Pirlo, bellissimo | blog Mundial Brasil 2014

Cuando aterrizo en el Aeropuerto Internacional de Río de Janeiro, todavía resuenan los goles holandeses. El autobús que nos lleva hasta el barrio de Botafogo va lleno de argentinos. Nos hace un tour por el Río profundo, atraviesa un par de favelas para pasar por la Estación de Autobuses, que se llama Novo Rio pero no hace honor al nombre, y adentrarse en el decadente Centro de la ciudad. El panorama mejora al llegar al Parque do Flamengo y es definitivamente maravilloso en la ensenada de Botafogo, con el Pan de Azúcar mirándonos de frente.

En la Cidade Maravilhosa los ricos viven al sur y los pobres al norte. Pero los morros salpican de verde toda la ciudad, y se llenan de favelas que hacen de cada zona un sitio impredecible. El Maracaná se alza como un pedazo de la historia del país casi en el corazón de Río. Está todo preparado para recibir a la Selección Argentina, que hace esta tarde el reconocimiento del campo para enfrentar mañana a Bosnia. El “Pipita” Higuaín, todavía lesionado, es posible que no sea titular.

Pero hoy hay la friolera de cuatro partidos. El primero se juega en Belo Horizonte e impresiona como los hinchas colombianos pintan el Mineirão de amarillo. Y la selección de Pekerman les regala un gol a los cinco minutos, una buena jugada colectiva que arranca Cuadrado por derecha y define Pablo Armero por izquierda. Grecia lo intenta dentro de sus limitaciones, David Ospina realiza una atajada espectacular y el público reacciona para volver a apuntalar a los suyos.

El partido lo define Teófilo Gutierrez entrando a rematar un córner que toca Aguilar en el primer palo. El 3-0 definitivo lo mete James Rodríguez, haciendo uso de esa zurdita mágica que tiene mucho para ofrecer en este Mundial. Colombia confirma las expectativas y, todavía, no extraña a Radamel Falcao, que lo ve desde la tribuna.

Acto seguido se presentaba Uruguay, sin Luisito Suárez, lesionado, pero con la misma base del equipo que fue cuarto en Sudáfrica y Campeón de América en Argentina. Su rival, Costa Rica, no debía ser complicado. Lo fue arrinconando a fuerza de garra hasta que le hicieron un penal infantil a Lugano y Edinson Cavani lo convirtió fuerte y a la izquierda del arquero. Nada presagiaba lo que pasaría en la segunda mitad, a no ser una atajada espectacular de Keylor Navas.

Extrañaba, eso sí, que los ticos le crearan problemas por alto a los charrúas. Muslera le sacó un cabezazo a Duarte, pero cinco minutos después, González salió muy bien del fondo, desbordaron por banda derecha y el centro le quedó en el punto penal al bueno de Joel Campbell, que metió un zurdazo inapelable. Poco después, otra vez le ganó Oscar Duarte a Stuani y el cabezazo se metió al lado del palo: ¡Costa Rica le daba vuelta el partido a Uruguay! Lo liquidó Marco Ureña con una preciosa definición y el 3-1 pone definitivamente patas para arriba al “grupo de la muerte”.

El partido del día lo juegan Italia e Inglaterra en Manaos. No defraudan. Empieza mejor Inglaterra, con juego directo, tira Sterling, tira Gerrard, tira Welbeck, tiran todos, pero Sirigu responde tan bien como antaño Buffon, al que Prandelli ha dejado en el banquillo. Pero Italia lo empareja con Pirlo, que enloquece con su manejo del balón en el mediocampo; el duelo se sintetiza en la veteranía de Andrea Pirlo (genio y figura a los 35) y la habilidad de Raheem Sterling (descaro y velocidad con tan solo 19).

Empieza ganando el italiano, que en un córner que juegan corto llega de frente con el chico Sterling corriendo a su espalda. Entonces Pirlo la deja pasar, pasa Sterling, y llega solo Claudio Marchisio, su compinche en la Juventus, que le pega bajo y la pelota pasa entre las piernas de miles de ingleses para ir a meterse al fondo del arco de Hart. Pero el pibe del Liverpool tarda dos minutos en responder, agarra la pelota en mediocampo y arranca, Pirlo no puede más que mirarlo, y Sterling le mete un pase precioso a Rooney, que le centra medio gol a Daniel Sturridge que hace la otra mitad empujándola a la red. Es el empate, hasta ahí, merecido, pero Italia y Pirlo juegan cada vez mejor, Jagielka se la saca en la línea a Balotelli y Candreva destroza el poste.

Entonces centra una vez más Candreva y Mario Balotelli, como una tromba, cabecea en el segundo palo para poner el 2-1 para Italia. A Inglaterra cada vez le cuesta más, Sturridge se hace con el mando, pero no le alcanza, y cuando llegan aparece Sirigu. Rooney tiene una clara que se le va por poco, pero el partido ya tiene un dueño: Andrea Pirlo. Juega al trotecito, es el mejor en un partidazo de fútbol.

En el minuto 90, y después de otro pase mágico, hay tiro libre para Italia a 35 metros del arco. El estadio entero, creo que hasta los ingleses, corea el nombre de Pirlo. Andrea le pega, la pelota vuela hacia la izquierda, y luego vira, en el aire, hacia la derecha, Hart se queda atónito, como todo el estadio, y el balón pega en el travesaño. No importa. Quizás este Mundial le quede grande a Italia, ya no están ni Cannavaro, ni Del Piero, ni Totti, como 8 años atrás. Pero Pirlo, hoy, es todavía mejor que ayer.

La jornada se cerró con un gran duelo continental, se enfrentaban por el Grupo C los que son, probablemente, el mejor equipo africano y el mejor equipo asiático. Se adelantó Japón con un zurdazo al ángulo de su estrella, el talentoso Keisuke Honda, e impuso durante buena parte del encuentro la dinámica y el orden asiático. Pero con el ingreso del eterno Didier Drogba, Costa de Marfil se impuso por alto en los centros que enviaba Aurier desde la derecha y en dos minutos lo dieron vuelta primero Wilfried Bony y después Gervinho, que fue la figura de los elefantes. Fue un 2-1 justo y merecido que parece les dará, esta vez sí, por primera vez en su historia, el paso a los Octavos de Final.