Iliana Vargas: Quien imagina tiene la posibilidad de transformar la realidad

En esta entrevista la escritora mexicana Iliana Vargas (a quien agradecemos su tiempo y amabilidad) nos habla acerca de la Literatura de Imaginación y de sus libros Joni Munn y otras alteraciones del psicosoma (Fondo Editorial Tierra Adentro, Conaculta, 2012; y Magnetofónica (Ediciones y Punto, Colección Averno, 2015). Texto de Dante Vázquez.


¿Para ti qué es la Literatura de Imaginación?

Desde que Alberto Chimal propuso este término para diferenciarlo del que suele usarse en el ámbito de la mercadotecnia editorial al referirse a la literatura fantástica, he estado pensando en las virtudes que la palabra imaginación implica, y en el motivo por el que fue tan emblemática durante el Mayo Francés del 68 gracias a aquella frase que, para mí, no ha perdido vigencia: La imaginación al poder. Yo creo que el verdadero aspecto que hace diferente al ser humano de las otras especies animales es la capacidad de imaginar, y considero que quien no lo hace, mutila una parte natural de sí mismo, mutila la necesidad de explorarse para construir y para destruir, y sin esa constante valoración de uno mismo como un organismo del que hay que eliminar las partes podridas y regenerar las que aún pueden florecer, es más difícil conocerse y saber qué parte de uno funciona en el entorno del que forma parte como comunidad. Quien imagina tiene la posibilidad de transformar –a través de la literatura o cualquier otra manifestación creativa- la realidad desde las situaciones más inmediatas, hasta las más complicadas del mecanismo social. Por ello es que el hombre que imagina es el más peligroso para las estructuras autoritarias, y por ello es que escribir literatura de la imaginación es una forma de resistencia, de sublevación: hay una especie de rebeldía en crear historias y personajes que parecen no tener sentido, que toman determinados aspectos de la realidad y la voltean, la trastocan para mostrar ese otro lado que no cualquiera se atreve a vislumbrar. La otredad es, para mí, el secreto, el arma más fuerte de la literatura de la imaginación, porque en la otredad cabe desde el guiño más discreto hasta la maquinaria más extraña e inverosímil de lo que late en el ser humano, porque finalmente el miedo, el horror, la deformación de ciertos rasgos a partir de los cuales se configura el yo/monstruo e incluso toda una comunidad de universos alternos, son parte de la capacidad expansiva del ente escritural. Diría, entonces, que para mí, la literatura de la imaginación es una constelación en la que cada escritor construye su propia galaxia, una galaxia que configura luces y sombras a través de las cuales se descubre a sí mismo y ofrece una posibilidad de ser otro.

 

¿Cómo fue que se dio tu acercamiento y gusto hacia la Literatura de Imaginación?

Voy a confesarte algo que pocas personas saben, y que por muy naif que parezca, fue significativo para que yo decidiera dedicarme a este tipo de literatura: cuando estaba en la preparatoria, me dio una especie de obsesión por los ovnis, los extraterrestres y los monstruos. En esa época empecé a leer a Ray Bradbury, Michael Ende, Isaac Asimov, Julio Cortázar, Juan Rulfo, Jorge Luis Borges y Gabriel García Márquez, y era adicta a series televisivas como “La dimensión desconocida”, “Viaje a las estrellas”, “Los locos Adams” y “Los expedientes secretos X”. Recuerdo que por entonces, películas como El bebé de Rosemary, Poltergaist y El Exorcista me seguían dando mucho miedo, pero no podía dejar de verlas, de hecho creo que ahí también empecé con Stephen King. Mi obsesión con los ovnis era tal, que pasaba horas en la azotea de mi casa, observando el cielo, acompañada de mi perra y de un Manual para cazar ovnis. A la fecha no he logrado ver ninguno, pero creo en ellos. Y creo que querer creer [el legendario I want to believe del póster de Mulder] ha sido el motor que me ha impulsado a darle forma, a partir de la escritura, a todo aquello que se me aparece en sueños, en delirios y visiones. Cuando entré a la universidad fue cuando comprendí que esta extrañeza que me producía la posibilidad de encontrarme con situaciones o seres ajenos a la realidad explicable, era parte de toda una tradición literaria que había nacido justo con la intención de contraponerse al rigor de querer explicarlo todo mediante la razón. Ahí fue donde nació mi fascinación: primero por el Sturm und Drang, luego por los románticos alemanes y franceses, y a partir de ahí, por la literatura fantástica sin distinción de nacionalidad; aunque creo que algo que también me alimentó mucho y me ayudó a detonar otros aspectos de la imaginación, fue la vanguardia, en particular el dadaísmo, el surrealismo y el creacionismo.

