80P1VM/73: Cuevas de Ellora y Ajanta

#post_80P1VM/73 de 80 en 1 vuelta al mundo, de Humberto Bedolla

 

LLEGAMOS A UNA ciudad mediana llamada Aurangabad, desde Mumbai, y  base para visitar la cuevas Ellora y Ajanta. Cuevas artificiales, excavadas por fieles budistas, hinduistas y janistas para crear templos en medio de la montaña.

Viajamos desde Mumbai, antes la antigua Mumbai. La ciudad es capital financiera y de entretenimiento de India, a, ahí están los principales corporativos y Bollywood. Y es una ciudad enorme, fea y caótica.

—Cada que un español viene a Mumbai los de Mecano se deben descojonar —dijo Arancha mientras intentábamos cruzar una de las calles en medio del tráfico caótico. Camiones, coches, taxis, motos, tuc tucs, bicicletas, peatones, perros, gatos, vacas y turistas intentábamos pasar.

—Y espera a ver como es la estación de trenes —advertí—. A ver si somos capaces de no perder el tren.

Nos quedamos sin palabras. Habíamos visto -y pudimos comprobar- el tamaño y el caos de la estación de trenes de Mumbai. Es una estación cuyos trenes mueven todos los días 6 millones de pasajeros. Y donde todos los dias hay 10 muertos en las vías. Sí, corrimos y sufrimos para no perder el tren y experimentar uno de los Top20 de lo que hay que hacer en India, según la LonelyPlanet (los viajes en tren son como hacer campamentos sobre ruedas). Para cuando llegamos a Aurangabad, con su millón y poquito de habitantes nos alegramos de llegar a un “pueblo”.

Negociados el taxi y salimos a Ajanta, el sitio más alejado. Eran -sólo- 100 kilómetros, pero la relación tiempo y espacio en la India es distinta. Si en 300 kilómetros vía tren (de Mumbai a Aurangabad) hicimos 7 horas, los 100 kilómetros a Ajanta eran entre 2 horas y media y 3 horas. Es decir, un poco más la distancia entre Madrid y Toledo pero que se resuelve en el mismo tiempo que entre Madrid y Valencia. Lo cierto es que siendo viajeros se asumen cosas que en nuestro día a día no haríamos ni en broma. Ajanta significa alquilar un auto, viajar tres horas, pasear por cuevas cuatro  horas y volver en otras tres horas.

Pero vale la pena. Fue impresionante ver enormes templos tallados en la montaña. Más aún cuando llegamos a Ellora, se nos caía la baba del asombro. Hay en el sitio arqueológico, Patrimonio de la Humanidad, un templo de dos pisos, con capillas, altar, escaleras de entrada y salida, pilares y monolitos,…  El templo 16, absolutamente todo lo que en él hay, es de una sola pieza. Todo es de la misma piedra.

Ver la montaña tallada en un paraje semidesertico convertido en un templo de tales proporciones y detalles asombra. La creatividad y la necesidad de trascender -la megalomanía- de los gobernantes, impresiona. Y sí, los largos y lentos viajes valen la pena.~