La filosofía del Feng Shui

Cuando hablamos en occidente de Feng Shui estamos englobando técnicas originadas en distintos lugares de la China antigua y pueblos cercanos. La imagen más o menos generalizadas de ellas es que se “mueven energías” o que “se manejan cuestiones espirituales o mentales” para lograr la felicidad, independientemente de lo que haya definido cada uno por felicidad.

El Feng Shui se mira algunas veces como quien despierta dioses dormidos. Como quien dice que la Navidad no se define por una fiesta o los obsequios sino que en realidad se trata de un recordatorio espiritual del amor de Dios y del amor que nos debemos los unos a los otros.  Pero la cultura china  es un poco más concreta de lo que nos imaginamos y espiritualmente materialista (tal vez animista sería una mejor definición).

Para entender lo que es el Feng Shui debemos plantearnos una filosofía del mundo que tal vez nunca pensamos, y no me refiero a filosofía como la reflexión metódica sino en la acepción de “la manera organizar naturalmente los sucesos” o “la mirada específica de una cultura sobre la realidad circundante” o sea, la Filosofía de vida. Esa filosofía de vida o explicación natural de los procesos y sucesos de la existencia  es lo que plantea el sello distintivo. El término Feng Shui es un ideograma  que está formado por las imágenes de viento y agua pero su significación o hermenéutica tal vez sería el tenso equilibrio entre la unión y la separación. En este término el agua simboliza lo que reúne y el viento lo que separa. En mi país (Argentina) decimos “Dios los cría y el viento los amontona”, para el  Feng Shui el significado del viento es más parecido al viento divino que separó las aguas del río Nilo: cambio, ponernos en armonía con el Universo.

El Feng Shui es una manera de adaptarnos, o aprovechar las fuerzas de la naturaleza, como quien va en un velero y maneja a su favor las mareas y los vientos para llegar a donde desea. “Donde desea” también es un concepto a definir, porque en el universo hay leyes fijas físicas, químicas y estelares (o cosmovisión). También hay creación, destrucción, gravedad, luz y antimateria. ¿Con todas estas fuerzas en el entorno cuál es la variación (cambio) que podremos lograr nosotros? Recordemos que lo que buscamos es ponernos en armonía con el Universo y aprovechamos sus fuerzas naturales.

Pongamos un ejemplo: los humanos podemos volar pero para vencer la ley de la gravedad y para salir vivos del intento necesitamos resolver un montón de cuestiones técnicas que pueden fallar y que generan cambios (si son negativos, destrucciones) profundos en la materia existente que normalmente llamamos transformación. Y necesitamos una gran cantidad de combustible. La transformación existe, ¿estaremos dentro del cálculo del equilibrio universal?, y no hay manera de vencer las leyes sin transformaciones pero no vencerlas no significa no haber logrado en absoluto cambio alguno.

La cultura china tuvo, en sus raíces,  varias miradas o filosofías, las dos más importantes fueron Confucianismo y el Taoísmo. De antemano pido disculpas por tratar de definir estas posturas de forma demasiado simple pero teniendo en cuenta que nos enfocamos sólo a la aplicación o parte practica del tema específico que tratamos aquí, vale. El Confucianismo intenta adaptarse a través de un rígido comportamiento diseñado por un relojero, de vivir  de acuerdo a normas que nos tranquilizan pues estamos haciendo todo lo que el maestro ordenó; lo que generaba un comportamiento honorable y personas muy confiables que eran deseadas y queridas en los círculos burocráticos del Antiguo Imperio.  El Confucianismo es una manera de aceptar obsesivamente los dictados de lo que creemos que la vida nos pide. Por otro lado el Taoísmo es una manera de adaptarse más parecida a un velero que surca las aguas, se sabe a dónde se quiere ir y se pretende aprovechar las fuerzas naturales, no se fija en las maneras pero acepta algunos toques mágicos o chamánicos para ciertos procesos.