 

IlianaVargas¿Quiénes son tus autores favoritos?

Uy, hablar de autores favoritos es complicado porque me fascina el proceso del descubrimiento constante, de la búsqueda e identificación con escritores que están en la misma sintonía que yo. Sin embargo, siempre hay una lista de voces que reconozco como imán primigenio: J. W. Goethe, E. T. A. Hoffmann, Gérard de Nerval, Jean Paul Richter, Mary Shelley, Edgar Allan Poe, Guy de Maupassant, Ray Bradbury, Charles Baudelaire, Italo Calvino, Georges Perec, André Breton, Samuel Beckett, Virginia Woolf, Milorad Pavic, James Joyce, Salvador Elizondo, Michael Ende, Henri Michaux, Georges Bataille, Antonin Artaud, Goran Petrović, Philip K. Dick, William Burroughs, Robert Aickman, Julio Cortázar, Ryūnosuke Akutagawa, Amparo Dávila, Francisco Tario, Jorge Luis Borges, Emiliano González, Juan José Arreola, Guadalupe Dueñas, Bioy Casares, H. P. Lovecraft, Alejandra Pizarnik, Leopoldo María Panero, Angélica Gorodischer, Macedonio Fernández, Kenzaburo Oé, Liudmila Petrushévskaia, Paul Auster, Alejo Carpentier, Carlos Edmundo de Ory, Kōbō Abe, William Golding, Ana María Shua, Alberto Chimal, Bernardo Esquinca, Érika Mergruen, Édgar Omar Avilés, Karen Chacek, Mario Bellatin, Guadalupe Nettel, Samanta Schweblin y Bernard Quiriny, por ahora.

 

¿A qué se debe?

Creo que cada uno, de acuerdo con lo que escribe, va construyendo un árbol genealógico de temas y formas de escritura con las que se siente más identificado, pero como para escribir primero hay que leer, lo que suele resonar más en la voz de uno es la voz de todos aquellos de quienes se ha aprendido, ya sea en el aspecto de la exploración del lenguaje, de la visión estética, del sonido, de la atmósfera, de la construcción de personajes, o de ellos mismos como individuos, cuando se tiene la oportunidad. Yo considero, a los escritores que he mencionado, como las raíces y el tronco que sostienen al árbol genealógico del que me asimilo como una rama.

 

¿Qué has aprendido de la vida a través de la Literatura de Imaginación?

Que la vida no es una sola, ni está definida de una sola forma. Que uno tiene la posibilidad de cruzar umbrales, de dejarse fascinar por lo extraño, lo oscuro, lo que se mueve entre las sombras esperando a ser descubierto. Pero sólo si se tiene la disposición, el ojo curioso y la necesidad de buscar, de no conformarse con lo que la norma dispone como real, es que esta otredad puede encontrarse, experimentarse y transformarse en palabra escrita.

 

¿Y de la Literatura de Imaginación a través de la vida?

