Revista: Frappa

Una entrevista a A.C. Hello, por Benoît Toqué / traducción de Diego Martínez

 

 

¿De dónde viene Frappa? ¿Cuál fue la idea inicial?

Hace más de diez años que vivo rodeada de personas de las que aprecio profundamente todo aquello que sale de sus bocas y de sus dedos, pero que a menudo, por toda una cantidad de razones (financieras, geográficas, temporales, etc), no pueden mostrar su trabajo y su pensamiento. En todo caso, me parece que no son leídos/vistos lo suficiente. Es así como lo siento. Algunos de ellos los conocí hace diez años, vía la Armée Noire (un grupo de poetas, ilustradores, autores de performances, iniciado por Charles Pennequin).

 

 

(Igor Myrtille — Stéphane Batsal / Valentine Crémier-Garce)

 

No son personas que corren detrás de las revistas. Por lo demás, yo soy igual. Sólo voy cuando me invitan. Pero no siento la necesidad de ocupar espacio. Por eso nunca envío nada. La revista Frappa es entonces, para mí, un medio a través del cual puedo hacer que la gente descubra su universo, el de ellos. La revista es un poco como mi familia. Hay muchos «hermanos» y «hermanas» en ella, pero también «hermanitos» y «hermanitas» que voy descubriendo en cada encuentro. Invitar a alguien a Frappa es un poco como hacerlo entrar en mi cocina. De manera que es importante que haya una verdadera afinidad, tanto a nivel humano como de pensamiento (textos, ilustraciones, etc). Esto es muy importante, ya que la idea es también que la gente siga la revista en veladas de lecturas y performances, que los autores se conozcan, incluso que de todo eso nazcan colaboraciones. Creo que me gusta que la gente se descubra y se ame, así de simple.

Hace algunos años viví algo muy feo. Lo que me ayudó a aguantar es esta idea de que nadie puede robarnos nuestra creatividad. Pueden robarnos los contornos, el envoltorio, pero no las entrañas. Y todo aquello que queda entre las manos no es más que una carcasa vacía. Porque la creatividad ya se fue a otra parte, a un nuevo lugar, en donde volverá a crecer con más fuerza. Siempre tuve la idea de hacer una revista. Fue quizá dos años después de que me pasó aquella cosa espantosa que J-M E, un poeta, me explicó que sí podía montar una revista, sin duda, y a un costo mínimo (puesto que para mí el dinero era el mayor problema). Me dio la idea de hacer una revista online y que, en función del número de visitas en el sitio, yo podría publicarla en papel, digamos que una vez por año, con una pequeña tirada. Montar el sitio web y la revista online era fácil, puesto que ejerzo como grafista y web designer para ganarme la vida. Para poder imprimir la versión en papel busqué subscripciones vía Ulule. Aquello fue un trabajo enorme. En aquella época yo trabajaba freelance por las noches, además de mi trabajo diurno (que no me generaba suficientes entradas, ya que estoy sola a cargo de mi familia). Entonces terminaba trabajando en la revista a la 1 de la mañana. Creo que poseo una profunda necesidad de hacer que las voces y los individuos se encuentren, de manera que, aun si fue duro, aquello me dio mucha felicidad. He aquí la idea inicial, que no es en realidad una idea, dicho sea de paso. Es sólo algo profundamente anclado en mis entrañas, que se despliega sobre diferentes soportes, entre los cuales la revista.

 

(Billy Dranty)

 

 

¿Qué quiere decir exactamente Frappa? ¿De dónde viene el nombre?

El nombre Frappa es un diminutivo de frappadingue (loco, alienado), pero también es el verbo frapper (golpear).

Extrañamente, yo imagino a Frappa como una entidad, que no es ni chica ni chico. Todo aquello que sale de su boca es crudo, puro, desnudo. Puro quiere decir sin filtro, sin mentiras. Evidentemente, no quiere decir que sea bello. Frappa es como una cosa compleja y al mismo tiempo muy simple, que no hace ningún cálculo, no chupa pijas y no se mira al espejo. Si yo tuviera que atribuirle un cuerpo, ella tendría éste que aparece en el dibujo de Emmanuelle Pidoux, más abajo.

