Hibridaciones sinápticas: Habitar la alteridad en todas sus posibilidades: TheMexicanxInitiative en la Worldcon 76

Un texto de Iliana Vargas

Fotografía de portada: Rick Canfield

 

CUANDO RECIBÍ UNA notificación en FB para avisarme que me habían etiquetado en un enlace donde John Picacio buscaba mexicanos dedicados a la ciencia ficción, algo en mi corazón empezó a centrifugarse. Entré a la página indicada en el post, y ahí venía toda la información de la convocatoria para postularse a TheMexicanxInitiative, en la que Picacio quería reunir a 50 artistas de origen mexicano que trabajaran en torno a la CF, ya fuera en el ámbito literario, gráfico, visual, musical, o incluso como fan de alguna o de todas estas variantes, para participar en la Worldcon 76, en San José California, del 16 al 20 de agosto. La cuestión era muy sencilla: sólo había que explicar por qué me gustaría asistir a esta convención. Con el mejor inglés que pude, describí a qué me dedico, qué me gusta escribir, y qué haría si pudiera conocer a tanta gente con la que compartiera mi fascinación por la CF. Antes y después de mí había muchísimas postulaciones, así que no creí que fuera a pasar a la siguiente etapa. Pero días después, cuando recibí el correo de John explicándome que le había interesado mi presentación y que quería saber más de mi trabajo y de lo que me gustaría hacer en la Worldcon en caso de ser aceptada, una euforia se apoderó de mí y le pedí a mi hermana que me ayudara con el inglés para contestar ese correo, en el que propuse temas de discusión y un taller. Por fortuna, a ese correo le siguieron varios más, en los que me fui enterando no sólo de que formaría parte de TheMexicanxInitiative, sino de todo el proceso de organización, de los detalles, de las complicaciones, del esfuerzo que implicaba dar vida a una convención de esta magnitud, y sobre todo, de que el trabajo mexicano tendría un espacio asegurado para ser visibilizado y compartido con el de los participantes de otros países del mundo.

Sin embargo, meses más tarde, mi emoción por este viaje sufrió algunos altibajos. Primero, por la muerte de Manrico Montero, uno de mis amigos más cercanos y queridos, quien compartió la alegría de la noticia conmigo y me aconsejó sobre lo que podría hacer estando allá, e incluso me ayudó a dimensionar lo que esa experiencia influiría en proyectos futuros. Ahora sé que, aunque sus ojos humanos no pudieron alcanzar a ver todo lo que viví y aprendí, me acompañó durante este viaje a través de su nuevo cuerpo cósmico. Otro asunto que me desanimó bastante fue la manera en que Trump encrudeció su política de tolerancia cero en la frontera. Las imágenes de los niños separados de sus padres y enjaulados me pegaron muy duro, y estuve a punto de cancelarlo todo a pesar de que mucha gente me dijera que eso no era nuevo, que ya había sucedido antes, y que mi reacción era exagerada. Por fortuna, poco después empezó a cristalizarse un proyecto que Libia Brenda Castro planteó durante una charla de Messenger: armar una antología bilingüe para llevar una pequeña muestra de nuestros cuentos a la Worldcon. Eso me hizo recuperar el entusiasmo y enfocarme por completo no sólo en terminar de escribir mis apuntes para la charla en la que participaría, sino en ayudar en lo posible para que el libro quedara listo. Así, cuando menos me di cuenta, ya estaba buscando imprenta y pidiendo presupuestos, hasta que llegó el gran día en que Gabriela Damián y yo fuimos a recoger nuestros 200 hermosos ejemplares de Una realidad más amplia. Historias desde la periferia bicultural. A LargerReality: SpeculativeFictionfromthe Bicultural Margins, que incluye 14 cuentos y un cómic:


Desde ese momento hasta hoy, algo cambió en mi percepción del lugar que cada uno de nosotros ocupa en el mundo, de la importancia del trabajo colaborativo y del sentido de pertenencia, pero no como una entidad cerrada, sino como una red que se expande y se retroalimenta en y desde ella, del logro que implica crear algo en conjunto desde su concepción “espiritual” hasta su concreción material. Recuerdo que “Lo logramos”, se volvió nuestro mantra a partir de esa tarde, y nunca voy a olvidar la emoción que Libia y yo sentimos cuando pasamos la aduana en el aeropuerto de San José sin problemas, y tomamos el taxi que nos llevó al McEneryConventionCenter y bajamos, felices, repitiendo una y otra vez “¡Lo logramos, lo logramos!”.

