Identidades tecnológicas en El estruendo del silencio de Bef
Opinión de Vanessa García Leyva
HABLAR DE CIENCIA ficción (CF) mexicana es entrar en un territorio poco explorado, tanto por la creación literaria como por la crítica. La tradición en nuestro país dentro de este género es escasa pero persistente, remontándose al siglo XVIII con Sizigias y cuadraturas lunares de fray Manuel Antonio de Rivas en donde se narra el viaje de un terrícola a la luna y su encuentro con sus habitantes. Pasando por Querens de Pedro Castera, hasta llegar a su etapa más reciente con autores como Gerardo Horacio Porcayo, José Luis Zarate y Bernardo Fernández mejor conocido como Bef. Es este último de los autores más productivos de su generación, ya que ha logrado conquistar el gusto del lector y de los especialistas en CF. Bef, dedicado completamente a los subgéneros (también escribe literatura negra, terror y comics), fue finalista del premio U.P.C que otorga la Universidad Politécnica de Cataluña a lo mejor de la ciencia ficción con El estruendo del silencio. En esta novela Bef construyó una realidad futurista en la que el hombre pierde su identidad al reconstruirse mediante la biotecnología. Para contar esta historia Bef se allegó al género de la novela corta que, sin duda, cuenta con una estructura narrativa que favorece a las intenciones de la trama. Concretamente la novela se inserta en los postulados de Piglia sobre el concepto de nouvelle o novela corta (Piglia, 2006).
Hay que señalar la coincidencia de la proliferación de la literatura fantástica, durante el periodo del romanticismo, con el auge del género del relato corto o “nouvelle”. Críticos como Mario Lancelotti señalan que el relato breve (aquí no solo se refiere al cuento sino también a la novela corta), son el marco más adecuado para su expresión (Lancelotti, 1974). Si tomamos como cierta esta afirmación entenderemos el por qué la literatura de ciencia ficción tuvo mucho auge en la década de los treinta del siglo XX, es en esta época cuando nacen las revistas “Pulp”, término que se utilizó para nombrar a las publicaciones en formato rústico y barato que publicaban narraciones fantásticas, sobre todo de los géneros de terror y ciencia ficción. Durante 20 años la ciencia ficción norteamericana se popularizó en este formato, ya que por su bajo costo estaban destinadas al consumo masivo y popular. Los “Pulps” estaban hechos para el lector que gustaba de consumir historias breves, que le llevaran un mínimo de tiempo de lectura y un máximo de acción y emoción. La rapidez con que se consumían estas revistas cimentó un gran negocio en el mundo de la literatura popular. Es entonces con la expansión de estas publicaciones periódicas, que la CF se constituye como un género que se separa del global de la literatura fantástica, creando así su propia tradición.
Fácilmente podemos situar El estruendo del silencio dentro del subgénero de la CF conocido como ciberpunk. Según Ramón López Castro (López Castro, 2001) el ciberpunk explora historias donde el hombre mejora sus primitivos sentidos gracias a aditamentos electrónicos, de tal suerte que el proceso de comunión entre hombre y máquina se perfecciona hasta lograr una hibridación.
En la historia de Bef se puede apreciar la preocupación del hombre por ver diluida su identidad como efecto del contacto con nuevas tecnologías. La compañía de Koji Kobayashi ha desarrollado la tecnología con elementos orgánicos y sintéticos que son unidos para desarrollar inteligencias artificiales (IA), clones y robots que servirán para realizar el sueño de Koji: lograr la inmortalidad al enviar una nave al espacio con su clon y el de su novia Marinka, con la finalidad de encontrar un planeta con condiciones similares a la Tierra y convertirse así en los nuevos Adán y Eva.
La tecnología utilizada para la creación de los otros protagonistas de la historia es en su gran mayoría un híbrido que combina elementos orgánicos y mecánicos. El señor Ká, es un robot-insectoide creado con biotecnología e insuflado con la personalidad básica de su amo Kobayashi; mientras que la inteligencia artificial Marel con voz femenina y encargada de la nave ha sido creada sobre la personalidad de Akiko, la científica inventora de la tecnología que llevará a Kobayashi a conseguir su sueño. Los personajes son compuestos por elementos orgánicos y percepciones alteradas que son vividas como reales. Bef nos muestra cómo es posible trastocar las fronteras entre lo orgánico y lo inorgánico, los sueños y la realidad. Como lo comentábamos líneas arriba existe una correlación del hombre y la máquina, la sustitución de la experiencia sensorial por la simulación digital.