 

(Emmanuelle Pidoux — Charlotte Jankowski)

 

 

¿Qué encontramos en Frappa? ¿Por qué? ¿Cómo? 

En Frappa encontramos, por ejemplo, un fragmento de correspondencia entre dos autores, textos de poesía sonora, textos poéticos, fotos de álbumes personales de los autores, trozos de textos garabateados en las esquinas de los escritorios las noches de mucho cansancio, pequeños anuncios, ilustraciones… deconstrucción, desmembramiento, ironía, suavidad, alucinaciones, meticulosidad, obsesiones.

De hecho, en Frappa a veces conseguimos frases como estas:

 

«A veces, incluso seguido, incluso Muy seguido, ella es desgarradora, seguramente porque lo es demasiado, bella, la belleza: sabemos que va a perderse, que se perderá, que No puede durar, porque ella también está ligada al hecho de que todo es finito» Ivar Ch’Vavar

 

«No estoy segura de ser ahora un animal, no estoy segura de que me sea válido estar allí dentro. Si soy un animal, lo siento por los animales. No quiero ser un animal porque me da vergüenza haber salido de allí, haberme alejado tanto. Estoy tan avergonzada de ser algo tan lejano a un animal. Soy la mierda del animal, y siento vergüenza, quisiera volver a encontrarme con los míos» —Virginie Grahovac

 

«Sí, no es necesario aclarar que eso que vibra en nuestros cuerpos y en nuestras mentes en este momento no es evidentemente humano es la monstruosidad cósmica en buena y justa forma sí la monstruosidad cósmica de fabricación garantizada esto no es un ejercicio se trata de hacer reventar a la humanidad en nosotros evidentemente sí puesto que la humanidad no vale nada para nosotros o en todo caso no vale gran cosa». —Antoine Boute

 

«j-n-sé / j-n-sé / j-n-sé / j-n-sé / j-n-sé / j-n-sé / j-n-sé / j-n-sé / j-n-sé / j-n-sé / j-n-sé / j-n-sé / j-n-sé / j-n-sé / j-n-sé / j-n-sé / j-n-sé / j-n-sé /» —Julien Blaine

 

«Cuando hablaba de política, su hija contaba que una espuma blanca florecía al borde de sus labios, tan indignado por las injusticias que a veces se paraba encima de la mesa de la sala y escupía sobre la tele mientras que su mujer, asustada, lloraba a su lado sosteniendo a su hija en sus brazos» —Charles Pennequin

 

«Y ya que nadie viene a ayudarme yo soy mi propio pirotécnico, y me inoculo catástrofes neuronales con la esperanza de que desforestando mis limbos caeré hasta quedar frente a frente con mi pesadilla» —Véronique Bergen

 

«Me esfuerzo en guardármelo todo. Quizá debería no seguir tragando. Quizá debería escupirlo. Escupirles en la jeta. Pero no es algo amable. No debería seguir aceptando el pedirles ayuda. Por lo pies. Es por ahí que uno agarra todo. Ustedes podrían agarrarme por las plantas de los pies y sacudirme, o bien agarrarme por la cabeza y mirar bajo mis pies todo aquello que se pegó desde el día en que aprendí a caminar» —Éléonore Lebidois

 

«El hecho de decir puta o sodomía no hace de mí alguien vulgar. Puta y sodomía están en el diccionario, forman parte del lenguaje, no tú» —Élodie Petit

 

«Y es aquí, aparentemente, que las cosas comienzan a empeorar, que él se acuesta, se sumerge, se hunde de la mañana a la noche en esta chica llena de espuma y de coágulos, porque cada día de la mañana a la noche desde el primer día en que vino esta chica no es más que un estanque oscuro donde su espectro viene a beber, una concha infectada de ratas que reblandece su espectro, una sombra que busca con ojos confusos un hueco en las aceras» —A.C. Hello

 

«Es él quien te levanta por la mañana, desde el fondo del culo hasta el opérculo del ojo; es él quien te arroja hacia el otro en detrimento del sentido común; él, de quien adivinas la punta pegada contra tu nuca cuando tienes –perdón: cuando tendrías— que pasar al acto. Ningún animal querría tener eso por tótem» —Christophe Claro

 

«Las frases no dicen nada. La frases hacen preguntas. Como esas de los muertos y los animales. Las preguntas de los muertos. Ninguna respuesta a las preguntas ninguna solución. Las preguntas interrogan a la frase para poder salir de la frase» —Jean-Philippe Cazier

 

«Dibújame

millones de corderos

en una cajita

que aplastaremos.

