Innovación, Desarrollo e Investigación
EN UN MUNDO cada día más global, en el que las amenazas y oportunidades para una economía nacional se internacionalizan y crecen al ritmo de la apertura de fronteras el modelo de desarrollo de un país debe basarse en sus puntos fuertes.
En algunos casos, como el español, el turismo y la construcción han sustentado un crecimiento cada vez más desigual e inestable, y debe ser sustituido por un modelo más sostenible en el tiempo. En otros casos una agricultura fuerte y un sector exportador creciente se ven bloqueados por los aranceles aduaneros de las economías estadounidense, japonesa y europea.
Independientemente de que los últimos movimientos internacionales vayan en la dirección de reducir estos aranceles, todas las economías del mundo deben apostar por un desarrollo tecnológico que acompañe al económico para no ver sus caminos de crecimiento futuros estancados o en manos de compañías transnacionales.
La investigación se ha convertido en un elemento fundamental en el desarrollo económico. En caso contrario, el crecimiento de una nación se basará, casi siempre, en mano de obra barata, servicios como el turismo, un recurso natural explotable y agotable o una agricultura de bajos márgenes.
En la mayoría de estos casos, la nación se beneficiará del empleo y la riqueza generados por ese sector, pero cada vez más, se enfrentará a una competencia internacional que llega en forma de productos sustitutivos, naciones competidoras o empresas multinacionales que imponen sus precios a los productores.
Por ese motivo, un país o región que quiera asegurar el crecimiento futuro del empleo, de la riqueza y del desarrollo de sus ciudadanos debe apostar por la investigación y el desarrollo (I+D+i) para vencer las inercias de crecimiento que lastran nuestras naciones.
Los países que como España, Portugal, y una buena parte de los países latinoamericanos han tenido un estancamiento en esta área que no ha sido subsanado por sus gobiernos ni empresas.
Sistema educativo y de investigación. Se impone, por lo tanto, crear un modelo de aprendizaje que fomente el aprendizaje práctico en investigación, que fortalezca el papel de la Universidad como creador de innovación, y favorezca el trasvase de sus descubrimientos a las empresas nacionales y regionales.
Partiendo de una base muy deteriorada es necesario comprender que los beneficios sociales y económicos de un esfuerzo modernizador como éste no se van a traducir en riqueza en el período de una, ni dos legislaturas. Es por lo tanto, un pensamiento a largo plazo que muy pocas veces los gobiernos pueden permitirse.
Es por ello necesario un gran acuerdo nacional, que integre a los grandes partidos por el bien de la nación. Algo, políticamente imposible en la mayoría de las ocasiones, pero necesario, por lo que es imperativo llegar a un acuerdo que integre a la mayoría de los partidos del paramento en pos de este objetivo. La política debe explicarse bien al pueblo, tanto sus beneficios como los sacrificios presupuestarios que conlleva. Lo que se les pide, y lo que se les ofrecerá a ellos y a sus hijos.
En segundo lugar, deben asentarse las bases de una educación que prime la educación en ciencias (puras, mixtas, humanas, sociales), en aquellas personas que demuestren aptitudes para ello. La educación debe buscar talentos allí donde hasta ahora no llegaba, ofreciendo becas de estudio y ampliando las bases educativas de toda la población.
En algunos países, como España, el modelo educativo se ha deteriorado convirtiéndose en un punto de paso del que un gran porcentaje de alumnos no obtiene nada positivo que pueda usar en sus futuros trabajos. Es más, se ha transformado en un simple lugar de paso, donde no se exigen ni resultados, ni esfuerzo. Y desde luego, no se premia la capacidad en un ambiente cada vez más distendido y menos favorecedor del sacrificio en el estudio. Es un primer paso, pero no el único.
Una vez se creen las bases de un sistema educativo que fomente el esfuerzo y que establezca las capacidades de cada niño para dedicarse a la ciencia o a otras ramas del saber (y eso incluye, desde luego, que le guste y que quiera dedicarse a ello), deben dotarse de recursos materiales las escuelas para que su educación sea completa, variada y sobre todo, eficaz. La iniciativa de crear ordenadores portátiles por menos de cien dólares del economista Nicolas Negroponte y el MIT es un paso prometedor para que la educación, la informática y la ciencia lleguen a niños que hasta ahora no disponían de posibilidad para ello.
