Poemas de Aurelio Macó

Poemas de Aurelio Macó. Selección de Jesús García Mora.

Palabras iniciales

No quiero ser nunca un hombre con dioses,
no quiero morir con algún paraíso asegurado,
ni quiero salvar la conciencia heredada de mis padres.

No quiero tampoco sueños, edades ni esperanza,
no quiero banquetas para desanudarme las costuras,
ni álbumes para recortar el lado sincero de las fotos.

Siempre he detestado los árboles de paso,
las reputaciones y miserias de paso,
y los espejos que sólo sirven para arrojar otros espejos.

Quiero ahora escribir un poema que sí sirva para un hombre
y hacer que tiemble la tierra cuando digo que yo tiemblo.

Estoy harto de contemplar mi otra cara en la pared,
de tocar ese otro nombre que a veces me refleja,
esperando que el sol remueva la cortina, o la desgarre.

 

Mi principal problema ontológico: un spot para el futuro

Siempre he querido ser el tipo
que afirme Dios no existe
sin que la tv señale su conducta
como la más imbécil del año

siempre he querido, repito,
pero eso es francamente inconcebible

sé perfectamente
que a la gente le aburre las verdades pretendidas
y que en su top de personas despreciables
tipos como yo
están en las primeras posiciones

decir Dios no existe
claro
ya no es ninguna novedad

pero aún hay quienes fruncen el puño
cuando intento pintarle
unos bigotes al arcángel Gabriel
y aprovechan eso
para publicar un reportaje chistoso
en las noticias de la tarde

odio por eso que las plazas
aún no estén llenas de “personas anormales”
y que en las bancas
no encuentre cuarentones
que sueñen con incendiar una librería católica

la tv, lo sé, no esperará mucho
para volverme famoso
en un spot de retrasados mentales

pero juro por la inexistencia de dios
juro que ahora
les tengo tanta fe a las botargas

que de pronto
me interceptan en la calle

y juran
que la verdad y la mentira
tienen un costo
más o menos barato.

 

Una idea injustamente melodramática del poeta ilustrada para tv directo

Aunque alguien proponga una analogía
menos sentimental
que la que ofrece el poeta,
de ninguna manera,
la muerte de un álter ego
debe catalogarse como un hecho triste.

Es decir, propongo que imaginemos ahora
a un sastre sentado a la mesa
de nuestras más profundas introspecciones.

Pues bien, él a continuación
ilustrará mejor que yo esta idea –un poco abstracta–
recordándonos cuál es el uso
que un magnate le da a su esmoquin nuevo.

—El magnate, señores televidentes,
jamás lamentaría que el excremento de una paloma
caiga en la solapa de su esmoquin
por dos simples motivos: 1) si esto
no sucede a la vista de los transeúntes, y 2)
si el traje no es de manufactura Ed Gein.

 

Reseña literaria

lo
que
el poeta
nos
quiere
decir

es
que
al fin
y
al cabo
la
poesía

sufre
también
su
pie
de
atleta.

 

Antihaikú
ronca
el amo
sobre
la
hamaca:

el perro
mientras
tanto

se acerca
al charco
de baba
y se
contempla.

 

Recado

se me hizo
muy tarde, putita

pero te dejé
mi cuerpo
al lado
del frasco
de mercurio

consérvalo
o tíralo
a la basura:
ya no importará

pero espero
que siempre
me recuerdes
como un buen chico

y que
no olvides
nunca

que el plato
frío
de la venganza

hay
que meterlo
al microondas

tres minutos
y medio.~

 

poeta_Aurelio_MacoAurelio Macó (1991, México, D.F.). Ha publicado en diversas revistas y sitios web como Revista El humo, El grito literario, Tachas y Tres pies al gato. Está por publicar su libro El tragicómico moderno.