Intereses, ¡lo que hace el petróleo! Ed.14

Un mes más estamos con ustedes. En este marzo de 2006 hay muchas cosas de que hablar. En Latinoamérica están en pleno año de procesos electorales: la carrera hacia la presidencia terminó ya en Bolivia y Chile, y recién comienza en México.

EE.UU. busca acercarse a países estratégicos visitando la India y poder contrarrestar el creciente poder de China, trata de dar un golpe de efecto haciendo una visita sorpresa a Afganistán; mientras que en Irak las cosas no andan. La situación en Irak es desesperante, hasta el punto de estar al borde de una guerra civil. Las elecciones recientemente celebradas no han calmado los ánimos y los distintos grupos étnicos lanzan ataques y  contraofensivas militares en vez de poner los esfuerzos en acuerdos. Todo esto con un juicio, que se aplaza continuamente, al antiguo dictador.

Ya lo hemos comentado antes (Editorial 1.3), y lo volvemos a recordar, porque no se puede manipular el derecho internacional, la soberanía de terceros países y burlar a la sociedad: La guerra en Irak salió del fruto de mentiras y la manipulación a todos los niveles: diplomático, civil y militar. Todo con el fin de asegurar el futuro de una economía y un estilo de vida que mantiene el petróleo.

El oro negro tiene sus días contados, al parecer las reservas se van agotando y la demanda aumenta. Entre treinta y cincuenta años vendrá una crisis sin precedentes si no se buscan alternativas reales. El combustible nuclear tiene riesgos muy altos en caso de problemas y es socialmente rechazado, las tecnologías renovables, que aprovechan el sol y el viento, aún no son eficientes y la pila de hidrógeno está en desarrollo, al igual que los biocombustibles. Así pues, en una batalla por mantener combustible y tener ganancias por el petróleo EE.UU. busca un país títere de donde mantenerse, la OPEP mantiene una subida de los precios del barril de petróleo a niveles históricos, Rusia busca consolidar su influencia en sus vecinos receptores de energía, Venezuela anda revuelto e inquietando a su entorno, los países escandinavos tienen más costes para sacar petróleo de menor calidad, y México es incapaz de realizar reformas legales y estructurales que le permitan ser un proveedor serio.

La crisis ha comenzado y con ella se ve en peligro la forma y estilo de vida de Occidente. Se debe hacer algo solventarla pero no a costa de un país, de atentar contra democracias o de enriquecerse desestabilizando los mercados mundiales. Se debe pensar a largo plazo, incentivar e invertir en energías alternas.~