Esta nouvelle o novela corta se desarrolla según el postulado de Piglia del enigma como elemento importante dentro de la novela corta, para el autor español “el enigma sería como sabemos, incluso por etimología, la existencia de algún elemento-puede ser un texto, una situación… que encierra un sentido que es necesario descifrar” (Piglia, 2006). En el texto de Bef el enigma se presenta como un recurso para dotar de viveza y expectación a su historia.
Tal vez, atraído por las posibilidades que promete la instancia narrativa, con el silencioso encubrimiento del suceso, en El estruendo del silencio Bef decide convertir al lector en el espectador directo de la acción, quitando a la historia una voz explicativa y desplegando los acontecimientos como silentes portadores de un misterio. Sin duda esta forma de posicionar al lector frente a los hechos, se encuentra propiciada por una estructura característica de la novela detectivesca, en la que el motivo de los sueños del robot se plantea como el desvelamiento de un enigma.
La estructura detectivesca de la historia fortalece el carácter organizativo de la información por parte del narrador, lo transfigura en una presencia omnisciente que acomoda los elementos constitutivos de la nouvelle para incentivar o retardar el conocimiento del misterio.
Los cambios de narrador desempeñan una misma función, crear un ambiente de incertidumbre en torno a la presentación del suceso enigmático. La existencia del misterio presupone el desconocimiento mutuo de los narradores, nada saben el uno del otro, por lo menos en la primera mitad de la nouvelle. Las estrategias del autor van a ir enfocadas necesariamente a hermanar la ignorancia del personaje-narrador con la del lector para crear en éste la misma expectación y necesidad de saber que va a pasar.
No hay un orden lineal de los sucesos que forman la trama, el relato se permite trastocarlos para brindar una secuencia desarticulada de los hechos que busca retardar el conocimiento de lo sucedido. Bef comienza El estruendo del silencio presentando una historia oscura, para desde ese primerísimo punto revisar los antecedentes del enigma. El autor inicia su relato por el instante en el que la acción se presenta más misteriosa al lector: el sueño del robot. La novela inicia con el sueño de unos de los protagónicos, el robot -insectoide, como sabemos los robots son incapaces de tener sueños, es ahí donde se planta el enigma que llevará el hilo conductor de la narración.
En El estruendo del silencio el espacio del sueño es muy importante pues es en él donde se inicia el cambio del robot biotecnológico, el señor Ká, va desarrollando personalidad humana a medida que pasa el tiempo, esta humanidad inicia cuando empieza a tener sueños, al principio son solo imágenes que con el transcurrir del tiempo se vuelven más elaboradas, durante los sueños el seños Ká empieza a percibir las cosas de otra manera. Es también en los sueños donde el Señor Ká tiene comunicación con Kobayashi. El texto ofrece al lector la incertidumbre de si lo que está pasando no es parte de un sueño, que lo que los rodea es real, o una simulación de una realidad construida por la inteligencia artificial. Este hecho refuerza el sentido enigmático de la narración y propone una visión en la que están en constante tensión la relación entre la realidad virtual y la vida real.
Como ya apuntábamos, en la novela de Bef los personajes llevan cada uno un proceso, en el caso de Kobayashi se trata de una pérdida de identidad y en el caso del robot-insectoide el proceso es precisamente lo contrario, la obtención de una identidad.
Veamos al personaje Kobayashi, este protagonista es un lobo capitalista carente de sentimientos, al que sólo le importa el dinero y la fortaleza de HumaCorp, su empresa. Bef ofrece con esta novela una visión del siglo XXI como un universo dominado por las redes digitales, las magnas multinacionales dueñas de mundo y las metrópolis donde los protagonistas son unos seres perdidos, cuyas relaciones están mediadas por la desconfianza del otro, la incapacidad de comunicarse y de amar.
