¿Qué sucede en México? Editorial #19


Hay cosas que solo pasan en México. El país de la pantera rosa se oye decir coloquialmente. Un país de cuento, cualquier cosa puede suceder.

En un libro “la frontera del caos” Andres Oppenheimer describe el comportamiento de los políticos cuando la devaluación que produjo el llamado “Efecto tequila”, lo absurdo del asunto es que mientras se gestaba la caída de la economía, los zapatistas planeaban su revuelta pidiendo atención y ayuda, el resto de los mexicanos salieron a celebrar un partido de fútbol.

Algunas cosas han cambiado, otras no. Doce años después se celebraron, en julio (2) del 2006, las segunda elecciones democráticas en la historia reciente, hay que recordar que México vivía una dictablanda, término que empleo Mario Vargas Llosa para referirse al sistema político mexicano.

Lograr elecciones sin manipulación, sin fraude era el objetivo principal. No sabemos si realmente existió el fraude pero su sombra planeó sobre los comicios. Ahora la población está dividida, están los que piden el recuento junto con su candidato, Andrés Manuel López Obrador que abandera a la izquierda. Los hay quienes dicen que es imposible volver al recuento y hablan ya del presidente electo, Felipe Calderón en la derecha del espectro político.

Las calles de la ciudad de México están paralizadas, hay marchas y protestas por un lado y recriminación por el otro, pero todos tienen dudas y todos tienen desconfianza. Los analistas hablan del retroceso que supone volver a hablar de fraude, del mal hacer en algunas ocasiones de una institución con alto nivel de credibilidad como lo es el Instituto Federal Electoral (IFE) responsable de que los comicios se lleven en perfecto orden. Se habla de cómo debe proceder el Tribunal Federal Electoral, el árbitro, para decidir en la contienda, en última instancia responsable de la democracia del país.

Unos hablan de que el fraude fue antes, con comerciales difundiendo miedo, con amigos en puestos importantes e influyentes, con el manejo de la economía y estos contestan que no, que fue el otro bando con ideas y actos populistas, con arrogancia y falta de conocimiento. Todo para darnos cuenta que la sociedad está no sólo dividida sino enfrentada.

Es ahora cuando deben salir los líderes, desde uno u otro bando, cuando se tiene que hablar primero, y cooperar después. Cuando se debe anteponer el interés particular al interés general, el de un país con muchos problemas, con 40 millones de pobres, con lastres en las infraestructuras y sin capacidad de competir a nivel mundial.

La única solución, como casi siempre, es educar. Esto supone invertir a largo plazo, buscar un cambio generacional, de esto, nadie habla, todos buscan el poder. Unos dicen que porque se los han quietado y otros porque el pueblo se los ha dado.

Los analistas siguen analizando, hablan de cómo solucionar esto, de cómo un candidato debe adoptar las propuestas del otro y viceversa, porque al final de cuentas, la diferencia fue de medio punto porcentual. Suficiente para dar un vencedor pero nunca para demasiado para ignorar a la otra parte.

Esto es lo que sucede en México, se ignora, por eso no se habla, menos se negocia y menos aun se coopera. ¿No es esto para lo que queremos a los políticos? Para hacer política en el sentido literal de la palabra.~