Que las posibilidades de ser uno en el lenguaje aguardan por ser exploradas. Que la literatura, y en especial la de la imaginación fantástica, ayuda a disimular un poco esta visión esquizofrénica que uno va teniendo del mundo, irremediablemente. Y digo que es irremediable porque vivimos en una confrontación constante entre habitar una sociedad que se desmorona cada vez más rápido, inserta en un código de violencia y sobrevivencia a costa de lo que sea, y un mundo propio que se alimenta del sueño, la pesadilla, la esperanza y el anhelo apocalíptico como única oportunidad de reconstrucción de lo humano, si es que lo humano merece otra oportunidad. Entonces la literatura de la imaginación funciona como combustible para no ceder, para oponerse a este desmoronamiento a partir de la elaboración de posibilidades, aunque estas posibilidades parezcan, paradójicamente, creaciones imposibles y del todo ajenas a lo conocido. Pero es que, si lo pensamos bien, justo en lo desconocido es donde uno puede encontrar respuestas que no esperaba.

 

¿De qué manera la Literatura de Imaginación ha cambiado, cambia y cambiará tu vida?

Después de estudiarla y leerla, me ha sembrado la idea de asumirme como escritora; me ha hecho encontrar la manera de adueñarme de cada día invirtiendo los papeles dentro del escenario en el que participo; es decir, ahora yo decido qué tomo y qué elimino de lo que me rodea. Hay momentos en los que me deprime ser parte de una maquinaria que no funciona, tener una doble vida en la que debo pasar diez horas al día en una oficina agobiante y deshumanizada. La literatura de la imaginación me ha ayudado a entender que es posible confrontar la realidad porque a pesar de que uno se encuentre donde no quiere, el ente escritural está en movimiento constante, encontrando detonadores de la ficción en donde no solemos verlos o buscarlos conscientemente. Creer en las posibilidades de otros modos de existencia me ha fortalecido el carácter y ha sido incluso el principal sostén para sobrellevar situaciones que quiebran, literalmente como un hecho sobrenatural, la vida. Gracias a ella y a otras manifestaciones como la música y el cine, comprendo de una forma distinta la muerte, y me he aliado de manera definitiva con la soledad, una soledad creativa. No sé qué cambiará ahora; creo que también me ha motivado para viajar y conocer las tierras donde se han gestado varias de las obras que he leído. Me encantaría poder hacer sólo eso: viajar, escribir, ser una Iliana nueva después de cada viaje, y poder seguir mirándolo todo desde la perspectiva dual del yo/personaje/monstruo y yo/habitante de una ciudad que es todas las ciudades.

 

¿Para qué y por qué leer y escribir Literatura de Imaginación?

Para cuestionarte, para no creer sólo en una, sino en cientos de versiones de la historia, de la religión, del origen del cosmos, de ti mismo. Para no conformarte con lo que se ha establecido que se debe ser y hacer. Para aprender a desaprender las formas de ver, percibir y construir el mundo. Para no dar paso a la tristeza y la desesperanza cuando descubres que la mayoría de la gente considera el acto de imaginar como algo exclusivo de la infancia, algo de lo que uno debe deshacerse para ser un adulto maduro y responsable para confrontar la realidad, y mientras te dicen esto, descubres que no hay nada que ilumine sus ojos.

 

¿En qué sentido la Literatura de Imaginación manda al carajo a la cotidianeidad?

En el sentido de que nunca ves lo mismo aunque cruces las mismas calles todos los días. Creo que esta literatura va ejercitando una parte sensorial que te mantiene atento, despierto, siempre a la caza de algo; en mi caso, de sonidos, códigos, imágenes, sombras, situaciones, colores, umbrales. Lo cotidiano cumple una función práctica en tanto que cada uno tiene que interpretar un papel laboral para que el cuerpo físico se mantenga vivo, y uno se levanta cada madrugada y se entrega a una lucha constante entre el desgaste que conlleva ese papel y las ganas de no rendirse, de seguir buscando la forma de que el lenguaje funcione como la imaginación necesita que funcione.

 

Para finalizar, háblanos un poco acerca de tus libros Magnetofónica y Joni Munn y otras alteraciones del psicosoma, y comparte con nosotros una breve historia.