Dibújame,

un matadero» —Cédric Demangeot

 

 

Y también ilustraciones como estas:

 

 

(Cécile Wautelet y Sarah Fisthole — Bryan Lewis Saunders)

(Marion Guillet — François Audemar — A.C. Hello)

(Chloé Shuiten)

 

 

Para el lanzamiento de la revista (papel) hice un video-montaje para presentarla. Pueden verlo aquí:

 

 

 

 

 

 

Frappa también es una revista visual. Vemos la presencia de una poesía/literatura visual. ¿Qué puedes decir al respecto?

No tengo ningún gran discurso teórico que dar al respecto. Francamente, no sé nada, funciono de manera instintiva en el momento de hacer la maquetación. Lo hago tal y como lo siento al estar frente a los textos y las ilustraciones.

 

(Stéphane Batsal)

(Stéphane Batsal)

 

 

Es «una revista de poesía y literatura contemporánea, poesía sonora, performances». ¿Cómo los soportes de la revista, primero en línea y luego en papel, se apropian de cosas como la poesía sonora y la performance, que existen más bien fuera del libro (hors-livre)?

Efectivamente, es difícil presentar performances o poesía sonora en una revista. La versión online de Frappa me permite integrar videos, algo que es precisamente esencial en la difusión de esas prácticas. La versión en papel de Frappa muestra a veces fotos de performances (como las de Bryan Lewis Saunders o Fabienne Letang), o publica textos de poesía sonora, pero el objetivo principal, para que estas prácticas puedan trasmitirse adecuadamente, es montar eventos e invitar a los artistas que hacen performances y poesía sonora para que muestren su trabajo en directo. Hemos hecho dos eventos, uno en Manifesten (Marsella), invitados por Laurent Cauwet, y otro en Monte-en-l’air (Paris).

 

(Foto de una performance de Fabienne Letang)
 (Bryan Lewis Saunders y Robby Simpson)

 

 

Los dos primeros números online :

 

Algunos fragmentos del evento organizado en Monte-en-l’air (Paris) :

 

 

 

Lista de los autores e ilustradores presentes en Frappa:

Nikola Akileus, Amandine André, François Audemar, Stéphane Batsal, Véronique Bergen, Jérôme Bertin, Julien Blaine, Baptiste Brunello, Laura Boullic, Antoine Boute, Jean-Philippe Cazier, Ivar Ch’Vavar, Christophe Claro, Valentine Crémier-Garce, Robert David Elwood, Cédric Demangeot, Billy Dranty, Jean-Michel Espitallier, Sarah Fisthole, Liliane Giraudon, Virginie Grahovac, Martin Gosset, Benoit Grimalt, Marion Guillet, A.C. Hello, Hugo Hengl, Charlotte Jankowski, Manuel Joseph, Éléonore Lebidois, Élinora Léger, Sébastien Lespinasse, Fabienne Letang, Bryan Lewis Saunders, Igor Myrtille, Charles Pennequin, Emmanuelle Pidoux, Élodie Petit, Popier Popol, Konrad Schmitt, Chloé Schuiten, Thomas Sidoli, Lucien Suel, Fanny Torres, Amira Turki, Cécile Wautelet.

 

 

 

Diego Martínez nació en Caracas, Venezuela (1982). Licenciado en Literatura Francesa en la Université Paris 8, también participó en la primera promoción de la maestría en Escritura Creativa por la misma Universidad. Escritor, traductor y coeditor de la revista Pain au chocolat (vozed). También administra el blog de cuentos www.eltercermundo.net.