NAGARA: Cualquier día de ayer

Cualquier día de ayer, de Jorge Posada, en su columna Nagara

 

1. Lugares

13 de enero de 2012. Un hombre con el que nunca he hablado, Ismael Velázquez Juárez, manda un mensaje y un libro, Lugares y no lugares para caer muerto en Richard Bratutigan. Tres días después le respondo que el libro me gustó y que comenzaré a leer su blog. El 28 de marzo le comento que existe un editor catalán, Miquel Deya, que seguramente se interesará por su trabajo. Meses después aparece en la Editorial Foc Producto Interno Bruto. En ese momento creo que Ismael es un muchacho menor a los 20. Hacemos bromas, nos sorprendemos porque salen unos poemas suyos en “Big sur”. Comienzo a preguntarme quién es él. No hay fotografías ni datos concretos. ¿Es un robot, la unión de varios escritores comandados por Ángel Ortuño? Esto es difícil porque envío mensajes a ambos al mismo tiempo y los dos responden. Busco textos en la red y aparecen algunos, muy pocos, y poemas visuales. Pregunto si alguien lo ha visto, si alguien lo conoce. Algunos creen que vive en Querétaro. Nadie sabe su edad. No hay rastros, solo los que Ismael deja entrever, textos breves, contundentes, muy trabajados, obsesivos (el suicidio, las armas, los caballos).

yo soy el directorio telefónico

en el mundo hay más cosas perdidas que encontradas
cada célula tiene sexo
los hombres poseen una vagina sin desarrollar en algún lugar dentro de ellos
hoy vimos todos una ardilla en el cielo
intentó colgarse cuando tenía 8 años
después de ser castigado por incendiar su habitación
sin querer en amor muerto

flotas

El caso Ismael cumple una de las premisas del sistema mexicano de cultura: si no obtuviste una beca o un premio eres invisible, acceder a uno te asegura una identidad, en algún momento podrás publicar en las colecciones estatales (o en las coediciones independientes) o te nombrarán juez de los concursos nacionales o municipales, serás de nuevo becario, serás de nuevo galardonado, te convertirás en tutor de los nuevos becarios, un círculo que llega hasta ser miembro nacional de creadores o premio nacional de las artes, el camino asegurado del dinero y de la posteridad.

De Quincey asegura: “Quedar oculto entre multitudes es sublime”.

En Lugares y no lugares aprecié la potencia y el desenfado. Existe una aparente sencillez en la forma y en la dicción que en mi primera lectura me hicieron creer que existía ahí una juventud prodigiosa. He leído el libro varias veces durante estos años y cada vez encuentro cambios, desajustes. El ímpetu y la fuerza siguen intactos solo que ahora en primeros planos aparecen ciertos versos que poco a poco han corroído mi ropa y mi cuerpo, que se han metido en mi cabeza para quedarse ahí a vivir como si mi mente fuera un hotel que no tiene puertas y en el que a los huéspedes se les exige lleven un par de animales (topos o cangrejos) en las manos. Mis primeras lecturas de Brautigan fueron rápidas, casi distraídas, sabiendo que igual que cuando escuché “In Bloom” esa música, esos versos me acompañarán durante décadas, cambiándome.

                    I

compró whisky y balas
                    ya en casa se calentó una sopa
                    y comió mientras miraba las caricaturas
                    más tarde con un whisky en la mano
se detuvo a mirar a las vacas
a través de la ventana
parecían ligeramente borrachas
y a punto de tumbarse
sobre la hierba fresca
como son siempre las vacas
luego lavó los trastes
y después de secarlos y ponerlos en su lugar
tomó la pistola y se mató

El detalle del hombre cerca de la estufa, atento al tv, adivinando el color de los comerciales. La rutina de los hombres sin familia, habituados a llegar a casa y quitarse el pantalón y dejarlo en el piso del comedor, calentarse los restos de sopa del domingo, revisar el refrigerador porque hay algo que comienza a pudrirse. Comer con la única cuchara limpia o enjuagarla antes de llevarla a la boca, sin perder los detalles de los personajes que caen en agujeros que los llevan a otras dimensiones o que se tragan kilos de dinamita y solo sufren de una indigestión.

                    IX

de niño richard
fue encontrado muerto
dentro de un pozo
en el patio trasero de su casa
tenía en la mano
una pelota de beisbol
después creció
como hace cualquier niño

¿Cómo crece un niño, con la conciencia de que sus padres lo vieron sin vida, bajaron por él a un pozo y encontraron su cuerpo sucio de tierra, con las uñas negras aferrando una pelota? ¿Crece siendo los pedazos de su cuerpo en las casas que dejó, con su dolor de huesos, con el presentimiento de que luego de los 10 años jamás vivirá en una casa con patio?