Así, nos muestra la fusión del hombre con los logros tecnológicos, Bef continúa con el tema de la fusión de la máquina con el humano exponiendo el problema de la diferenciación entre el auténtico ser humano y la máquina reflexiva, creando la metáfora de los seres humanos comportándose de una forma inhumana y al contrario los robots que han evolucionado hasta presentar más signos de humanidad que los otros. El autor de este modo trata la relación entre lo natural y lo artificial que arrastra al señor Ká a tener problemas de identidad. El estruendo del silencio expresa las visiones relacionadas con cuerpos clonados e interrelacionados con las máquinas en este sentido, el concepto del ser artificial parte de la idea que las nuevas tecnologías influyen directamente en nuestro cuerpo y su percepción.
Lo que para algunos supone un progreso tecnológico, desde otra perspectiva se puede ver como la pérdida de sí mismo y una deshumanización que producen nuevos miedos. Esta conexión de cuerpo y máquina, lo natural y creado, es la base temática de la historia, el autor presenta la visión sobre el cuerpo natural como una envoltura imperfecta que hay que reparar, pero también permite que la naturaleza humana entre dentro de las máquinas, un universo donde la ingeniería biológica modifica las posibilidades físicas del ser humano para mejorarlas, permitiéndole lograr objetivos antes inalcanzables. Recordemos que Kobayashi tiene el deseo de la eternidad, sobrevivir a su muerte y formar una nueva civilización, sin embargo este logro le constará muy caro: la deshumanización como pago por la inmortalidad. Como vemos esta obsesión lo lleva a iniciar un proceso de pérdida de identidad. A lo largo de la novela nos encontramos con los rasgos de pérdida de identidad: Kobayashi es un ser egoísta, sin lazos familiares cuyo único objetivo es acumulación de dinero y poder.
Por otro lado está el proceso del señor Ká (robot-insectoide) que va perdiendo su identidad robótica hasta que sale a flote la personalidad básica de Kobayashi con la que fue programado. Por otro lado, podemos ver también un proceso en Marel, quien después de cientos años de atravesar el espacio sola, desarrolla una neurosis que afecta a la inteligencia artificial para volverla un manojo de sentimientos y nervios.
Los procesos que podemos ver en la narración derivan en otro de los conceptos manejados por Benedetti, el de la transformación: “la nouvelle es el género de la transformación. A tal punto que no importa demasiado dónde se sitúe el resorte aparente de su trama” (Benedetti, 1995). En la novela, la trasformación puede verse desde diferentes actores, por ejemplo Kobayashi que se desdobla en una representación mental que tiene comunicación con el insectoide, para después desdoblarse en los paneles de la nave. La novela plantea un futuro en el cual los cerebros podrán interconectarse para intercambiar directamente información y emociones, una comunicación directa con las computadoras creando así una red consistente en cerebros e inteligencias artificiales. La transformación del personaje llegará al punto de la desintegración de su identidad. Con el Señor Ká la transformación del robot lleva a la reflexión de que las máquinas pueden llegar a tener más rasgos humanos que el mismo hombre.
Bef utiliza un tratamiento común en la CF sobre confusión entre el mundo natural y el artificial, la realidad virtual ofrece la posibilidad de utilizar el espacio digital para recrear las identidades del mundo real y experimentar con otras nuevas, con ello logra una aniquilación de la propia identidad para pasar a ser otro y así fundirse con él.
Al principio de la novela los avances tecnológicos se perciben con un espíritu triunfalista, optimista, que veía en la ciencia una expresión de libertad abstracta, misma que se enuncia como la solución final a las penurias del ser humano. Koji tiene la idea de escapar de los designios divinos para así conquistar la inmortalidad, con el cuerpo humano clonado, construido y rediseñado por los avances tecnológicos y la ingeniería genética. Sin embargo el sueño se desmorona, pues se trata de un sueño tecnológico representado en un artificio y convertido en una quimera imposible de alcanzar.~
Bibliografía:
Benedetti, Mario (1995). Teorías del cuento. México: Universidad Nacional Autónoma de México.
Cano, Luis (2006). Intermitente recurrencia, la ciencia ficción y el canon literario hispanoamericano. Argentina: Ediciones Corregidor.
Fernández, Bernardo (2009). Gel azul. México: Santillana Ediciones Generales.
Lancelotti, Mario (1974). De Poe a Kafka. Para una teoría del cuento. Argentina: EUDEBA.
López Ramón (2001). Expedición a la ciencia ficción mexicana. México: Editorial Lectorum.
Piglia, Ricardo (2006).El arquero inmóvil. Nuevas poéticas sobre el cuento. España: Páginas de espuma.
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