Intervenciones: Rosa y El niño con el pijama de rayas

Intervenciones: Rosa y El niño con el pijama de rayas, de Dante Vázquez en su columna El costal de Dantlejuice

 

OIGO QUE TOCAN la puerta, dejo de beber mi café y coloco la taza sobre la mesa de la cocina. Sólo estoy con mi Bonita, mamá y mi hermano salieron a hacer unas compras. Los tres golpes secos hicieron que el aburrimiento se mudara de mí. Siento curiosidad: pienso en quién puede ser. Todo lo que nos rodea está en constante movimiento y éste genera cambios, intervenciones a partir de las cuales constituimos nuestro comportamiento; intervenciones, a los cuales reaccionamos. Mi Bonita ladra y corre hacia el love seat cerca de la ventana para asomarse entre las cortinas. Caminando voy tras ella, y a mitad de camino pregunto: «¿Quién?». Vuelven a tocar. El gris del atardecer es frío y pesado, como el color de los uniformes de los soldados nazis que custodian la casa donde Bruno y su familia se mudaron. «¿Quién?», pregunto otra vez, pero con voz fuerte y autoritaria como la del soldado que ordena a uno de los judíos seguir las ordenes de Bruno. «Hola. Buenas tardes. Estoy vendiendo pan hecho en casa. ¿Le gustaría comprar alguno?». Me asomó, y lo que veo no es una «granja» ni a un niño con pijama de rayas, es a una persona como de mi edad y, detrás de ésta, parte de la ciudad al que pertenecemos.

Por un momento dudo en qué responderle. Mi Bonita ya no ladra. Esa persona ha dejado de ser una extraña. «Sí, permíteme tantito», respondo. Ella sonríe y asiente con la cabeza. Voy por dinero al cajón donde lo guarda mamá, tomo las llaves y salgo a abrir la puerta.

Le compro unos panes. Nos despedimos con un amable «Hasta luego». Para esa persona yo seré quien le compró pan. Para mí, esa persona será quien me recordó que por más límites (ventanas y puertas, en mi caso; rejas, en el de Bruno) somos humanos. Humanos, capaces de comunicarnos sin importar nuestra vestimenta, ideología o posición social. Humanos, con quienes podemos convivir. Humanos, quienes nos necesitamos para establecer vínculos afectivos y así desarrollarnos.

Pongo el pan en la mesa, a mi Bonita sobre mis piernas. Mi mamá y hermano llegan. Les pregunto que si quieren tomar algo, me responden que sí. Preparo café para todos (el mío parece un frappé). Los llamo para sentarse. Lo hacen, y mientras lo endulzan yo les hablo de la película:

Ficha técnica
Director: Mark Herman
Género: Drama
Título Original: The Boy in the Striped Pyjamas
Guión: John Boyne y Mark Herman; basado en la novela de John Boyne

Reparto: Asa Butterfield (Bruno), Vera Farmiga (la madre), David Thewlis (el padre), Jack Scanlon (Shmuel), Amber Beattie (Gretel), Richard Johnson (el abuelo), Shelia Hancock (la abuela), Rupert Friend (teniente Kotler), David Hayman (Pavel), Jim Norton (Herr Liszt), Cara Horgan (Maria).

Duración: 1:36
Música: James Horner
Fotografía: Benoît Delhomme
Vestuario: Natalie Ward
Países: Reino Unido, Estados Unidos, Irlanda
Año: 2008

Sinopsis: Berlín, 1942. Bruno (Asa Butterfield) tiene ocho años y desconoce el significado de la Solución Final y del Holocausto. No es consciente de las pavorosas crueldades que su país, en plena guerra mundial, está infligiendo a los pueblos de Europa. Todo lo que sabe es que su padre (recién nombrado comandante de un campo de concentración) ha ascendido en el escalafón, y que ha pasado de vivir en una confortable casa de Berlín a una zona aislada. Todo cambia cuando conoce a Shmuel, un niño judío que vive una extraña existencia paralela al otro lado de la alambrada. (Filmaffinity).