                    XIX

si hubiera sabido
que los dodgers
ganarían la serie mundial del ‘88
o que en 1986 alguien inventaría
la mantequilla de frambuesa
me habría matado un poco antes

Ismael entra en mi experiencia. La serie mundial del ’88, la última entrada del primer juego, es el único momento en que he visto feliz a mi padre, corría, tan alegre y frágil

XXXI

estaba sentado con la punta
de la pistola en la boca
pero antes de disparar
algo se me vio a la mente:
era un bebé y estaba sentado
por primera vez en mi vida
mi madre me había dejado
un momento solo en un sillón
recordé exactamente
cómo se veía el mundo
desde ahí
disparé contra eso también

¿Cuándo deseas borrar tu cuerpo con él se incluye el de tu madre, sus brazos, sus tetas, su dificultad al agacharse, al dirigirse a las tres de la mañana al baño? ¿Cuántos de nuestros gestos, de nuestra manera de masticar, de subirnos los calcetines, de lavarnos las manos son movimientos que le robamos?

 

2. PIB (Producto interno bruto o Pruebas de Inteligencia en Ballenas o Puentes Internacionales de Belfast)

en lo oscuro

una quebrazón
de animales invisibles

en el aire
palomas
y olor a dinamita

en las manos
el balde donde dios
quedamente
gotea

El sonido de plumas, escamas, huesos quebrándose. ¿Quién los troza? ¿En qué momento sucede? Qué animales son esos? ¿Son personas o sus pequeños e invisibles hijos?

En Ismael es recurrente la imagen de dios despedazándose de a poco ¿desde cuándo?, partiéndose, sin violencia, solo ahí en algún rincón de la casa.

soy un hotel
con una mujer sola
mirando borracha la televisión

soy la parte más oscura
de un zoológico vacío
instalándose poco a poco
dentro de ti

soy la sombra filosa
del ciclista

no me preguntes nunca
hacia dónde voy

En Inland Empire (y en otras películas de Lynch) alguien recorre un hotel, duda en que habitación entrar, hay una turbulencia (visual y sonora) cada vez que alarga la mano para girar un picaporte, podemos suponer que en algunos de esos cuartos vive una familia de conejos que sufrió un accidente en una carretera o una mujer que habla de una casa en el desierto que se incendió o un hombre muy pálido grabando pornografía o una mujer inconsolable frente a una pantalla.

tienes 93 años
entras a un zoológico
y le preguntas a un mono
¿cómo te sientes?
bien todo bien y tú cómo estás
bien también respondes
luego el mono da media vuelta
y no hace más que ignorarte
regresas a casa
tienes solo 12 años
y recuerdas que no tienes
llaves de la casa
ni casa
das vuelta
y regresas
lentamente
al zoológico

Tienes 36, 52 años, recuerdas que desde hace 18 eres uno de los veterinarios del zoo, que has pateado a los animales luego de doparlos, que les has metido clavos en el hocico al revisarles la dentadura, que has llenado los zapatos de tus compañeros con la mierda de los pandas.

 

3. Nombrarlos desaparece

Vidas imaginarias, visita a Spoonriver y Sidney west, historias universales de la infamia y de la literatura nazi. Un listado de nombres que desaparecen como los créditos de una película que llamamos siglo XX.

you don’t know me soy ray charles

veo a ray charles quieto
no lleva bastón
ni gafas
está demasiado viejo
nadie lo reconoce
parece no saber a dónde ir
y parece no importarle ya
ir a ninguna parte
algún día todos
seremos ray charles
todo nos será desconocido
seremos desconocidos para todos
y estaremos ciegos

Velázquez es veloz, sus trazos tienen precisión, equilibrio entre la justeza de lo que expresa y el sonido que los versos producen, una sobriedad irónica, un juego de guiños que cimienta estructuras que reflejan la inestabilidad y el desajuste, la precariedad. Un salto en/sobre/junto/ a los no lugares que somos.

una mujer llamada galleta

(cookie mueller)

después de viajar durante meses
con sus padres y sus hermanos
todos hechos bola en un viejo plymouth color verde
desde maine hasta tallahassee por toda la costa
a los once años cookie escribió un libro
el libro tenía 458 páginas
ninguna historia y ningún final
trataba sobre hospitales mentales
bosques oscurecidos por la lluvia
y vías de ferrocarril en desuso
un día engrapó las 458 hojas sueltas
las envolvió en papel estraza
y acomodó su libro
en los estantes de la biblioteca local
perdido entre todos los demás libros
parecía en verdad un libro
nunca lo volvió a encontrar