Creo que si alguien me preguntara por los momentos más significativos de mi vida, sin duda diría que lo fue el entrar al centro de convenciones y ver a tantas personas con las que me identifiqué de inmediato, haciéndome sentir que estaba en un lugar en el que nadie me juzgaría por mi rareza, sino que la compartiría conmigo.Porque de eso se trata la Worldcon: es un ecosistema en el que uno no necesita usar la máscara del ser social con que interactúa cada día para funcionar en el mundo convencional; simplemente se es, con toda la libertad y con todo lo necesario para mostrarlo, lo que uno ha construido en su propio imaginario individual. Es una fiesta que dura cinco días, en la que uno puede encarnar todo aquello que ha abrevado de la literatura, el cine, el cómic, la exploración sonora, las artes visuales y multimedia, para crear su propia comunidadunderground;una comunidad en la que permea un ambiente de respeto, de asombro y de curiosidad, de expectativa constante por lo que uno encontrará cada día en los pasillos, lo que escuchará en cada panel, lo que descubrirá en la zona de vendimia, lo que aprenderá al final de cada día. Es impresionante la cantidad de actividades, charlas y temas que se abordan a lo largo de cada una de estas jornadas desde las 10 de la mañana hasta las 6 de la tarde (e incluso más tarde, pues nos tocó ir a un baile steampunk, una mascarada y proyección de cortos), y sobre todo, la atención y la participación del público, ya que el intercambio horizontal de ideas y opiniones entre panelistas y audiencia es lo que agiliza y da vitalidad a cada sesión (siempre llena, en ocasiones, más allá de la capacidad de la sala).

En lo personal, fue como asistir a un seminario multidisciplinario especializado en la infinidad de elementos, características, registros y representaciones que integran a la ciencia ficción y la imaginación fantástica, del que tomé todo lo que pude y que espero ver reflejado en mi escritura. Esto, y poder sentirme parte de una nueva familia, es lo que más valoro de este viaje. Definitivamente TheMexicanxInitiative ha sido la experiencia más entrañable que he vivido hasta ahora; no por el mero hecho de ir en grupo a un lugar desconocido, sino por lo que pudimos mostrar y compartir con tantas personas interesadas genuinamente en lo que hacemos, en nuestra visión creativa pero también en la manera en que percibimos y vivimos lo cotidiano. Creo que fue un encuentro y un descubrimiento mutuo, una oportunidad de abrirse, entregarse y recibir lo que los demás ofrecían con tal cariño y honestidad, que de verdad hacían que uno se olvidara que estaba tan lejos de casa.

Foto: DebiChowdhury

La ceremonia de bienvenida fue contundente porque John nos invitó a subir al escenario mientras hacía énfasis en que nuestra presencia ahí era un acto de protesta en contra de las políticas discriminatorias de Trump hacia los migrantes, y leyó un manifiesto escrito por Lauren Snow, exponiendo todo esto. A partir de ahí, y durante los siguientes días, cada que nos presentábamos como integrantes de TheMexicanxInitiative, era como dejar implícito lo que ello representaba, y la gente preguntaba en qué actividades íbamos a participar, para ir a escucharnos. Fue muy emocionante leer nuestros cuentos y que incluso en la sesión de lectura en español, tuviéramos audiencia. También fue muy bonito notar el interés de los asistentes a las charlas sobre lo que se muestra y se oculta a través de la imaginación, o sobre los universos de las escritoras mexicanas que se han dedicado alterror, o sobre la historia de la literatura fantástica y de ciencia ficción en México, o la mitología y su asimilación en la literatura de ficción actual, o la idea de frontera como detonante de nuevas identidadestanto en la vida cotidiana como en la literatura y otras manifestaciones artísticas. Y por supuesto, los stands y las charlas donde estaba presente el arte visual de TheMexicanxInitiative: siempre había alguien dispuesto a mostrar y explicar de qué iba su trabajoy a platicar sobre su proceso creativo.

Foto: Dianita Cerón

Foto:Dianita Cerón

 

Foto: Dianita Cerón

Foto: Dianita Cerón

Me parece que el sentimiento común era una especie de orgullo por despertar algo más que simple curiosidad sobre lo que tenemos que decir en nuestros propios lenguajes, que al final, no resultaban ser tan distintos a los del público si tomamos en cuenta el factor Ciencia Ficción como mínimo común denominador.

Durante todo ese tiempo, e incluso ahora que cada quien ha regresado a su vida cotidiana, John Picacionos ha impulsado a acercarnos los unos a los otros, encontrar nuestras afinidades, nuestras capacidades creativas y personales (incluso entre quienes ya nos conocíamos) y estar dispuestos a seguir construyendo desde lo particular hacia lo colectivo, lo cual agradezco y aprecio porque al final, ir quebrando la manera endogámica de hacer las cosas es lo que irá llevándonos hacia el futuro, adonde pertenecemos.

Ojalá que esta iniciativaincida en muchas más, no sólo en el extranjero, sino en nuestro propio país; en la forma de visibilizarnos los unos a los otros, de integrar lo que consideramos ajeno incluso en nuestras propias comunidades, de dejar de lado el estereotipo de las pequeñas mafias y los grupos de poder institucionalizados y darle la vuelta forjando otras redes mediante las cuales podamos ejercer nuestras visiones creativas para invadir la realidad y transformarla en lo que de verdad deseamos y necesitamos: infinidad de alternativas a las estructuras en las que los sistemas políticos, económicos y sociales  tratan de mantenernos enajenados.~