Editorial: La crisis, como la vivimos y como nos dicen que la vivimos

A todos nos ha afectado la crisis y, en muchos casos, en temas y situaciones que nunca creímos. Evidente a parte de la crisis económica, se ha dañado el tejido social: hay crisis de valores, recortes en los gastos sociales, desempleo y paro, cambios de ciclos políticos, existen conflictos de interés de los políticos, los empresarios, sindicatos… los medios nos dicen como la hemos vivido [la crisis] y esto no corresponde con lo que vivimos.

¿Cómo afecta a la sociedad que políticos, banqueros y empresarios queden impunes del mal manejo de la economía?, ¿afecta en algo que salga a la luz la corrupción y el conflicto de intereses?, ¿por qué se sigue atendiendo a los intereses de las grandes compañías y de EE.UU. –que sólo busca el beneficio en sus intereses comerciales-?, ¿existe relación entre la crisis y el aumento de la violencia en México?, ¿cuáles serán las propuestas para salir de la crisis con el cambio de poder en Perú?, ¿cómo afectara las elecciones en Argentina, en EE.UU.?,…

Pero así como existe una crisis económica global -cuyas consecuencias no son del todo informadas a la opinión pública-, existen crisis de otro tipo. Algunas veces son crisis que asumimos como recurrentes o cíclicas: la socialdemocracia [izquierda política] lleva tiempo en crisis y ahora que podía poner en práctica muchas de sus doctrinas se ha quedado a medio camino, sin argumentos y sin prestigio; los medios, principalmente los impresos ven un descenso de los lectores desde hace años que está alterando el sector hacia un lugar que nadie conoce; las personas viven una constante invasión de mensajes donde es mejor “tener” en vez de “ser”; en la sociedad no hay comunicación, valores, ni mucho menos empatía. También existen crisis que manejamos y asumimos como naturales: las crisis asociadas a la pérdida, el dolor de una ruptura o la incomprensión de los adolescentes.

Hemos llegado a un momento en que las crisis, sin importar cual, la vivimos de una manera que nadie más es capaz de entender. Nos dicen que la vivimos de otra forma. Sin ser capaces de ver al colectivo ¿cómo ponernos de acuerdo en las soluciones de los problemas?, ¿cómo entender las consecuencias y comunicar soluciones de fondo?

Desde este número –ya en el número anterior habíamos identificado “Asuntos importantes de que hablar” (Vozed 4.01), en que era necesario parar y pensar-, intentamos entender distintas realidades, distintas crisis, esperando que no sea demasiado tarde para encontrar soluciones reales, o por lo menos, para comenzar a hablar de lo mismo.