Un permanente diálogo, una apertura con la obra de otros poetas y artistas, por momentos una plática íntima, en otros las frases se oyen a través de un hilo de estambre y  en otros es una apropiación parecida al gesto del niño que se queda con los billetes que encuentra en la cartera de su padre. Es una historia de encuentros, pequeñas anécdotas, mitos del siglo pasado que los historiadores suponen definieron el destino de millones de personas. Entre la carretera de Cookie podemos hallar la voz de Anne Carson: “Algunos padres detestan leer pero les encanta llevar de viaje a sus familias. Algunos chicos detestan los viajes pero les encanta leer. Es curioso con qué frecuencia unos y otros se descubren pasajeros de un mismo automóvil. Vi los hombros de las Rocallosas, estupendamente bien definidos, entre unos párrafos de Madame Bovary. Sombras de nubes recorrían con languidez su enorme garganta de piedra, delineaban sus flancos de abeto. Desde entonces no puedo ver cabello sobre piel femenina sin pensar: “¿Perennifolia?”.” [Traducción de Ezequiel Zaidenwerg].

wallace stevens en casa

todas las noches después de cenar
wallace lavaba los trastes
(elsie stevens era difícil de complacer:
nunca encontró una sirvienta
que lo hiciera mejor)
y después de lavarlos
se ponía de rodillas
a fregar el piso de la cocina
en 1943, en una carta, escribió:
lo mejor pasa siempre
mientras se friega el piso 

Desde que en las escuelas se incluyó el estudio del cuento “A Little cloud” de Joyce  (“Una nubecilla” en la traducción de Cabrera Infante y que Eduardo Halfon considera errónea) y el consiguiente análisis de la epifanía llegó un periodo donde los escritores la colocan o intentan hallarla cada dos versos. Una revelación en cada estrofa, en cada anuncio del final de mundo (por radioactividad, por el calentamiento global, por extraterrestres), el problema es que el siglo avanza y no se podrá llenar solo con premoniciones y profecías de la extinción. Velázquez huye de esas apariciones, de las certezas, de esos bichos que iluminan y sosiegan y que si uno se acerca lo suficiente ve que están electrocutados sobre una superficie de plástico blanco.

any anybody anywhere

el poeta marin cotrus
murió ayer a los 69 años
(cualquier día de ayer)

lin cheng una enfermera de taiwan
se suicidó el miércoles
ahorcándose con sus medias en un hospital de taipei
(cualquier par de medias baratas)

la ex-cantante de ópera de 75 años alberta weddell
apareció muerta en su cama
el día de navidad
(cualquier ex -cantante, cualquier cama, cualquier muerte)

hoy hace veintiocho años jarno hulkkonen
zapatero finlandés abandonó su casa en rantuu
para no volver nunca más
(cualquier no volver)

Delante de ti una enfermera. Tiene el cabello húmedo. Muerde el mango de una paleta. En el carrito lleva botellas de agua y sopas instantáneas. Lo que se necesita para un fin de semana de desintoxicación o lo que consume una mujer que odia las ensaladas y la comida que requiere más de 55 segundos de preparación. Cuando llega su turno paga con un vale. La cajera le indica que puede comprar algo más que cueste menos de 100 pesos. La enfermera mira los productos cercanos a la caja, dulces y rastrillos, sobre las papas fritas hay un paquete de medias beige de talla extra grande. Te pide que se las des. Cuando se voltea sabes que esas medias nunca le quedarán, que es demasiado delgada, que tal vez en un par de años cuando haga limpieza de su cuarto sacará el paquete y lo dejará varios días sobre la mesa del comedor hasta que les encuentre uso.

hawking

no he dicho que dios no exista
sólo que no es necesario
y puede retirarse a las bahamas
a descansar

Un anciano con grandes lunares de vejez en el rostro y las manos, en pantalones cortos, espera en la barra su margarita. Escucha cómo una pareja discute un argumento de Santo Tomás, está tentado a intervenir, pero prefiere mirar a las mujeres que hacen pilates junto a la piscina.

tsvetáieva (*)

 “al consejo de Litfond
pido que me admitan en este trabajo,
para lavar los platos
en el nuevo comedor de Litfond.
tsvetáieva 26 de agosto de 1941”
el 31 de agosto de ese mismo 1941,
cinco días después de escribir esta solicitud,
tsvetáieva se ahorca,
con la cuerda, dicen,
que había utilizado para atar
su maleta del exilio