Como tercer paso, la Universidad debe retomar su papel como elemento innovador y como motor del descubrimiento científico. El apoyo financiero de gobiernos, empresas, e incluso particulares es fundamental para ello, pero también una reestructuración que agilice las investigaciones, capte recursos humanos, y comience a primar la investigación y su transferencia hacia el mundo de la empresa, por encima de la publicación de artículos científicos.
Deben por lo tanto, encontrarse mecanismos que creen esta transferencia, como por ejemplo, el patrocinio empresarial de equipos investigadores universitarios, con exclusividad de la patente. O subvenciones del Estado cuyos resultados se subasten, o se entreguen a una bolsa de empresas nacionales que subvencionen otros esfuerzos innovadores.
Debe crearse un sistema de control y de subvenciones a las empresas que asegure la utilidad y el uso de dichos fondos públicos. En innumerables ocasiones, las subvenciones públicas se diluyen en otro tipo de gastos que no generan los avances que deberían.
Es así mismo necesario llevar la ciencia y la innovación a todo tipo de empresas, tanto grandes como pequeñas, introduciendo las tecnologías de la información y comunicación (TIC) en todos los ámbitos de la vida empresarial, e incluso en particular.
Dentro de los grandes retos de la empresa y de los gobiernos en esta área podemos indicar, por ejemplo, la introducción de la factura electrónica, de la oficina sin papeles y del carnet y la firma digital de cada ciudadano.
Responsabilidad Familiar. No sólo gobierno, instituciones y empresas tienen responsabilidad en crear un caldo de cultivo en el que se fomente y se genere el hambre de aprendizaje e innovación que el desarrollo de un país necesita. Es responsabilidad también de las familias crear un entorno tecnológico en casa que fomente el acceso de los niños a ordenadores, programas e Internet, si no en casa, sí en centros cívicos o de barrio.
Una forma de fomentar una implicación social mayoritaria de la oblación sería poner en boca de todos. ¿Cómo? Con programas de televisión interesantes, con artículos en diarios que incidan en su importancia, y creando modelos a seguir.
Un ejemplo, la creación de una universidad de ciencias de élite, cuyo acceso esté limitado a los mejores docentes, investigadores, y a alumnos becados, y convertir esta universidad en un sistema en constante cambio, evolución y aprendizaje (y como hemos dicho, crear las condiciones para que quienes la financien se beneficien de los resultados de dicha universidad).
Los resultados no llegarían en años, pero el proceso de financiación, becas, selección, y el seguimiento público sería un buen acicate para crear un ambiente de investigación a nivel nacional.
Líneas de investigación prioritarias. ¿Qué líneas deben seguirse de forma prioritaria para que una nación no se quede fuera del desarrollo y el control de los recursos tecnológicos que garantizarán su supervivencia y crecimiento futuros? Evidentemente las ciencias de la información y la comunicación deben encabezar la lista de ciencias y líneas prioritarias. Seguidas, de cerca, la biotecnología y las ciencias de la vida.
También deben marcase las guías maestras para fomentar el desarrollo de, la hasta ahora incipiente, nanotecnología, así como de la inteligencia artificial y la robótica.
Por último, la investigación en nuevas energías alternativas y en convertir las energías renovables en rentables.
Se podrían añadir el estudio de la fusión fría, y la investigación aeroespacial, pero la magnitud de las inversiones necesarias sólo están al alcance de grandes colosos económicos, o pasando a través de mecanismos de cooperación internacional, que, desde luego, no debemos descartar.
Independientemente de lo mecanismos utilizados para ello, todo proceso de modernización tecnológica y de fomento del I+D+i pasa por coordinar cuatro elementos claves del espectro socio-económico, las empresas, el Estado (a través de instituciones que deben ser un ejemplo de eficacia), la Universidad y colegios, y por supuesto, la familia y las personas individuales, que son el pilar del aprendizaje.
Las líneas de investigación deben así mismo seleccionarse, centrando los esfuerzos en la medida de las posibilidades de cada nación, y estableciendo mecanismos de cooperación entre naciones y empresas para asegurar el acceso a aquellas en las que cada país flaquee.~
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