Son libros que han tenido procesos muy distintos. Joni Munn y otras alteraciones del psicosoma nació después de ocho años de estar reelaborando y corrigiendo los cuentos, de agarrar confianza para decidir que por fin había logrado darle forma a lo que se estaba configurando en mi cabeza y no encontraba la manera de hacerlo salir como era debido. Yo misma me sorprendí del resultado, fue algo así como mirar desde fuera los otros yos que no suelo exponer tan fácilmente: son historias que delatan la monstruosidad, las fobias, las incomodidades, las manías y los deseos que percibo en mí. Magnetofónica, en cambio, empezó a configurarse en el 2013 y se fue revelando durante el 2014. Escribirlo fue una estrategia de sobrevivencia, de responder y reaccionar a algo muy fuerte y doloroso por lo que estaba pasando, y le puse mucho empeño para reafirmarme como alguien que debe seguir vivo, alimentándose y disfrutando de los misterios que otros seres vivos tienen para compartir con uno: hoy día tengo la enorme fortuna de estar rodeada por amigos con un alto potencial creativo no sólo en lo literario, sino en el ámbito de la pintura, la gráfica, la ilustración, la experimentación sonora y el cine, y mi intención es corresponderles de la misma forma, con éste y todos los libros por venir. Lo que he notado a través de ambos, es que prevalece una exploración de lo onírico mezclado con lo crudo, lo salvaje, lo cruel. Me gusta mucho inventar saltos, estructuras, crear situaciones en las que el destino y el azar siempre están en juego, en las que se lleve a cabo una transfiguración, ya sea en lo corpóreo o en la esencia de los personajes, y sobre todo, experimentar con el desconcierto que puedo generar en los lectores a través de imágenes, sonidos, paisajes y acciones, pues si lo que escribo no provoca ninguna reacción y algún cambio sobre la manera de percibir las cosas, sentiría que he fallado. Algo más que estos libros tienen en común es que están divididos en dos partes. En el caso de Magnetofónica, son dos historias donde se impone lo sonoro, y se van intercalando gracias al personaje del que toma su nombre: el Señor Magnetófono. Es un libro//disco acerca del viaje, de los paisajes y las atmósferas que descubrí en mi recorrido por Sudamérica, y durante todo el proceso para volver a México; de lo que me esperaba aquí, como si estuviera predestinada a irme y regresar para poder encontrar todo un nuevo mundo. La historia principal, “Abisal”, está dividida mediante un juego de Play => Pause, y las historias que se intercalan con ella son diafonías [los sonidos que se mezclan en una cinta magnética] numeradas igual que un playlist. Me despido con la segunda parte de esta historia, en espera de que su lectura provoque las ganas de leer el libro completo:

 

Leer el relato Abisal 2: Virna Ligsa, o [diafonía 3] => => Noctívagaullante, cuento e #intervención de Iliana Vargas

 

IlianaVargas_librosIliana Vargas (Ciudad de México, abril de 1978) estudió Letras Hispánicas en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, donde cursó un Diplomado en Literatura Fantástica y coordinó el Encuentro Multidisciplinario en torno a lo Fantástico, realizado en enero del 2001.

Desde el 2006 a la fecha, ha colaborado en publicaciones impresas y electrónicas mexicanas y extranjeras como  Antología virtual de minificción mexicana; Asfáltica; Axxón (Argentina); Azoth; Blanco Móvil; CartónPiedra (Ecuador); Delatripa; Gaceta Cariátide. Brevedades Literarias; Entremaresmagazine; Grietas. Pasquín Literario; Hysterias; La Hoja de Arena; Revista Moria; Revista Cronopio. Ideas Libres y Diversas (Colombia), Revista Periplo (España), Revista Registro, Revista eSpiral, Suplemento Tachas y Penumbria/ Diez, así como en programas radiofónicos, televisivos  y diálogos públicos dedicados a la literatura y su relación con otros lenguajes.

Escribe narrativa de la imaginación fantástica// perturbadora y notas híbridas sobre aquello que llame su atención literaria o especulativa.

Blog https://alteracionesdelpsicosoma.wordpress.com/