(*) poema construido a partir de traducciones y textos de Natalia Litvinova y Enrique Vila-Matas

¿Dónde andarán los poetas malditos del XXI? ¿Seguirán imitando a los del XIX, drogándose en su pesadumbre de cincuentones, seduciendo a las jovencitas con versos de la Pizarnik, escribiendo sus visiones en las etiquetas del ajenjo? Ninguno tomará una cuerda y la colocará alrededor de su cuello, ninguno con marcas en las costillas o en los pies, tranquilos, casi románticos, casi modernos.

a comparative anatomical exposition of the structure of the human body with that of a tiger and a common fowl: an sketch by george stubbs

entendió que la anatomía humana
solo puede estudiarse a partir
del degollamiento y disección de cientos de miles de caballos aves y felinos
y que solo puede dibujarse una figura humana
si se prescinde de ella
y en su lugar se dibuja un perro
solo

Despedazar para comprender la identidad (¿existirá en algún sitio más allá de la razón?), para obtener un dibujo de nuestro cuerpo, para lograr ver lo que nos pertenece y sin embargo ignoramos: la nuca y la espalda, el rostro (dos, cuarenta, noventa y tres años sin saber cómo se ven nuestros dientes al masticar, nuestros párpados al asustarnos). Más allá de nuestro cuerpo el humo que se aleja o entra a nuestras narices según la manera en que avancemos.

algunas citas imprecisas para alcanzar a ty cobb

“en un juego en 1907, cobb alcanzó la primera base con un sencillo,
se robó la segunda, se robó la tercera
y finalmente el home en intentos consecutivos”.
“no vuelvas a casa como un fracasado”, le dijo su madre, amanda
quien se casó a los 12
a los 15 dio a luz a tyrus raymond “ty” cobb
y a los 34 mató de un balazo al padre de cobb
confundiéndolo con un acosador nocturno”
“amo el beisbol pero no más que romper cosas y destrozar cabezas”
“al final de su vida cobb consideraba que aparte del whisky y la leche
el mundo era una absoluta porquería”

¿Cómo, con qué hechos, documentos, logros convences a tu madre de no ser un fracasado? ¿Con una pared de trofeos, récords, títulos universitarios? ¿Qué y cómo se construye ese párrafo donde los padres escriben nuestras metas? ¿Ahí se incluye beber cloro directamente de la botella, coger con una persona distinta durante cada uno de los días del mes de junio? Ningún padre agregó nada acerca de datos curiosos de béisbol o los objetos que tengo en el botiquín médico.

el arte olvidado de perderse en la memoria de los otros

entre 1919 y 1963
año en que se suicidó
en su departamento en boston
arthur c. inman
recibió diariamente
en un cuarto totalmente a oscuras
a todo tipo de desconocidos
que a cambio de unos dólares
acudían a él
para contarle sus vidas
durante años alimentó así
una nostalgia conformada
por recuerdos ajenos
todos registrados
en un diario
de 17 millones de palabras
con cientos de miles de recuerdos
minuciosamente consignados
ninguno propio

Ismael entra en tu mente, proyecta tus manías en una pantalla y lo hace como si hubieran sido grabado con una cámara súper ocho. En mi juventud me inventaba poderes mutantes, el único real es mi capacidad para que algunas personas me narren historias íntimas, vergonzantes y que en algún momento se detengan contrariados y digan “no sé por qué te cuento esto ni siquiera te conozco”.

 

4. Esto no significa nada

Hablo con una amiga que cursa la maestría. Los dos estamos cerca de cumplir cuarenta, ella está en una etapa que podríamos llamar: prefacio del divorcio (situación que puede terminar con la separación pero que no lo garantiza). Hablamos de las dificultades en las relaciones, de sus contradicciones, de cómo podrían resumirse en una ecuación o en un postulado cercano a la física cuántica.

we are all separated things

la materia se compone de átomos que nunca se tocan
7,000,000,000,000,000,000,000,000,000 en un cuerpo adulto
entre más cercanos
más se alejan
incluso cuando te sientas en una silla
no la tocas
flotas sobre ella a una distancia minúscula
suspendido por la fuerza con la que
esos átomos se rechazan entre sí
esa fuerza separa y se interpone entre todo
fin de la lección
ahora piensa en ella
y piensa en ti
y piensa en sexo abisal
entre cosas que nunca se tocan
ni se tocarán

