¡No seas carroña!
LO MEJOR SERÍA que los gastos de los entierros fuesen por cuenta de la Seguridad Social, como sucede en otros lugares (Cuba, por ejemplo) y no los abusivos precios de la inmensa mayoría de las funerarias (no de todas), coadyuvados por la connivencia y la corrupción administrativas, que es lo que hay.
Cuando el día 17 de enero conseguí dar sepultura a mi madre autogestionando yo el entierro, es decir, prescindiendo de las funerarias (nadie lo hace, pero es factible), hube de pagar por ello un precio muy alto: que el celador del Hospital del Rosell (Cartagena, España) encargado de los servicios funerarios me impidiera llevarme, durante diez horas, el cadáver a mi casa, hasta que el juzgado de guardia me auxilió ordenando la entrega (el celador se empeñaba en dárselo a una funeraria).
Al cabo de un mes, cuando el ánimo me lo permitió, denuncié lo sucedido, tanto ante el juzgado como ante la autoridad sanitaria (el propio Hospital del Rosell y la Consejería de Sanidad de Murcia), que no han hecho absolutamente nada, salvo, eso sí, tratar de impedir que me manifestase públicamente denunciando la corrupción (llegando incluso a solicitárselo a la Delegación del Gobierno, quien se lo denegó). Entonces pedí al diario La Opinión que lo publicara. La periodista que me atendió mostró tanto interés en el asunto que acordamos trabajar juntos, por lo que me pasó cinco pdf´s de la noticia que su diario publicó en 2002, cuando un celador de ese mismo hospital, con la intención de dejarse sobornar, engañado por unos reporteros que se hicieron pasar por funerarios que querían empezar a trabajar en el Rosell, les contó a éstos, con pelos y señales, como funcionaba todo ese cotarro. El titular más significativo de los cinco es el que grita: “Expedientan al jefe de los celadores del Rosell por “vender” los cadáveres” (si bien la noticia informa que fueron siete los celadores implicados). Pero, a pesar de todo eso, para sorpresa mía, La Opinión, sin explicación que lo justifique, no quiso publicar lo que me había ocurrido a mí. Así que no puedo contar cómo terminó ese apestoso caso, porque perdí el contacto con la periodista y ni el Rosell ni la Consería de Sanidad me han permitido el acceso al expediente, pero son tantos los enfermeros, médicos y hasta algún excelador, de diversas zonas de España, que me han dicho que esa corrupción es lo habitual (así como que los celadores sean los dueños de las funerarias), que ya no tengo la menor duda de que así es. Y no sólo aquí, España, pues en Sudamérica, por ejemplo, a estos celadores corruptos los llaman “coyotes”.
Esta asquerosa corrupción -que no sólo La Opinión no ha publicado, pues ningún otro medio ha querido hacerlo, salvo está revista [Vozed] y el diario digital Cartagena de ley- resulta aún más inmoral porque a través de ella es la Administración quien está ayudando a que se sustenten los abusivos precios que las funerarias nos están cobrando (un seiscientos por cien, como mínimo, más caros que los de coste. Es decir, que un entierro por el que están cobrando 3.000 € no vale más de 500 €, que es lo que pagué yo), pues es ella quien encarga a esos celadores la gestión de los servicios funerarios de sus hospitales.
Un 60 % de los españoles, para evitar a sus herederos el sablazo del entierro, se hace un seguro. Según un estudio de Eroski Consumer, la media de ellos, aunque sólo utiliza uno, paga 3 entierros (y eso a precio de funeraria, o sea que de coste son, como mínimo, 18) y España es el único país europeo donde existe tipo de seguro. ¿No sería mejor un plazo, fijo, por ejemplo?
Yo, que pertenezco al otro 40 % y confío en poder dejarle a mi hijo herencia suficiente para que no tenga problemas cuando a mí me “llegue el día del último viaje” (aunque le tengo dicho que no se gaste más de 500 €), preferiría dejar las cosas correr y morirme tranquilamente sentado en mi sillón, pero es que no consigo concentrarme ni en la peli ni en la novela, con todos esos fantasmas rondándome la cabeza, así que he pedido a mis compañeros de nuestra asociación (Por Libre) que tomara cartas en el asunto. Y en ello estamos. El 23 de abril [del 2011] nos manifestamos en Cartagena, atravesamos la ciudad, pancarta y megáfono en mano, repartiendo octavillas desde el Rosell al Ayuntamiento y recogiendo firmas para reclamar a las autoridades sanitarias que informen debidamente a los familiares de los fallecidos del procedimiento y costes de los servicios funerarios que presta la Administración, así como de las tarifas de todas las funerarias que operen en cada hospital.
En breve dispondremos de ataúdes para ofrecerlos al público a precio de coste, o sea, a menos de 300 € (las funerarias los cobran a 1.800 €). Y brindamos toda la información de que disponemos (el secretismo es otro de los grandes muros por derribar de este hermético y marmóreo mausoleo, donde hasta las tarifas de precios que obligatoriamente deberían exponer al público esconden).
La muerte es una regla que no admite excepciones, pero nadie, ni siquiera la Administración, nos puede obligar a que seamos pasto de los buitres que se alimentan de ella: ¡no seas carroña!~
Sería muy útil, a pesar de lo doloroso del trance, que hicieras un resumen de los pasos que diste para prescindir de los servicios de las funerarias. Creo que este tema es absolutamente desconocido para el gran público.
Gran artículo. Esperamos la segunda parte
Me parece perfecto el hecho de que se hayan manifestado para solicitar al gobierno que por lo menos nos tenga informados sobre los servicios funerarios y los precios de éstos, y que sea ya tarea de cada uno el escogerlos de acuerdo a las posibilidades económicas que se tengan.
Es una pena el hecho de que hasta en un momento tan feo y triste para las personas, las instituciones y demás personas pertenecientes a los servicios funerarios se aprovechen y quieran sacar tajada.
Pasar de la queja a la acción, excelente. Y bueno, en México las cosas no son distintas. Aunque acá sí hay obligatoriedad de correr gastos funerarios para los afiliados a la seguridad social por parte del Estado.
http://foro.porlibre.eu/viewtopic.php?f=15&t=238&sid=29af67f57017dbb3fbe1382a24528210 En ese enlace sigue hay un guión de cómo autogestionar un entierro, forma parte de un foro en el que se tratan monográficamente diversas cuestiones sobre el asunto, entre otras cada uno de los pasos de ese guión.
Pero las palabras sirven de poco. Yo ya me he cansado de escribir, pues no sirve de nada, ni siquiera manifestarme ha servido de nada, pues la sociedad, a pesar de lo obvio que resulta que es una cuestión que le afecta de lleno y que sería fácil de resolver (con que una veintena de personas sincronizaran sus actos sería suficiente para armar el ruido necesario que obligara a la prensa a publicar lo que pasa, y a partir de ahí todo rodaría solo) , no hace nada, si acaso cacarear. Así que ahora espero a que el Ayuntamiento de Benferri adopte un acuerdo para instar a hospitales y autoridades a que tomen determinadas medidas. Lo mandaré a Vozed, por si lo quieren publicar.
Por lo demás, quedo a la disposición para ayudar en esta materia a quien me lo pida.
Saludos ,
Joaquín Botella