Editorial año 1, número 9

Con los recientes acontecimientos a lo largo y ancho del mundo es necearía la reflexión en muchos aspectos.   El desalojo de lo territorios ocupados en Palestina da una oportunidad a la esperanza, mientras que la catástrofe humanitaria que sufre el sur de los Estados Unidos por el huracán “Katriana” nos muestra que, aun el país con más recursos del planeta, uno, no hay forma alguna de escapar a los desastres de la naturaleza y dos, como afecta a la sociedad la falta de voluntad política y la descoordinación.

La voluntad para desalojar los territorios ocupados nos permite pensar en un posible acuerdo, aun a pesar las posiciones radicales por ambas partes, que exigen lo imposible y no plantean un marco real de negociación. Por otro lado, que la nación más poderosa del planeta vea como su territorio queda devastado y no sea capaz de ofrecer una respuesta rápida a los hechos, nos hace pensar que todos, por muy fuertes que sean, requieren ayuda y cooperación del resto.  Que EEUU pida ayuda a la OTAN y a Europa para afrontar la situación, muestra que la potencia mundial necesita más de sus aliados, y sus no tan aliados (esta claro que lo que le sobra a Fidel Castro es mucho “colmillo” como para se capaz de aprovechar una situación y ponerla su favor, ofreciendo ayuda humanitaria a EE.UU.).

Podríamos pensar que en ambos casos, tanto Oriente Medio como EE.UU., son responsables de sus propios males.  No optar por una negociación viable o no respetar acuerdos mundiales en el caso de Israel, o que no se proteja el medio ambiente -esto talvez no se una actitud directa de responsabilidad, pero influye en gran medida que el medio ambiente se vuelva mas hostil-, son consecuencias de decisiones unilaterales y pensadas solo en  beneficios a corto plazo.

Esperamos que los hechos permitan la reflexión no solo de dirigentes, sino de la sociedad, para ser conscienes de que las decisiones tomadas sin consenso pueden, al final,  pasar factura.~