En unas líneas de Kafka se habla de la imposibilidad de los cuervos, en su creencia de poder destruir el cielo. ¿Qué somos nosotros? ¿Más que una posibilidad de derribar algunas paredes aun cuando carecemos de mandíbulas y uñas aptas para esa tarea? ¿Más que animales que apenas logran orientarse en lo oscuro o a unos cuantos metros delante de su frente?

topos

hablar con la pared
de su falta de futuro
de su fracaso presente
por no ver nunca
lo no visto
por no escuchar
lo no oído
por no decir jamás
lo no dicho
contra
esa pared
nosotros
sus topos

¿Más que envases de bacterias y virus? ¿Más que aparatos de reproducción en un bosque sexual? ¿Más que una incubadora de cáncer?

el temor debe ser azotado, desollado y luego arrojado a los perros

cosas frágiles: todos nosotros
nosotros: ahh tengo varios de ésos
destruidos
descartados
consumidos
rechazados
borrados
rotos
cosas frágiles
de vida corta
ningún yo
buscará otro yo
entre esas
y las demás ovejas

Un documental sobre la desaparición de los antiguos estudios de grabación, de la devastación de la industria discográfica. La nostalgia por perder máquinas que permitían a los técnicos y artistas manipular el sonido. El sentimiento de pérdida ante aparatos que procesan la música sin errores, sin la capacidad de introducir el azar. Perder máquinas para ganar otras que fascinarán a los jóvenes que en 50 años las mirarán enternecidos. En la parte final aparece Jonny Cash con una canción: “I’m gonna / I´m gonna break my / I’m gonna break my rusty cage and run” Esas líneas las tenía yo desde la adolescencia pero tardé en reconocerlas. Durante unos minutos pensé que Soundgarden había coverado a Cash y estuve molesto, humillado. Al darme cuenta de que era lo contrario me sentí desubicado. Mi actitud (y defensa) de la apropiación cambió. Observo desde ese momento a W. Carlos W. como si intentara colarse en el metro sin pagar.

hardboiled

te volé la tapa de los sesos
y luego pregunté por ti
como vi que ya no estabas
entré a tu cuarto
y me puse
el mejor de tus vestidos
era tan corto
tan rojo

 

5. Sea un arma

Un grupo de personas cuyos nombres están invadidos por la uve (Kremenliev, Ivanov, Tsvetanov, Houbchev, Yankov, etc.). Una selección de futbol: Bulgaria del 1994 contra Alemania. Un instante en el que los cronistas (esos que reciben un salario por gritar y llenar 90 minutos de interferencia) permanecieron atónitos: Iordan Letchkov se suspende dos segundos y golpea el balón. “De lo que no se puede hablar, mejor es callarse”.

 

 

 

 

 

 

6. No lugares

Viajas a Nueva York (el paraíso de la historia de las civilizaciones, según el tercer mundo). Después de los controles sanitarios y migratorios, sales y abordas un taxi. Le pides que te lleve al circo más grande de la ciudad. Al llegar intentas convencer al dueño de que tú eres un artista, que las becas y premios que has obtenido lo demuestran. El empresario se impacienta pero al final te coloca en una reja junto a las panteras. Meses después un periodista afirma: “Performance kafkiano: el nuevo artista del hambre”. Te sientes jubiloso, el reconocimiento llegó, no importa lo que hay en tu celda.

donde hubo pelo hay cabezas muertas

si te quedas mirando
al piso
por mucho tiempo

no encontrarás
ninguna cabeza

pero sí
todo el pelo
que un día
fue tuyo

y un pedazo de periódico
que dice

quedan pocos animales
no puedes faltar

La obra de Ismael Velázquez Juárez es distinta, cualidad que las personas que inventan el canon de la poesía mexicana desdeñan, prefieren aquellos libros idénticos como huevos que los apuntalan como críticos, como guardianes de la tradición de la ruptura. Hoy 16 de marzo 2016 puedo contar que he visto a Ismael en tres ocasiones, hemos reído y bebido hasta emborracharnos. No es el joven que pensé que era, aun cuando escriba con más vigor que los nacidos en los 80 y 90. De ser un desconocido se convirtió en uno de mis maestros. Intuyo que se burlará de mí por terminar con una cita de Auden: “La obra del señor Velázquez Juárez es mucho más importante de lo que pueda decir sobre ella”.

                    fin     
no más presentaciones, lecturas, cocteles
no más becas, premios, subvenciones, viajes
no más talleres, cátedras, congresos
no más reconocimientos, fotos, homenajes
no más intriga y concubinato
no más depredación sexual entre colegas
no más poetas
si terminado todo eso queda algo
tal vez lo que quede sea poesía
y si no queda nada
seguro es poesía~