¿En conjunto que buscaban [en el antiguo Imperio chino] lograr con el Feng Shui?  Cosas muy concretas: salud, buena fama, éxito económico, una buena mujer (los chinos concebían la filosofía desde el punto de vista del hombre y lo que querían lograr eran mujeres -muchas si es posible-), una buena familia y una larga vida junto a esa familia, tanto como para lograr tener cinco generaciones bajo un mismo techo. Hoy en día no podemos pensar en tres o dos generaciones que vivan una larga vida juntos y sin problemas, pero hay que tener en cuenta que el paso de las generaciones implicaba mucho menos tiempo que en la actualidad. Para lograr los objetivos, el Feng Shui analizó como afectaba  el entorno, las formas del terreno, las estrellas y el magnetismo de la tierra, etc.  Se utilizaron las relaciones entre los elementos que simbolizaban la totalidad de lo existente en el universo y sus efectos en cada uno de los aspectos buscados, se analizaron  las tensiones variables de la energía -simbolizadas en el Yin y el Yang- para entender su influencia.

La teoría del Yin y el Yang es otro de los grandes aportes de la cultura del Imperio chino a las filosofías del Oriente antiguo. Se refieren a una tensión,  un movimiento entre dos extremos que en su interior tienen la semilla del contrario. El Yang simboliza la tensión masculina y se expresa en la luz, el polo positivo de la energía eléctrica, lo cálido, el movimiento, lo grande,  lo sonoro, lo brillante, lo sólido. El Yin simboliza la tensión femenina y se expresa en la penumbra, el polo negativo de la corriente eléctrica, lo frío, la quietud, lo pequeño, lo suave, lo opaco, lo blando. Todos tenemos Yin y Yang en diferente equilibrio y esta clasificación es empleada también en la medicina china. Aunque parezca que el Yang es la fuerza,  si observamos el símbolo descubriremos que las dos partes tiene el mismo tamaño y es deseable y saludable que mantengan el equilibrio.  Los vemos como un dibujo estático pero en realidad es la representación el movimiento del uno hacia el otro.  Consideremos entonces la fuerza de la quietud, de lo estable, como algo muy poderoso, y muchas veces esta estabilidad es un movimiento hacia el no movimiento. Un ejemplo: pensemos en una forma tradicional de  familia  o pareja, muchos hombres, que aquí representan la energía Yang,  pueden sentir que tener una madre en su casa o una esposa, que aquí simbolizarían el aspecto Yin de la energía, los ubica, los ancla, los descansa. Esto lo sienten como un motivo para no salir, pues en el fondo estaban buscando un motivo para quedarse aunque también existe la tensión contraria (a huir por ejemplo) por el exceso de anclaje que se genera. Una mejor aplicación de esto es en la decoración: colores luminosos,  muchas luces, objetos cinéticos o sillas son de características Yang, por lo que son más aptos para escritorios, lugares de trabajo o de reunión. Los tonos más apagados o pasteles, almohadones, alfombras mullidas y luces tenues son aptos para un lugar de descanso, un dormitorio etc. En la vida cotidiana, el equilibrio de las estaciones hace que naturalmente en verano entornemos las ventanas o  busquemos el frío y en invierno busquemos la luz o el calor.

En esta serie de artículos pretendemos reflexionar más profundamente sobre las técnicas y conocimiento que significa el Feng Shui y no quedarnos en las recetas extraídas de una revista o de un libro. La idea es que nos hagamos conscientes de estos movimientos, filosofías y formas de vivir que clasificaron los sabios del antiguo Imperio chino.  A través de distintas  entregas analizaremos varios de los temas referentes al Feng Shui lo que nos ayudará a entender su significado y aplicar, tal vez, alguna técnica, podremos aprender a elegir, si lo deseamos, algún maestro con quien  trabajar en lograr la armonía de  nuestro hogar o negocio con una base de lenguaje y significados que mejore la efectividad de las actividades que realizamos.~