados por el legendario Ronnie James Dio.
Este hecho representa el más grande gesto humanitario hacia un país que se haya realizado y demostró que la música es un vehículo para unir y ayudar a los más necesitados. Además sirvió de punto de partida para que muchos músicos se comprometieran de forma desinteresada en ayudar a denunciar y erradicar el hambre, la pobreza y explotación en la que viven muchos países pobres. Siguiendo esta línea de compromiso y lucha, nuevamente muchos artistas se unieron a la causa del Comercio Justo, tanto fue así que actualmente muchos grupos y artistas la apoyan, entre ellos Chris Martin (Coldplay), Bono (U2), Michael Stipe (REM), Thom Yorke (Radiohead), Miguel Bosé, Alanis Morissette, etc.
La música se ha convertido con los años en un medio muy importante de protesta, a través de la cual podemos expresarnos, quejarnos, plantear ideas y soluciones. Tiene una facilidad para llegar a todo el mundo sin distinción y congregar mucha gente, para apoyar una causa o ayudar a algún país que pasa por momentos difíciles. Está claro que los problemas son inevitables, siempre estarán ahí, forman parte de la vida misma y tenemos que afrontarlos de manera positiva, buscando el bien sin afectar a nadie y siendo responsables de nuestras acciones. Mañana el mundo será nuevamente otro y tendremos que encararlo con ilusiones renovadas, mañana nuevas vidas habrán llegado y otras se habrán ido. La vida es así, el mundo seguirá girando y la música acompañándonos.
Mientras comienzo a escribir estas líneas, suena en el plato del tocadiscos la increíble canción “More than a Feeling”, de Boston, y me doy cuenta de que el título de la canción tiene mucha razón, pues sintetiza en una frase todas las emociones que en mi interior causa la música. Y podría agregar más, si me lo permite el Sr. Scholz, es “más que un sentimiento”. La música para mi es toda una experiencia vital (recuerdos, emociones, fantasías, etc.) que se pueden comprimir en los minutos que dure una canción.